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TLACUACHES BAJO LA LUNA. EL LEGADO DE CHENCHO Y LA LUCHA POR LOS INVISIBLES

Cuando cae la noche y el mundo duerme, un ser de hocico puntiagudo y ojos brillantes se desliza entre árboles, tejados y sombras. Busca alimento, esquiva peligros, sobrevive en silencio. El tlacuache, guardián ancestral del crepúsculo, ha vivido entre nosotros desde hace más de 60 millones de años.

Cuenta la leyenda que los tlacuaches se atrevieron a robar el fuego a los dioses para entregárselo a los humanos. Para lograrlo, encendieron sus colas y huyeron valientemente. A cambio, recibieron promesas que nunca se cumplieron.

Hoy, siguen recorriendo los rincones de México, pero lejos de ser celebrados, son despreciados, golpeados o quemados por quienes no entienden su valor. La astucia que los ha mantenido vivos desde la prehistoria podría no bastar ante el ingenio cruel del humano moderno. Si no los protegemos, podríamos condenarlos a desaparecer.

Tlacuatzín Rescue, organización creada por Daniela Pesqueira y su hija, se dedica con alto sentido altruista a rescatar y cuidar tlacuaches. Tlacuatzin 1 y 4

En Guanajuato, tierra de cuevas, colinas y tlacuaches, una historia de ternura y lucha se abre paso gracias a Daniela Pesqueira y su hija. Ambas decidieron dedicar su vida a proteger a estos animales silvestres, conscientes de lo valioso que es cada vida, y de cuán en deuda estamos con aquellos que nos dieron el fuego.

Daniela fundó Tlacuatzín Rescue después de que, en medio de su labor rescatando perros y gatos, llegara a su vida Chencho, un pequeño tlacuache bebé.

“Toda la vida hemos rescatado animales, desde que yo me acuerdo y era chiquita y hasta donde mis padres me lo permitían. Después como a los 20, 21 años que ya me independicé, que ya vivía aparte y ya fui mamá, tuve mis cosas aparte y pude rescatar a mi antojo y empecé a rescatar perros y gatos en situación de calle”. 

“Después, un día, yo trabajo en el Hospital General aquí en Guanajuato, y una compañera nutrióloga llega y me dice que encontró un tlacuache y no sabía qué hacer con él, me pidió que yo lo cuidara, pero yo no sabía nada sobre tlacuaches. Me lo entregó, era un bebé. Chencho tendría dos meses a lo mucho. Lo empezamos a criar. Nunca pensamos en liberarlo, pensamos que siempre se quedaría con nosotros. Malamente. Ahora lo sé. En ese momento fue como la sensación tener un tlacuache de mascota y empezamos a subir en Facebook las historias, y ya sabes, los amigos empezaron a dar like y a correr la voz de que teníamos un tlacuache”. 

Y fue aquí donde la historia toma un giro bienaventurado. Aquel encuentro casual con Chencho se convirtió en el inicio de una cruzada inesperada. Las redes sociales ayudaron a correr la voz, y poco a poco la gente empezó a buscarlas no sólo por perros y gatos sino por tlacuaches en peligro. 

“Se volvió una moda que nos hablaran para decirnos que habían encontrado un tlacuache, y nos empezaron a referir tlacuaches que criábamos y luego liberábamos. Después de estar así durante muchos meses decidimos hacer una página específica para este fin porque eran muchos mensajes en nuestros perfiles y en nuestros teléfonos y no siempre está uno disponible”. 

Y nació Tlacuatzín Rescue, que hoy colabora con cuerpos de emergencia para rescatar no sólo tlacuaches sino toda clase de fauna silvestre. 

“Así, creamos la página Tlacuatzín. Acabamos de cumplir cuatro años rescatando fauna silvestre, nos especializamos en tlacuaches, pero igual le entramos a todo gracias a Chencho, ese tlacuache que llegó a nosotros, y que hace cuatro años justamente murió. Gracias a él tenemos hoy el conocimiento para rescatar a muchos más de su especie y seguir luchando por sacarlos adelante y que no se pierda la especie porque creemos que en algún momento estará en peligro de extinción”. 

Además de su valor simbólico y cultural, los tlacuaches tienen un papel esencial en el ecosistema: ayudan a controlar plagas, dispersan semillas y mantienen el equilibrio natural. Pero más allá de eso, son seres vivos con derecho a existir sin ser mutilados, quemados o perseguidos por su apariencia. 

“Lo que me motiva a hacer esto es el amor por los animales y el presenciar tanto maltrato y tanto sufrimiento, si los perros y los gatos son maltratados imagínate el tlacuache con su cara, porque son caras feas, con una apariencia muy similar a las de las ratas. Hemos vivido y sigue habiendo historias muy tristes y ese fue el principal motivo, el amor a un ser vivo, el decir que no podemos dañarlos y maltratarlos. Y si no los ayudo yo ¿Quién los va a ayudar? Y esa fue mi principal motivación”. 

Esta historia también nos recuerda lo fácil que es olvidar que no sólo los animales “bonitos” o domésticos necesitan ayuda. Los despreciados, los invisibles, los que provocan rechazo, también merecen protección. 

“Los tlacuaches son la figura central del proyecto gracias a nuestro Chencho, que fue nuestro escudo hacia los tlacuaches. Hay muchas asociaciones dedicadas a rescatar perros y gatos, hasta burros y caballos, pero no el tlacuache. Yo la verdad me siento muy orgullosa porque gracias a Tlacuatzín mucha gente empezó a tener conciencia de lo que es rescatar a los tlacuaches y cuidarlos, y se empezó a hacer una moda el hablar de tlacuaches y ponerles atención. Mi hija y yo somos las tlacuachín y somos parte de eso”. 

Por supuesto que este trabajo no es sencillo. Requiere recursos, constancia y apoyo colectivo. Tlacuatzín Rescue necesita que más personas se sumen: donando, estando al pendiente de los rescates y las actividades de recaudación de la página, difundiendo o simplemente preguntándose qué pueden hacer por los que no tienen voz.

“Nosotros pedimos donaciones en especie o económicas. En Tlacuatzín no sólo hay tlacuaches, también hay perros, gatos, víboras, todo lo que sea fauna silvestre y pues eso nos implica mucho gasto. A veces nos donan productos para limpieza o comida para gato o perro, pero el rescatar un ave de rapiña, ahorita tenemos unos tecolotes, implica comprar diariamente carne. Entonces necesitamos tener un colchoncito y una alcancía. La manera de ayudar a Tlacuachín definitivamente es a través de donaciones y de republicar lo que hacemos en la página, porque eso hace que más gente nos conozca y podamos llegar a más personas”. 

Tlacuatzín Rescue, que hoy colabora con cuerpos de emergencia para rescatar no sólo tlacuaches sino toda clase de fauna silvestre.  Tlacuatzin 2, 3, y 5

Cada tlacuache, cada criatura liberada, lleva en sus patas el eco de una historia que vale la pena contar.

Y quizás, después de leer esto, cuando veas moverse una sombra en la noche, ya no sientas miedo. Tal vez sea un tlacuache. Tal vez sea una historia buscando quien la escuche.

Y si tú la escuchas, no la ignores. Haz algo. Porque no se trata solo de salvar animales. Se trata de salvarnos a nosotros mismos respetando a los seres vivos, dejando de ser insensibles a la vida ajena.

Chencho ya no está, pero su legado arde con fuerza. Gracias a él, cientos de tlacuaches han tenido una segunda oportunidad. Porque al final, el fuego que los dioses negaron, lo encendieron Daniela y su hija: con valor, ternura y convicción.

Y ese fuego, aún hoy, sigue iluminando la oscuridad.

Elena Ortiz Muñiz
Elena Ortiz Muñiz
Elena Ortiz Muñiz es licenciada en Ciencias de la Comunicación, escritora, editora en Pacholabra Ediciones. Fundadora de los proyectos Alas para niños y jóvenes escritores y Manos en Vuelo.
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