Caminos de Guanajuato fue compuesto en 1953 y estrenado en la plaza de Toros de León
Aunque hay corridos que citan hasta 20 de los 46 municipios del estado, “Caminos de Guanajuato” es considerado el himno musical ranchero de la entidad. La versión de José Alfredo Jiménez, compuesta en 1953 y estrenada al año siguiente, se convertiría en éxito nacional e internacional en 1955 gracias al cine. Fue la primera exposición mediática que hablaría de la existencia de en ese entonces una todavía apacible ciudad provinciana como León y proyectaría al estado de Guanajuato más allá de su condición histórica de Cuna de la Independencia Nacional.
Este 19 de enero de 2023 se cumplieron 97 años del natalicio del compositor y el día 20 de enero la ciudad de León celebró su fundación. Eso hace más que menester escribir sobre el “Caminos de Guanajuato” que es gloria para el vate y la urbe.
El origen de la canción
En 1948, acompañado por el trío Los Rebeldes, José Alfredo Jiménez cantó por vez primera en la radio. Inició una brega por hacer sonar sus canciones y fue en 1950 que comenzó a ganar celebridad gracias a su canción “Yo”, grabada por Andrés Huesca y sus Costeños.
José Alfredo inició una carrera de canción ranchera esencialmente romántica, tanto de amores como, sobre todo, de desamores, a los que fue agregando corridos, entre ellos algunos dedicados a diferentes ciudades y estados del país.
En el año que inició la gloria de José Alfredo, comenzó sus operaciones la refinería construida en Salamanca. Ahí llegó a trabajar Ignacio, el hermano mayor del vate de Dolores, en 1951. José Alfredo Jiménez Jr. contó en entrevista que el tío se llevó a Cuquita, su mujer, a vivir a esa localidad.
José Alfredo gozaba las mieles del triunfo de manera especial en su estado natal. Cuando regresaba a Dolores Hidalgo luego de sus giras, pasaba a convivir con amistades de León, en cuya feria era más que bien recibido, y luego a Salamanca a ver a Nacho.
En una de las charlas entre hermanos, Ignacio reprochó haber compuesto corridos a otras ciudades o estados y no a Guanajuato. José Alfredo, según la versión de la familia, se comprometió a componer esa canción solicitada.
Señalaba el entrevistado que el tío Nacho murió de un coma diabético. El 13 de octubre de 1953 Cuando José Alfredo miró el cuerpo en el féretro, dijo la frase “La vida no vale nada”.
La noticia de la muerte de Ignacio trascendió a pesar de la discreción de la familia. Su difusión, sin embargo, generaría diversos mitos: que Nacho murió en una explosión, que lo mató un perdedor de una apuesta o una partida o una pelea de gallos, que lo mataron por defender a una mujer. Salamanca se convertiría para el compositor en un recuerdo amargo.
Fiel a su metodología, José Alfredo compuso la canción solicitada. Sería de esperarse un corrido a Guanajuato con una entrada alusiva al tema. No fue así, la referencia correspondió al dolor que sufría:
No vale nada la vida,
la vida no vale nada,
comienza siempre llorando
y así llorando se acaba
por eso es que en este mundo
la vida no vale nada.
La letra continuaría con lo que sería el himno a su terruño, con referencia a la ciudad de León que tan bien lo acogía con cantinas, bohemia y aplausos:
Bonito León, Guanajuato;
su feria con su jugada,
ahí se apuesta la vida
y se respeta al que gana:
ahí, en mi León, Guanajuato,
la vida no vale nada.
José Alfredo recorría el estado cuando andaba por sus lares. En la versión original, la tercera estrofa es la siguiente:
Pueblito de San Felipe,
que tienes mochas tus torres:
qué lindas son tus mujeres
cuando les hablan de amores;
y ese San Miguel de Allende,
palabra, tiene primores.
Existe la versión no confirmada de que la estrofa fue integrado a petición del sanmiguelense Pedro Vargas; lo que sí precisó en entrevista José Alfredo Jr. es que fue suprimido de la versión popularizada a solicitud de la disquera RCA Víctor porque consideraba que a las letras “le faltaba fuerza”. La versión de que se le suprimió para acortar duración se cae porque luego de la segunda estrofa hay un puente musical: es ahí donde iba la alusión sanfelipense.
La siguiente estrofa regresa al duelo por el hermano fallecido:
Caminos de Guanajuato,
que pasan por tanto pueblo:
no pasen por Salamanca,
que ahí me hiere el recuerdo;
vayan rodeando vereda,
no pasen, porque me muero.
Y continúa con el dolor cantado:
El Cristo de tu montaña
del Cerro del Cubilete:
consuelo de los que sufren,
adoración de la gente;
el Cristo de tu montaña
del Cerro del Cubilete.
Tras estar en León y regresar a Dolores Hidalgo, José Alfredo tomaba la ruta por Guanajuato. De ahí el cierre de su canción:
Camino de Santa Rosa,
la sierra de Guanajuato:
ahí nomás tras lomita
se ve Dolores Hidalgo;
yo ahí me quedo, paisano,
ahí es mi pueblo adorado.
Era paso obligado por Rancho de En medio, ubicado entre Santa Rosa y Dolores, donde comía y bebía con uno de sus muchos compadres.
“Caminos de Guanajuato” fue compuesto en 1953 y estrenado en la plaza de Toros de León, donde causó extraordinario revuelo. Las reseñas indican que José Alfredo la cantó tres veces y la última lo hizo en los tendidos, entre un público eufórico y emocionado.
El registro formal del corrido fue el 26 de marzo de 1954. Ese año fue la canción más exitosa en la radio nacional.
Esa primera grabación fue sin los versos a San Felipe y San Miguel de Allende. Esta versión, afortunadamente, se grabaría años después y puede ser escuchada en https://www.youtube.com/watch?v=hoYY9rOE-t0.
En 1955 se filmó la película Caminos de Guanajuato, junto a Lola Beltrán y Demetrio González, bajo la dirección de Rafael Baledón. Es la historia un concursante de aficionados más en los programas de radio, donde descalificaban a los malos cantantes con el tocar de una campana. Alude a los primeros años de lucha por llegar a la cúspide.
Los últimos verso de los Caminos de José Alfredo
Narra José Guillermo Azanza Liera, sobrino nieto del compositor y director de la Casa Museo José Alfredo Jiménez, ubicada en Dolores Hidalgo, que en 1972 le hicieron en el pueblo adorado un homenaje a su hijo predilecto.
Había mucha gente, comenta el entrevistado, sobre todo procedente de San Luis de la Paz y San Miguel de Allende. Alguien le preguntó si sabía de dónde procedía esa multitud.
José Alfredo no dijo nada, se dio la media vuelta se fue y, al regresar, ya tenía su respuesta, misma que sería el cuarto verso de Caminos de Guanajuato, después del de San Felipe:
Me preguntaba un ranchero:
¿Jiménez, pa’ dónde vas?
Todo Guanajuato entero
lo puedo yo caminar,
pero pa’ serte sincero:
voy pa’ San Luis de la Paz.
El vate dolorense murió un año después. Esa versión quedó en la memoria de los que vivieron el momento. Benjamín Lara Arce, cantante y compositor sanmiguelense que fuera guitarrista de José Alfredo, afirma que la versión original hablaba de más municipios. Esperemos que así sea, pues Guanajuato no sólo es León, Salamanca, San Felipe, San Miguel de Allende, San Luis de la Paz y Dolores Hidalgo.