Doctora en Literatura Hispánica por El Colegio de México (Colmex), con estudios de Licenciatura en Lengua y Literaturas Modernas, y de Maestría en Letras Españolas en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), María Teresa Miaja de la Peña, está de plácemes por el décimo aniversario de una de sus grandes obras.
En 2014 publicó Si quieres que te lo diga, ábreme tu corazón. 1001 adivinanzas y 51 acertijos de pilón. ¿Dónde radica el éxito de este joven clásico? “La adivinanza es un juego que se hace con palabras, y también, un poema breve que encierra un secreto al que sólo podemos llegar si encontramos la respuesta correcta. En México eso nos encanta”.
Tocó en suerte y visón editorial al Fondo de Cultura Económica (FCE) y al Colmex editar esa antología de la adivinanza mexicana. “Jugar y aprender son dos cosas que nos regalan las adivinanzas, por eso son tan divertidas y aprendemos tantísimo de ellas. Para eso necesitamos la compañía de nuestros amigos, hermanos, papás, abuelos y maestros”.
Son lindas también, añade la autora de esta obra de bien cuidada edición, “porque con familiares y amigos podemos tener tiempo de calidad al preguntarles o cuando ellos nos preguntan. Con ellas aprendemos nuevas palabras que nos descubren cosas distintas o que conocíamos pero no veíamos de la misma manera”, explica la profesora universitaria.
Palabras, como las que están en las mil y una adivinanzas que se incluyen en este libro, o sobre las muchas maravillas que se esconden detrás de ellas gracias a la forma ingeniosa de describirlas o a los curiosos disfraces que las cubren, subrayó emocionada la Profesora del Colegio de Letras Hispanas de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM.
Miaja colabora en varios proyectos del Centro de Estudios de Promoción de la Lectura y Literatura Infantil (CEPLI), con sede en España, institución donde hace una década dio a conocer esta obra hilvanada por ella, antes de darla a conocer en México. Para ella es importante buscar la clave que está oculta en cada adivinanza contenida en este libro.
El volumen, copiosamente ilustrado por la artista visual Elvira Gascón, “esconde 1001 adivinanzas y 51 acertijos de pilón que dan pistas; si el lector pone atención, verá qué fácil es convertirse en adivino”. La fórmula mágica, a decir de la investigadora mexicana, comienza al decir “adivina, adivinador…” y lo que sigue es el gozo del descubrimiento y del saber.
Y eso lo sabe Miaja, dedicada por décadas al estudio, recopilación y clasificación de adivinanzas por todo el país. Con ese acervo, tejió un completo e interesante estudio sobre ese ancestral género, acompañado por una selección de 1001 adivinanzas (y claro, 51 acertijos de pilón) que hacen aprender a los hijos, refrescar a los papás y suspirar a los abuelos.
En la hoja de vida de la autora se lee que ha impartido cursos y conferencias en diferentes ciudades y países, fruto de más de 40 años que lleva trabajando e investigando en muchos temas, pero principalmente en literatura medieval y en lírica popular, tema último que la une muy especialmente al ilustre CEPLI, instituto de la Universidad de Castilla-La Mancha.
De acuerdo con esa institución, de eso dan cuenta sus obras, consultadas y aplaudidas en diversas naciones, entre ellas Naranja dulce, limón partido, antología pionera de la lírica popular infantil mexicana elaborada junto con Mercedes Días Roig y que, edición tras edición, se ha convertido ya en un texto icónico de la literatura popular de México.
Miaja de la Peña colaboró como investigadora en el Seminario de Lírica Popular Mexicana, de El Colegio de México, en la elaboración del Cancionero Folklórico de México, de los tomos II al V, y es coautora con Jas Reuter del Índice descriptivo de canciones que aparece en el tomo V. Pertenece al Sistema Nacional de Investigadores (Nivel II).
Miembro del Proyecto Medievalia (UNAM-COLMEX-UAM), así como de la Asociación Internacional de Hispanistas y de la Asociación Hispánica de Literatura Medieval, entre otras, ha publicado también Del alba al amanecer. La escritura de Reinaldo Arenas; En 1983 se integró a la Facultad de Filosofía y Letras, como profesora titular de tiempo completo.
Es reconocida a nivel mundial por impartir clases en instituciones como la Universidad Winthrop de Carolina del Sur, el Instituto de Lenguas de Pekín, la Universidad Henrich Heine en Düsseldorf, la Universidad de Castilla-La Mancha, y la Universidad de Sevilla en la Cátedra “Luis Cernuda”, así como en la Cátedra “Rosario Castellanos” en la Universidad Hebrea en Jerusalén.