En su mundo fantástico, el nombre completo de la muñeca Barbie es Barbara Millicent Roberts, hija de George y Margaret Roberts, nacidos en la ciudad imaginaria de Willows, Wisconsin. Su pareja romántica es Ken, y es la mayor de cuatro hermanas, las otras tres son Skipper, Stacie, y Chelsea. Entre sus mejores amigas está Teresa, de origen hispano.
Barbie fue creada por Ruth Handler el 9 de marzo de 1959 a escala 1/6 y así sigue. A lo largo de 65 años ha tenido en casa alrededor de medio centenar de mascotas, entre ellas un panda, una cebra, gatos, perros y hasta un cachorro de león. Se mueve en sus propios autos, por ejemplo, una camper, varios remolques, jeeps, corvettes, y un hermoso Beetle.
A la fecha tiene más de 100 profesiones a través de las cuales intenta hacer ver a todas las mujeres del mundo, sin distingos de edad, que son capaces de realizar prácticamente toda actividad que se propongan. Ella ha sido astronauta, doctora, maestra, corredora de autos, y una larga lista más de profesiones y actividades que antes eran solamente para hombres.
Esta historia se remonta a los años 50 del siglo XX, cuando la señora Handler, madre cariñosa y esposa de ideas avanzadas, notó que su hija prefería jugar con las muñecas de aspecto adulto y no infantil, como casi todas las de esos años. Así, propuso a su esposo, y socio fundador de Mattel, crear una muñeca con las características de una mujer adulta.
Este 2024 Barbie tiene una nueva profesión: acercar al público de todas las edades a la historia de México a través de la exposición temporal: Sueños en rosa. La evolución de un ícono, que se presenta en el Museo Casa de Carranza, donde con más de 200 piezas deja ver su evolución a lo largo del tiempo a la vez que muestra nuestro pasado reciente.
Karla Peniche, directora del recinto, comentó: “Resulta interesante mostrar la evolución de esta muñeca y retomar su famosa frase «Sé lo que tú quieras ser», que refiere que todas las mujeres podemos estudiar, prepararnos y hacer lo que queramos”. Barbie es modelo a seguir, y con su filosofía ha inspirado a millones de niñas alrededor de todo el planeta.
La muestra es el resultado de la asociación de recursos, ideas y proyectos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), el coleccionista Jovany Greco, y el diseñador Aaron Meneses, y logra su objetivo de “propiciar el diálogo y la reflexión de qué está bien, qué está mal, qué hay que cambiar” de acuerdo con Karla Peniche Romero.
Durante la reciente apertura de la exposición, la directora del Museo Casa de Carranza puso en relieve que esta muñeca estaba adelantada a su tiempo, y recordó que su primera versión de astronauta salió a la venta en 1965, cuando la NASA aún no admitía mujeres; la de cirujana en 1975, y la de sargento del Ejército de los Estados Unidos en el año 1992.
Explicó que 169 muñecas se presentan al público en sus contextos cotidianos originales y al menos 80 de ellas llevan vestuario de la época revolucionaria. Para lograr el realismo suficiente, el equipo creativo investigó y se basó en numerosas fotografías antiguas de personajes importantes, como Hermila Galindo y las hijas de don Venustiano Carranza.
Lo anterior es una forma de interesar al visitante en los momentos históricos del país y del museo. El proyecto se completa con una serie de conversatorios en los que se reflexiona en torno a esta muñeca, la película de 2023 protagonizada por Margot Robbie, y la imagen que se le dio desde su origen, se informó durante la inauguración oficial.
Igualmente se llevará a cabo un taller, organizado por el área de Comunicación Educativa del museo, en el que se trabajará con muñequitas recortables que en el marco de los 85 años del INAH se podrán caracterizar como arqueólogas, museógrafas, historiadoras, curadoras, y asesoras educativas. La idea es aprender historia en medio del juego sano.
La exposición Sueños en rosa, evolución de un ícono permanecerá abierta en el Museo Casa de Carranza, ubicado en Río Lerma 35, colonia Cuauhtémoc, Ciudad de México, hasta el 31 de agosto de 2024 de las 10:00 a las 17:00 horas. La entrada es gratuita para todo público y el recinto cuenta con accesibilidad y facilidades para todas las personas.
Sobre el inmueble, basta decir que en 1908 el ingeniero Manuel Stampa lo construyó con diseño Art Noveau para ser el hogar de su familia. Sin embargo, los sucesos de la Decena Trágica (del 9 al 19 de febrero de 1913) hicieron huir de prisa a los Stampa. Entonces, el general Felipe Ángeles la ocupó como cuartel general de sus fuerzas revolucionarias.
Ángeles la tomó porque se ubicaba cerca de la Estación Colonia de los Ferrocarriles. Después de retirarse las tropas villistas, la familia Stampa regresó a la casa y vivió en ella hasta 1918. En noviembre de 1919, el presidente Venustiano Carranza la rentó y la habitó por seis meses, hasta antes de ser asesinado en San Antonio Tlaxcalantongo, Puebla.
Actualmente, en el recorrido por el edificio porfiriano se puede apreciar la ambientación de la época. Inicia en la planta baja con el vestíbulo, antesala, sala, comedor y cocina. En la planta alta se encuentran las recámaras del matrimonio Aguilar-Carranza, de la señorita Julia Carranza y del presidente, así como su biblioteca, amplia e interesante por cierto.
En la planta alta están las salas históricas y las recámaras para visitas. Se narra la historia de Venustiano Carranza, tanto de su vida familiar como de su actuar público, con énfasis en la promulgación de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917. El acervo tiene ambientaciones, mobiliario, objetos personales, documentos y fotografías.
De noviembre de 1919 a mayo de 1920 esta casa fue la última morada del presidente Venustiano Carranza. Desconocida su autoridad presidencial por Álvaro Obregón, Plutarco Elías Calles y Adolfo de la Huerta mediante el Plan de Agua Prieta, se vio forzado a abandonar la Ciudad de México con toda la intención de llegar a Veracruz.
Sin embargo, no llegó a su destino, pues fue asesinado el 21 de mayo en Tlaxcalantongo. Sus restos fueron trasladados a la capital y velados en la sala de este recinto. Después de la muerte de Carranza, el general Juan Barragán y el coronel Paulino Fontes compraron el inmueble y se lo obsequiaron a la señorita Julia Carranza, una hija de don Venustiano.