jueves, noviembre 21, 2024
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JULIETA OCHOA ESTRADA Y SU FASCINACIÓN POR LAS CAJITAS JAPONESAS…

Julieta Ochoa Estrada siempre sintió fascinación por la cultura japonesa, y aunque creció con el pop japonés que le llegaba de caricaturas y videojuegos, poco a poco se fue interesando también por la arquitectura, la música, e incluso la literatura a través de las leyendas japonesas. No podía saber que lo que representaba un sueño entonces, se convertiría en una realidad después.

“Soy originaria de Guanajuato, estudié aquí hasta la prepa, y luego la Universidad en León. En el 2014 participé en un concurso para una beca que ofrecía EDUCAFIN para ganar un viaje a Japón. Lo hice con la propuesta de un programa educativo para México en el que se pudieran incorporar ciertos rasgos de la educación japonesa que podrían funcionar muy bien aquí para educar a las infancias, y después a los jóvenes. Gané esta beca y me dieron la oportunidad de viajar a Japón por primera vez”. 

“Ahí conocí una asociación civil llamada Reiyukai que tiene también actividades en México. Es en esta asociación donde justamente aprendo la realización de las cajitas orientales, que es de lo que trata mi emprendimiento”. 

Julieta Ochoa Estrada manifiesta su fascinación por la cultura japonesa en la cuidadosa realización de cajitas orientales.

Para Julieta, las cajitas orientales son valiosas desde muchos aspectos. El más importante es que ayudan al medio ambiente al reciclar los cartones de leche y jugo que de otra forma terminarían en la basura contribuyendo al daño ecológico. No obstante, convirtiéndolos en un objeto de ornamentación con un uso práctico, delicado, y que lleva impreso las emociones y paciencia del autor cambia completamente su destino, y ayuda al nuestro. 

“Comencé el taller para aprender a elaborar las cajitas en 2017, pero vi la oportunidad de transformarlo en un negocio en 2018 después de haber viajado por segunda vez a Japón. Más allá de solo tomar el taller también quise compartirlo, y al mismo tiempo iniciar un emprendimiento en donde a las personas a las que no se les facilitan tanto las manualidades se les pueda vender el producto ya terminado, e incluso acercarles los insumos, ya que estas cajitas se forran con un papel especial que se llama papel washi o papel japonés y que se realiza únicamente en Japón, pues de hecho está catalogado como patrimonio inmaterial de la humanidad por la UNESCO. Yo lo obtengo gracias a Reiyukai de México”.

El papel washi está elaborado a base de flora local, bambú, cáñamo, arroz y trigo, quedando al final un producto muy fino pero resistente. “A la par, realizo talleres de reciclaje. Hay una filosofía detrás de esta actividad, que es compartir el tiempo, crear experiencias y conectar a las personas. Una frase muy importante de las cajitas es: el cambio empieza por tus manos“.

Julieta reconoce que el camino no es fácil: “Lamentablemente, en la Ciudad de Guanajuato, las rentas de espacios para vender son muy elevadas. Las personas cercanas a mí, que ven cómo realizo las cajitas, la dedicación que pongo y la calidad de los materiales piensan que las doy muy baratas. La mayoría de las personas que las compran son cercanas a mí, familia y amigos. Es bien sabido que en cuanto a artesanías siempre ha sido menospreciado el esfuerzo. Y ahora yo me encuentro dentro de este gremio”.

Los consumidores de los productos de Julieta son personas con una edad promedio de 50 años, por lo que las ventas en línea han tardado en despuntar. “Es complicado porque justamente por el hecho de no poder generar ventas tan altas como yo esperaría, no puedo dedicarme al cien por ciento a este negocio y necesito otra fuente de ingresos. Ha sido difícil en la parte personal encontrar este balance en el que le dedico tiempo a mi emprendimiento pero también necesito hacerlo para lo personal. Soy casada, tengo a mis perritas y requiero tiempo para todo ello”. 

El emprendimiento de Julieta tiene muchas aristas bondadosas que lo hacen necesario, especial y genuino, pues además de transmitir la sabiduría japonesa a través de sus cajas y unir a las personas en un esfuerzo conjunto por reducir basura, también vende productos importados de Japón: “estos productos son traídos a México por parte de Reiyukai. Ellos en Japón tienen un grupo de personas con discapacidad y de bajos recursos que también son miembros de la asociación y que trabajan realizando estos productos para mantenerse. Entonces, cuando alguien compra estos artículos, la ganancia va íntegra a apoyarlos”. 

Realizar las cajas es todo un proceso que involucra muchas emociones, además de técnica. “Para hacer las cajitas lo primero es lavar el cono de leche o jugo, luego hacer los cortes y trazos que requiere según el diseño elegido. Lo complicado llega a la hora de trabajar con el papel porque los cortes en las cajas son rectangulares o exactos, otros modelos requieren moldes y esto requiere mucha precisión. El washi no es como el bond o el china, es un material fuerte que incluso endurece el cartón una vez que se adhiere a él. Así que ya solo es necesario armar la cajita y forrar”.

Una caja japonesa puede contenerlo todo: tesoros, recuerdos, refugio, lágrimas, posibilidades, amor…

Para Julieta su madre es su más grande apoyo, incluso, es su socia. “A ella le gusta mucho la elaboración de las cajitas. Cuando tomamos capacitación generalmente ella aprende un modelo y yo otro. Luego intercambiamos lo que aprendimos y nos damos clase mutuamente. Así logramos tener un catálogo más amplio. Hubo un tiempo en el que mi abuelita también nos ayudaba, pero por su edad ya le resulta complicado, así que pasó de productora a consumidora”.  

Una caja es capaz de contenerlo todo: tesoros, recuerdos, refugio, lágrimas, posibilidades, amor… “Estuvimos en una exposición de cultura pop japonesa, se llamó Matsuri Guanajuato, se me hizo muy tierno que iba un niño pequeño, como de 8 años, vio una caja que tenemos con forma de grulla y se la pidió a su mamá. Fue muy lindo que el niño se hubiera enamorado de una manualidad y que su mamá se la comprara sin regatear… Cuando elaboramos una cajita depende mucho si es para nosotros, si es para alguien más, si es para alguien muy especial. Porque el resultado se nota… Aun cuando hago cajas bajo pedido, a veces en cantidades grandes, el trabajo de artesanía que les confiere esta presencia de únicas se hace patente. Esperamos que las personas se den cuenta que ponemos mucho empeño para que reciban lo mejor de nosotros”. 

Normalmente, además de bazares japoneses, podemos encontrar a Julieta y sus cajas en los mercadillos que organiza Manos Galereñas. Vale la pena, porque sí, es cierto: El cambio empieza por tus manos.

Elena Ortiz Muñiz
Elena Ortiz Muñiz
Elena Ortiz Muñiz es licenciada en Ciencias de la Comunicación, escritora, editora en Pacholabra Ediciones. Fundadora de los proyectos Alas para niños y jóvenes escritores y Manos en Vuelo.
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