El Palacio Legislativo y el acceso al Jardín del Cantador, en la ciudad de Guanajuato; el reloj y la reconstrucción de la Catedral Basílica Metropolitana, las contenciones del malecón del Río de los Gómez y el Puente Barón y Morales, el Aula Mayor y la sillería del seminario y la Escuela Modelo, de León, además del antiguo Hospital de Celaya y la Presa y Templo de Jalpa de Cánovas, en Purísima del Rincón, así como obras en Salamanca, Dolores Hidalgo y otros municipios, son la herencia dejada por un inglés que tomó a León como segunda patria y donde yacen sus restos y se le recuerda como uno de esos leoneses que nacen donde les da la gana.
Se trata de Cecil Louis Long Rouding, nacido el 16 de octubre de 1854 en la ciudad de Londres, Inglaterra. Fue hijo del marinero Cecil Long y Luisa Ruding; arquitecto, relojero e inventor, reconocido por sus obras arquitectónicas en México, en especial en las ciudades de León de Los Aldama y Guanajuato.
Tenía 14 años de edad cuando se trasladó a Suiza para ingresar a la Escuela de Relojería de Le Locle. Después de terminar sus estudios a los 19, se trasladó a México y llegó al país en mayo de 1873. Arribó a Veracruz y de allí pasó a la Ciudad de México, donde se estableció para laborar en la relojería “La Esmeralda”.
Conoció a Frank Seter, constructor de maquinaria, a Claudio Pellandini, fabricante de vitrales, y a Ángela Peralta, reconocida cantante de ópera y supo que México era algo más que su capital y empezó a conocer lo que se convertiría en su nueva patria.
En 1877 se estableció en León después de haber hecho una escala por varios meses en ella. Abrió una joyería en lo que era para entonces el portal Soto (hoy en día portal Bravo, en el centro). Quiso ir más allá de su oficio y estudió arquitectura. Su talento trascendía al oficio de relojero y empezó a desarrollar sus capacidades como arquitecto y constructor, arropado por el conocimiento avanzado de su tiempo.
En 1885, Tomás Barón, entonces obispo de la ciudad y amigo íntimo del artista, le encomendó la colocación de uno de los relojes de catedral. Fue también el encargado, en 1888, de remodelar cúpulas, torres y estructura del recinto, dedicado a la Virgen de la Luz, para que dejara de ser un lugar oscuro, casi sombrío, en el que la ausencia de luz no permitía mostrar la belleza de las figuras e imágenes que adornaban los altares. Con moderna iluminación y la colocación de vitrales y dos capillas laterales, le dio luminosidad y otorgó mayor estabilidad y fuerza a la construcción.
Su aportación a la modernidad leonesa no quedó ahí: luego de la catastrófica inundación de 1888, le encargaron realizar modificaciones en la estructura que rodeaba al Río de los Gómez para evitar desbordes. Creó un puente de fuertes cimientos que regularía el paso del agua y aseguraría la conexión entre los extremos del río: así surgieron el emblemático malecón del Río de los Gómez y el Puente Barón y Morales. Luego se le encomendaría el techado de la inconclusa Penitenciaria del Estado.
Lo anterior hizo que el gobernador Manuel González le diera el título de Súper Intendente de Obras, cargo que desarrolló por 6 años y que lo hicieron trascender los límites de León, para ser llevado a la capital del estado y diseñara el Palacio de los Poderes del Estado (luego sólo Palacio Legislativo y ahora Museo) y la Escuela Modelo y la remodelación de uno de los sectores de la Plaza Principal. La variedad de estilos y diferente disposición del espacio que dominaba perfectamente rompió con la monotonía de la arquitectura popular.
En 1897 le encargaron hiciera la entrada y la placa del Jardín del Cantador y legó un Palacio Legislativo, inaugurado en 1900 y ejemplo de arte neoclásico con un mensaje de misteriosa masonería.
Además de las obras citadas, también fue artífice de las siguientes:
1891: Capilla morisca del Señor San José.
1893: Remodelación del Palacio Episcopal.
1894: Diseño neogótico del Templo del Sagrado Corazón de Jesús en Morelia (sin llegar a construirse).
1895: Aula mayor y sillería del seminario, Escuela Modelo de León.
1896: Hospital de Celaya.
1900: Palacio Municipal de Salamanca.
1902: Presa y Templo de Jalpa de Cánovas, en Purísima del Rincón, Guanajuato.
1903: Proyecto del Palacio Municipal de San Francisco del Rincón (que no ejecutó) y diseño de un teatro que no se construyó.
1905: Mausoleo de Tomás Barón y Morales (II Obispo de León), el Casino de León y el Portal de las Tullerías.
1906: Torre del templo del Inmaculado Corazón de María.
1907: Casa Madrazo.
1910: Monte de Piedad en León.
Además, intervino mayor o menormente en los siguientes lugares:
Sacristía del Templo de la Soledad, altar mayor, coro y decorado del Templo de Santiago, fachada del Templo del Calvario, ampliación y portada del Panteón de San Nicolás, conversión en Caño Maestro del Arroyo Machihues, diseño del Mercado Joaquín Obregón de Guanajuato, diseño del Mercado Morelos de Celaya, edificio del Banco de San Luis Potosí, Edificio de la Primavera, diseño del Templo Gótico del Sagrado Corazón en Dolores Hidalgo.
Vivió sus últimas tres décadas en la casa que diseñó de acuerdo a sus necesidades: espaciosa, iluminada y con una torre que funcionaba como taller y estudio. En esta, colocó el observatorio que le permitió presenciar el cometa Halley en 1910.
Heredó la casa al H. Ayuntamiento de León y actualmente el inmueble alberga la Escuela de Música de León.
La memoria de Luis Long
Murió el 9 de abril de 1927, a los 72 años de edad, pero no se le olvidó: su obra es reconocida y honrada en la ciudad que hizo suya y que lo ve como uno de los suyos.
Su tumba, un sencillo sepulcro, se encuentra en el panteón San Nicolás. Con la inversión de un millón de pesos, fue restaurada en octubre de 2022.