Libro que convierte en poesía las vivencias y reflexiones de la autora
Se arma un círculo y cada participante tiene la oportunidad de compartir el poema con el que se identifica, el que le llega al fondo de los sentires. Es una presentación de libro que está lejos del modelo de un comentarista y un autor o autora solemne.
Desde mi jardín es el libro-sentimientos, el libro-dolores y alegrías, el libro vivencias-reflexiones de Citlali Tovar, mujer de lucha por la naturaleza, de amor por el arte y abrazo cálido a las amistades. Así resume su obra:
“Es una recopilación de escritos que jamás imaginé que vieran la luz del sol. Comprenden 38 años de mi vida, y cuando se leen desde el primero, que escribí a los 18 años, hasta el último —que escribí hace unos meses—, se encuentra una historia que se narra a través de instantes capturados por mi alma”.
La poesía y la astrología
El libro es parte de una dinámica de planteamientos para la reflexión y la búsqueda de sí mismo:
Talleres de la energía de la Luna y el de Venus, para cerrar el ciclo con el taller de Astroyoga “para conocer la energía de Lilith”, a la que califica como “una experiencia extraordinaria, imperdible”.
Alrededor de esos quehaceres está su expresión escrita, sobre la que precisa:
“Nunca fue una decisión hacer un libro, pero he escrito toda mi vida y todo en la vida, escribía mi diario desde la primaria y por eso, para mí, escribir es un acto alquímico y cuando pones por escrito lo que estás pensando, el texto va tomando forma y voz propia”.
Desde mi jardín es un texto propio, de ella como personaje que habla más de sí misma, más allá de tu propia vida.
Para Citlali la parte estética es muy importante:
“Escribes algo que empieza a tomar forma, decirlo de una manera que te parece bella; pasan meses para poner la palabra que te gusta hasta que queda lo que te deja satisfecha. Esa emoción se trabaja y se le da forma como una manera de autoconocimiento y autocomprensión”.
En ese proceso, llevaba sus sentires al texto y luego se convertía en la primera lectora de sí misma:
“Leía muchos poemas y me dolían y me daba pudor enseñarlos, pero eran parte de un proceso personal muy sentido y por eso son muy míos”.
Se trata de una obra esencialmente lírica:
“He tenido muchas transformaciones y de pronto siento que ya no son míos, que es el personaje que habla solo y ya no soy yo, pero es mi historia. Es parte de soltar mi metamorfosis”.
Los poemas “saltaron de mi jardín al abrir mi ventana a él”. Añade: “sabes quién eres cuando te abres, lo vivo como jardín interior porque, a donde voy, me siento en paz —fuera del mundo— a observar la vida”.
Desde mi jardín es la catarsis ante el cambio de vida:
“Acababa de llegar de la ciudad de México, donde había tenido un puesto y al regresar a Guanajuato viví una nueva realidad”.
Así lo explica:
“La vida está en una noche callada, la vida es el agua cayendo en las plantas, tienen un guiño astrológico, mi luna natal está en la casa 12 y esa es el jardín interior. Encuentras la intuición de lo divino y estás observando el jardín y te das cuenta que eres parte de eso, de los árboles, de las plantas y de los perros”.
Citlali Tovar es conocida en Guanajuato por sus antecedentes de luchadora en pro del medio ambiente. Explica el porqué de esa postura:
“Vivir esta vida humana tiene que ver con sabernos parte del planeta, de entendernos como parte integral con el planeta Tierra y ahora que soy astróloga considero que tiene que ver con el cosmos. Si no nos entendemos como parte del cosmos, jamás vamos a tener una conciencia sustentable”.
Llama a romper con el modelo convencional de antropocentrismo:
“Soy el centro de mí misma, pero esa vida humana que vivo en lo individual sólo tiene sentido cuando me reconozco como parte del todo. Hay que reconocer la emoción interna”.
Añade:
“Este libro es una ventana a mi corazón y a la tradición tolteca a la que soy muy cercana, que nos dice que el corazón se abre en un círculo de palabras, en un círculo que permite entendernos de corazón a corazón. Quería que ese diálogo se diera sin ningún acto solemne, sin elocuencias y sin un guiño siquiera a la vida académica. Es parte de la Citlali que está y no está ahí”.
Así se expone el libro: en un círculo, con gente a veces en sillas, otras en el piso o de pie, en presentaciones donde no hay brindis con vino porque “el alcohol se lleva la energía y el poder”.
El libro ha sido presentado en ciudad de México, Guanajuato, León, Cuernavaca y Querétaro:
“Todas las presentaciones han sido con cacao, que es una bebida que abre el corazón”.
Pide a quien la lea que abran el corazón y reciban el libro, que se apropien de él, que lo tomen y vean qué sienten a leerlo, “porque algo interesantísimo es que cuando hablan del corazón a otro corazón, las cosas resuenan y la gente encuentra a su propio yo”.
Y sigue con la reflexión: “Vivimos el territorio, lo respiramos, lo vemos. Si sólo lo pensamos nos llevan a lugares, a ciudades artificiales, frutos que son de lo ideal y lo material y no de la experiencia de vivir”.