lunes, septiembre 16, 2024
spot_img
InicioGente al pasoJUAN BAUTISTA MORALES, EL GALLO PITAGÓRICO: UN LAICO, CREYENTE, MORALISTA Y LIBERTARIO

JUAN BAUTISTA MORALES, EL GALLO PITAGÓRICO: UN LAICO, CREYENTE, MORALISTA Y LIBERTARIO

La obra de Juan Bautista Morales, conocido por su pseudónimo de El Gallo Pitagórico, es la creación y genio de un personaje nacional característico del siglo XIX: periodista-político o, si se le quiere redefinir, político-periodista.

Satírico, crítico y de pluma ágil y divertida, Juan Bautista Morales nació en la ciudad de Guanajuato el 29 de agosto de 1778, en el seno de una familia pobre; tuvo una profunda formación católica y sobresalió como estudiante y abogado que enfrentó penurias y pobreza que arrastró hasta su muerte, en 1856. Fue un moderado liberal laico a la vez que un ferviente católico; luchador político contra Agustín de Iturbide y Antonio López de Santa Anna; fue, al igual que Juárez, creyente y anticlerical, liberal y moralista y, asimismo, un costumbrista impulsor de la modernidad de su tiempo.

Aunque no se apasionó por intervenir en la gesta independentista, se sumó a la construcción del nuevo proyecto de nación y fue diputado en el Congreso constituyente de 1824. Al promulgarse la primera carta magna mexicana fue electo senador y luego fiscal de la Suprema Corte de Justicia. En 1842 fue diputado por Guanajuato y su oposición a Santa Anna lo lleva a hacer política desde El Siglo XIX, diario liberal editado por Ignacio Cumplido en sus talleres de la calle de Rebeldes en la ciudad de México. Es ahí donde a partir del 26 de enero de 1842 aparece como folleto El Gallo Pitagórico, espacio político y periodístico de “un moralista que elige el diálogo para ejemplificar los males de la República y consolidar la débil opinión pública”. 

Retrato de Juan Bautista Morales. A su lado, imagen de la portada (realizada en edición digital) del libro producido por la Imprenta Litografía de I. Cumplido en 1857, tomada del sitio https://www.cervantesvirtual.com/.

En sus artículos, Morales condena la actitud de Santa Anna frente a los texanos, quienes desde principio de siglo iniciaron un proceso de separación que culminaría años después con su anexión a los Estados Unidos. Por ello fue encarcelado. Ante la solidaridad y vítores de seguidores y admiradores, el dictador debe liberarlo. Bautista sigue con su cruzada político-periodística y publica Diálogos de Erasmo Luján (anagrama de Juan Morales), El Gallo y El Congreso de los Dioses para satirizar a Santa Anna.

Tras la caída del gobierno santannista, el 22 de agosto de 1846, el presidente Mariano Salas restituyó a Guanajuato su condición de estado republicano y Bautista Morales fue gobernador interino durante 10 días, periodo en que su visión de avanzado liberalismo contrastó con la cultura de tradicionalismo conservador guanajuatense. Lo relevó Manuel Doblado y Morales continuó con su actividad política y periodística en el ámbito nacional.

El Gallo Pitagórico es la obra más representativa de Juan Bautista, las acciones e ideas del periodista en el contexto del periodismo del siglo XIX, su obra como documento para la historia y como objeto de estudio en sí en tanto documento histórico; es su creación más representativa, pero es tan o más importante lo que aportó desde las páginas de El Siglo XIX, el impreso que lo definió como el influyente pensador liberal respetado por su contraparte conservadora, sin olvidar la importancia de su obra en los periódicos Los DebatesEl Águila MexicanaEl Monitor RepublicanoEl ConstitucionalEl RepublicanoEl Demócrata y El Semanario Judicial.

El Gallo Pitagórico, obra emblemática de Juan Bautista Morales

La compilación original de El Gallo Pitagórico, publicada en El Siglo XIX, fue prologada por el periodista liberal Francisco Zarco. Existe una versión facsimilar contemporánea editada por el Gobierno del Estado de Guanajuato y acompañada por los comentarios y el análisis de Carlos Monsiváis. Recientemente, el profesor investigador Félix Hernández del Ángel ha realizado una muy completa investigación sobre la vida y la obra del escritor y la ha completado con nuevos datos y nuevas interpretaciones.

La creación de Morales se sitúa en el contexto de un pensamiento liberal, herencia de la filosofía de la ilustración y con el referente más inmediato de la Revolución Francesa y la independencia de los Estados Unidos.

La sátira, el sentido literario, la metáfora de los personajes permitieron al periodista guanajuatense una posición que podía ir más allá de toda censura formal. Difundía ideas y principios reales a través de personajes de ficción y resaltaba su percepción del deber ser de un proyecto de país, propuesta que se debatía entre su formación basada en principios de un profundo catolicismo y una convicción sobre la naturaleza de las libertades individuales. Originalmente se creía que sólo fueron seis folletos los insertados en El Siglo XIX y que el séptimo no fue publicado, pero Hernández del Ángel indagó en archivos nacionales y encontró un total de 13 publicaciones.

Juan Bautista Morales, hombre letrado y culto, se mofa de las limitaciones intelectuales de los periodistas de su tiempo y, a la vez, moraliza sobre la misión del periodista: “ellos son la centinela avanzada de la opinión pública, y les pertenece dar el primer grito de alarma que manifiesta las necesidades del país, denuncie los abusos, aclare las discusiones para el examen de ellas, proclame la verdad, y evite los extravíos del gobierno en la senda constitucional que debe seguir (sic)”.

El periodista tiene una misión quijotesca, justiciera y libertaria, fiel a la visión liberal individualista de su tiempo. No se trata sólo de informar, su misión es impulsar el progreso y luchar contra lo que considera injusto. Para justificar la sátira y darle sentido a las parodias políticas, los sarcasmos y las metáforas, Morales construyó su personaje periodístico en el que el alma de Pitágoras se personificó en un gallo y éste se convierte en el interlocutor de Erasmo para hablar de los ingleses, los franceses, los angloamericanos y los mexicanos y con ello hacer un retrato de virtudes y defectos de unos y otros y para mostrar de una manera reflexiva la realidad social de su tiempo:

“Determiné quedarme en este país, pues aunque los consideraba todavía en la época de las revoluciones, que siempre preceden á la consolidación de un gobierno…”, señalaba en referencia a que pese a la inestabilidad política y las pugnas internas, contra todas las virtudes de las otras naciones y contraparte a los defectos de las mismas, valía la pena ser mexicano. Era un discurso de nacionalismo importante en un proceso de búsqueda de identidad.

El Gallo Pitagórico, fue el espacio político y periodístico de “un moralista que elige el diálogo para ejemplificar los males de la República y consolidar la débil opinión pública”. En la imagen El Gallo en pleno diálogo con Erasmo Luján.

De ahí pasa a la reflexión sobre los militares, los patriotas, los ministros, los diputados, jueces y magistrados, abogados, comerciantes y periodistas.

Morales analiza retos y moralidad, de nuevo el deber ser y la crítica son parte consustancial de un diálogo en el que, más allá de la sátira, atiza contra el oportunismo político: “¿Piensas que porque hay tantos revoltosos, hay muchos patriotas? ¿Crees que todos los que gritan «¡viva la libertad, muera el despotismo, federación ó muerte!» ¿Están animados de sentimientos desinteresados, y movidos únicamente por el bien público?”. El periodista ilustraba su posición política y concluye con un remate de humor al escribir sobre las cotorronas (solteronas), las niñas y las casadas. 

Los diálogos entre El Gallo y Erasmo van en el segundo folleto de la moral (los egoístas) y la crítica social (ricos improvisados) a la crítica política (los equilibristas o “maromeros políticos”).

Sanciona a los hipócritas y es acre con los escritores públicos que hacen lo suyo sin convicción: “¿Está de moda atacar al gobierno? Las providencias justas se presentan vestidas por semejantes modistas con el ropaje de la iniquidad. ¿Está de moda adularlo? Los decretos más tiránicos y opresivos de la libertad se visten con un traje de justicia. ¿Está de moda la hipocresía? Todos los escritos salen con sobrepelliz, bonete é hisopo en mano, echando exorcismos hasta contra la verdad misma. ¿Está de moda el descaro y el libertinaje? En cada escrito se presenta una Tais (sic)”.

El Gallo diserta sobre los benefactores públicos, los enamorados, los diputados, las viejas remilgadas y las casadas para, entre burlas y veras, divertir y fustigar:

Sin duda alguna, El Congreso de los Dioses es uno de los textos más logrados por Morales. Hace en el texto una disertación sobre la torpeza de los políticos y sanciona las acciones que han generado el caos, la desunión y los riesgos para el país. La pérdida de los territorios a manos de los estadounidenses le darían la razón sobre la falta de un proyecto definido y la carencia de una unidad nacional.

Esa visión crítica es refrendada en la Oración Fúnebre, “que el M. R. P. Supino, religioso observante, pronunció ayer en los potreros de Balbuena, ante un lucido y numeroso concurso de cuadrúpedos de todas clases, que pastaban en ellos”. 

El esquema de diálogo no sólo significaba una alusión a las formas discursivas de la Grecia antigua, eran una manera común de su tiempo, que lo mismo se presentaba en el teatro que en expresiones populares como la pastorela y que persistiría en las operetas y la carpa en el siglo XX.

El Siglo XIX consignaba en sus páginas las reseñas de las obras inspiradas en personajes del teatro clásico latino con adaptaciones o similitudes con la realidad de la época.

La presentación de los diálogos en formato de libreto teatral no era una innovación como estilo, pero sí una manera de hacerlos accesibles en una dinámica que, por decirlo en términos actuales, estaba de moda.

En los últimos números, El Gallo recurre más a las metáforas y deja de lado las alusiones directas para mantenerse en un plano de lo simbólico. Pone en cualidades de animales fantásticos, a manera de fábula, las características de los actores políticos de su tiempo. A pesar de esa curia, Morales sería encarcelado, para gloria de él tanto en su tiempo como en el reconocimiento que más de un siglo después se le haría a su pensamiento liberal.

El Gallo Pitagórico fue ejemplo de un periodismo creativo, literario e imaginativo. No fue una idea original, pero sí fue parte de una herencia que se manifestó en el periodismo satírico del siglo XX, enriquecido por los ilustradores, y que perdura hasta ahora con el talento de los “moneros” políticos mexicanos.

¿Y si en franca ironía de la vida El Gallo hubiese reencarnado y deambula entre nosotros sin que le hagamos caso?

Juan Bautista Morales fue un vehemente promotor de la separación de la Iglesia y el Estado. Era, sin embargo, un ferviente católico y el acto de confesión el día de su muerte, 29 de julio de 1856, fue aprovechado por el clero para difundir la falsa noticia de que había abjurado y de que se había retractado en el lecho de muerte de sus creencias liberales. Su confesor le dio a firmar el documento de abjuración, pero Morales, fiel a sus convicciones, no lo hizo.

Fue un actor de la historia que como político y como periodista mostró la complejidad de un siglo XIX pleno de personajes que rompen con el modelo de paradigmas de buenos y malos, de vencedores y vencidos: de beatos con principios liberales y liberales con profunda fe religiosa. La reflexión cierra con un fragmento del obituario que El Siglo XIX publicó sobre El Gallo:

“Ese hombre que como profesor hubiera hecho su fortuna en cualquier otro país; que como escritor pudo traficar con su pluma; que como magistrado pudo acumular tesoros en época de corrupción, vivió siempre pobre, pero contento; en la miseria, pero gozando de la tranquilidad de una conciencia sin mancha. El primer funcionario en el orden de nuestra magistratura muere sin dejar a su numerosa familia más legado que el de su fama y su gloria”.

Referencias

Cruz Soto, Rosalba. El movimiento de independencia y la prensa novohispana, tomado de Historia de México, en internet, www.unam.mx. Junio, 2008.

Enciclopedia de México. Tomos 6 y 10. Secretaría de Educación Pública, México, 1985.

Hernández del Ángel, Félix (compilador). Textos reunidos del licenciado Juan Bautista Morales (1788-1856), El Gallo Pitagórico, Edición de autor, México, 2013.

Maza, Luis Reyes de la, El Teatro en México en la Época de Santa Anna. UNAM, México, 1991.

Morales, Juan Bautista, El Gallo Pitagórico, reproducción facsímil, Gobierno del Estado de Guanajuato, México, 1987.

Pena de Oliveira, Felipe, Teoría del Periodismo. Comunicación Social ediciones y publicaciones, España, 2006.

Federico Velio Ortega
Federico Velio Ortega
Periodista, maestro en Investigador Histórica, amante de la lectura, la escritura y el café. Literato por circunstancia y barista por pasión (y también al revés)
spot_img
Artículos relacionados
spot_img

Populares