Las biografías sobre José Hermenegildo de la Luz Bustos Hernández, mejor conocido como Hermenegildo Bustos, relatan la existencia de un pintor de pueblo valorado post mortem. Lo señalan como uno de los pintores mexicanos más reconocidos del siglo XIX y uno de los mejores retratistas de su época.
Para el pueblo llano de Purísima del Rincón, municipio que tiene a Purísima de Bustos por cabecera, el principal reconocimiento es el atribuirle la creación de la tradicional Judea.
Aunque hay datos que señalan que fue el 21 de abril, en su autorretrato Hermenegildo Bustos precisa que nació el 13 de abril de 1832 en el pueblo rinconero de Purísima. Si bien se dice (porque no hay pruebas que le den rigor histórico) fue ayudante de Juan Nepomuceno Herrera, otro destacado pintor guanajuatense, su formación fue predominantemente autodidacta. Además de sus afamados retratos —de un asombroso realismo expresionista—, realizó algunas obras religiosas y mucha producción sobre naturaleza muerta.

A lo largo de su vida, Bustos pintó cerca de 400 cuadros. Sus retratos destacan por la fidelidad de detalles y expresiones. Su obra fue largo tiempo ignorada hasta que fue reivindicada por personajes como el médico Pascual Aceves Barajas, quien era coleccionista de exvotos (también conocidos como “retablos”) creados por el artista.
Los trabajos biográficos e historiográficos son diversos y sobre él han escrito personajes como Carlos Monsiváis y Octavio Paz. Su calidad técnica fue tal, que en su ensayo “Descubrimiento de un pintor americano”, Walter Pach comparó la intensidad expresiva de los retratos de Hermenegildo Bustos con los producidos en Egipto durante el dominio del Imperio Romano, conocidos como los retratos funerarios de El Fayum, pintados a la encáustica sobre tabla entre los siglos I y V después de Cristo.
Su obra está distribuida entre varias ciudades: Purísima del Rincón, San Francisco del Rincón, León, Silao, Guanajuato, Irapuato, Ciudad Manuel Doblado en el Estado de Guanajuato; en Aguascalientes, Zacatecas, ciudad de México y poblaciones del estado de Jalisco: Lagos de Moreno, San Diego de Alejandría y Encarnación de Díaz. La primera ficha biográfica sobre Bustos apareció en el catálogo de la exposición Veinte siglos de arte mexicano, en 1940, montada en el Museo de Arte Moderno de Nueva York, por el Instituto Nacional de Antropología e Historia de México. En el cual decía: “Bustos, Hermenegildo. Pintor. Nació en Guanajuato a fines del siglo XVIII. Murió en Guanajuato”.
Sus retratos fueron coleccionados por el escritor Francisco Orozco Muñoz, de Guanajuato, y luego por Aceves Barajas, de San Francisco del Rincón, cuya casa se convirtió en el Museo Hermenegildo Bustos. La obra del pintor ha sido exhibida en el Museo Nacional de Arte de la Ciudad de México en 1951 y posteriormente en París y Estocolmo (1952), Londres (1953) y Tokio (1955).
Bustos se ganó la vida ejerciendo diversos oficios como el de nevero, carpintero, sacristán y jornalero, a la par de su actividad como pintor, pero el retratar la imaginería religiosa, relacionada con la devoción de los habitantes de Purísima del Rincón y otros municipios hace suponer que era un ferviente católico y por eso su contribución a la celebración de La Judea.

En 1873, cuando Hermenegildo Bustos tenía 41 años, comenzó La Judea, una representación de Semana Santa en la que sus participantes visten a la supuesta usanza de judíos y romanos de la época de Jesús. Lo peculiar son las coloridas máscaras, que representan rostros de gente de piel blanca, hechas con madera, predominantemente patol.
La Judea se lleva a cabo el Jueves Santo. Es una representación de teatro popular de contenido profano-religioso, presuntamente creado y heredado por Hermenegildo Bustos para darle realce al viacrucis. El grupo de “judíos” muestra máscaras representativas: Judas, el Ranchero, la Oriental, Malco, el Tiempo, el Diablo Mayor, el Diablo Menor y otros personajes. Es una representación paralela al Vía Crucis, pero con un tono burlón, que desemboca con el deseado final funesto de Judas Iscariote.
El grupo parte de las instalaciones de Casa de la Cultura, ubicadas en la calle 5 de Mayo, del centro de Purísima para seguir rumbo al panteón municipal. Judas, con una máscara blanca, traiciona a Jesús y tras de consumarse la infamia cambia a máscara negra.
El Viernes Santo por la mañana está dedicado a la representación de la sentencia, viacrucis y crucifixión de Jesús; para posteriormente, hacia las 3 de la tarde, sea la cúspide de La Judea: la persecución final de Judas para terminar ahorcado en el jardín principal de Purísima, a pocos metros del Museo que lleva el nombre del pintor.
Una vez que Judas “muere”, lo bajan de la horca y se va al infierno junto con los que participaron en la muerte de Jesús. Músicos de la localidad tocan melodías con trompetas y tambores para invitar al arrepentimiento.

En este año hubo más de 650 participantes de La Judea. Muchos de ellos estuvieron días antes en la capital del estado, donde por tercer año consecutivo se lleva a cabo este espectáculo. En este caso, Judas es ahorcado en la Plaza de la Paz.