martes, septiembre 17, 2024
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EL RETORNO DEL MILWAUKIANO

Incansable, Ben Stark deja en las escuelas,

en cada visita, una impresión de vitalidad

Cada año, deja su encargo como responsable de los servicios públicos de una urbe tan grande como Milwaukee (Wisconsin, EE.UU), y se da una vuelta por México, donde prestamente alista creatividad y aerosoles para plasmar, en algunas escuelas guanajuatenses, una nota de color que refleja un sentido artístico impregnado de amor por la vida y aprecio por los paisajes de nuestra tierra.

En cuanto se presenta la oportunidad, Ben Stark entra en contacto con su amigo mexicano, el profesor Mario Montero Pineda, con el fin de apresurar los trámites administrativos que permitan, a su llegada, contar con una o dos paredes donde proyectar sus coloridas ideas, concretadas en la figura de un infante, animales, plantas, viejos edificios o hermosos panoramas.

Foto:

Ben posa ante el mural plasmado en El Xoconoxtle.

Son varias las escuelas en las que el milwaukiano ha dejado muestras de su cariño por los escenarios naturales de la entidad, con escenas de gran calidad cristalizadas en muros más o menos amplios, preferentemente en la zona rural, donde labora incluso bajo los intensos rayos del sol: imperturbable, concentrado en dejar una huella que inspire a los menores de cada sitio elegido.

Si en la ocasión anterior encaminó sus pasos a la comunidad yurirense El Xoconoxtle, donde colocó la cabeza de una imponente águila real en primer plano, con el emblemático Cerro de Culiacán y la Laguna de Yuriria como fondo, esta vez tomó el rumbo de la Ciénega del Pedregal, poblado de la capital que en el nombre lleva el recuerdo del pantano que se formaba antaño en esa plana extensión, cuando el río Guanajuato crecía y el cauce se desbordaba a ambos lados, antes de que la presa de La Purísima contuviera las aguas y conformara un nuevo panorama en la zona.

La creación realizada en La Poza.

Asimismo, en el pequeño asentamiento llamado La Poza, municipio de Guanajuato, su inspiración lo llevó a pintar un pequeño arriero, de rostro adusto y protegido del frío clima, que conduce de la rienda a un caballo en una senda montañosa, reflejo de la dura existencia que enfrentan muchos niños desde temprana edad en las rancherías del país, lo que, por otra parte, los prepara para enfrentar los retos de la vida adulta.

Esta vez, serio como es en realidad, Ben se enfocó precisamente en esa enorme extensión acuática como elemento central. En la obra, realizada dentro de la Escuela Primaria “Alberto Terán”, destaca en el horizonte la elevación del Cerro del Sombrero, que esconde entre sus rocas y matorrales un conjunto de petroglifos que dan testimonio de la cosmogonía predominante entre los pueblos que habitaron la región en tiempos prehispánicos.

Los materiales y el boceto en Ciénega del Pedregal.

Resalta igualmente la Parroquia de Nuestra Señora de los Dolores, cuyas ruinas ―bajo el agua en tiempo de lluvias y emergentes en las secas―, se han convertido en gran atractivo turístico, destino de recorridos en kayak o en lancha incluso por el interior de la nave, que muchas veces estuvo llena de fieles cuando aún existía el antiguo poblado del Zangarro y que ahora muestra todavía parte de la cúpula, gruesos muros cubiertos de verdoso moho y restos de las columnas barrocas que la adornaban.

En contraste, el artista visitante colocó en primer plano las figuras de dos jaguares, cuya piel moteada surge de sendos macizos de plantas, en las que una felina madre parece encontrar a su perdido y asustado cachorro. Y si bien esa especie no forma parte de la fauna actual de la región, el motivo alude a la importancia ancestral que el jaguar tuvo entre los pueblos indígenas de toda Mesoamérica, como símbolo de fuerza, poder, fertilidad y vida.

La obra en la Escuela Primaria “Alberto Terán”.

Stark señala que no sólo en México ha dejado muestras de su actividad, sino que también se ha desplazado a otros países de Centro y Sudamérica, si bien prefiere a nuestro país, y particularmente a Guanajuato, por la cercanía, por la amabilidad de la gente y por las facilidades que siempre se le otorgan para llevar a cabo la expresión de su arte y, al mismo tiempo, escapar a los problemas cotidianos de la existencia.

Cuando da por terminado su trabajo, Ben toma distancia para analizar el resultado. Si es necesario, corrige un detalle aquí o allá, deja la firma de su sitio personal en Instagram (paintingi t_forward) y acepta gustoso los saludos de la gente, especialmente de los niños y niñas que no pueden ocultar su orgullo porque su plantel contará, a partir de entonces, con una creación distintiva y única.

Mario Montero (izquierda), el facilitador de las visitas de Ben.
Benjamin Segoviano
Benjamin Segoviano
Maestro de profesión, periodista de afición y vagabundo irredento. Lector compulsivo, que hace de la música popular un motivo de vida y tema de análisis, gusto del futbol, la cerveza, una buena plática y la noche, con nubes, luna o estrellas. Me atraen las ciudades, pueblos y paisajes de este complejo país, y considero que viajar por sus caminos es una experiencia formidable.
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