Caminaba rumbo a su despacho por el Centro Histórico de la ciudad y era un trayecto de saludos. Con impecable traje, delgado, bien rasurado y peinado, respondía al “buenos días” o “buenas tardes” con amabilidad. “Es el licenciado Trueba”, decían al verlo pasar. Era una leyenda, un hombre de formalidades que convivió con irreverentes de la ralea de Armando Olivares Carrillo, Enrique Ruelas y Jorge Ibargüengoitia.
Eugenio Trueba Olivares nació en Silao el 11 de abril de 1920 y falleció en la ciudad de Guanajuato el 9 de junio de 2020. Fue el universitario por excelencia: hombre de academia y de arte, con énfasis en el derecho y la filosofía, por un lado, y en las letras y la cultura, por el otro.
Escribió ensayos y disertaba sobre derecho y teorías sociales. Fue fundador del Cine Club, la Librería Universitaria, la Biblioteca Central, Radio Universidad y la Feria del Libro; así como de escuelas preparatorias en diferentes municipios del estado.

Fundó, junto a Enrique Ruelas, el “Grupo de Los Quinientos” y el Teatro Universitario, que con la representación de los Entremeses dio origen al Festival Internacional Cervantino, hecho que puso a Guanajuato en el panorama internacional en el ámbito del arte y la cultura.
Narrador, dramaturgo y catedrático. Estudió Derecho en la Universidad de Guanajuato. Fue titular del Departamento Editorial y catedrático de la misma institución. El dato formal es que fue Rector de la Universidad de Guanajuato (1957-1961, 1973-1977). En esas etapas gestionó la creación de las escuelas de Arquitectura, de Minas, de Química, de Enfermería, de Agricultura en Irapuato, del Centro de Investigaciones en Física, del Centro de Idiomas, de la Biblioteca Central y múltiples posgrados como la maestría en Finanzas, en Química Inorgánica, Planificación Urbana y Restauración de monumentos.
Fue director de la escuela de Derecho y director de las publicaciones Garabato y Umbral. Ingresó a la Academia Mexicana de la Lengua en 1970.
Fue presidente del Supremo Tribunal de Justicia de Guanajuato, asesor jurídico del Congreso de la Unión y del Congreso local. Fue nombrado Maestro Decano en 1978 por la Universidad de Guanajuato. Doctor Honoris Causa por la Universidad de Guanajuato en 1998. En 2013 le fue entregada la presea FIC por sus destacadas aportaciones a la cultura nacional. En 2016, el Instituto Estatal de Cultura del Estado de Guanajuato creó la presea Eugenio Trueba Olivares para reconocer la trayectoria y aportaciones de los creadores guanajuatenses.

Fue Síndico del H. Ayuntamiento de Guanajuato entre los años de 1964 y 1966. En 1979 fue designado como magistrado del Poder Judicial del Estado de Guanajuato siendo nombrado por el Cuerpo Colegiado como Presidente del Supremo Tribunal de Justicia.
En el ámbito cultural perteneció al destacado grupo de intelectuales del Estudio del Venado (atrás del Callejón del Beso) y destacó por su gran pasión por el teatro. Publicó diversos libros de cuentos como Tres cuentos (1947) en coautoría con Manuel de Ezcurdia y Alfonso Prado, Cuentos (1951), Antesala (1956), La pupila del gato (1957), Los vencidos (1990).
Publicó también ensayos: Marx, Platón, San Agustín. Ensayo sobre utopías (1983), Vitoria, su pensamiento (1987). Cultivó la novela con: La turbia imagen (1962) y, el teatro con: Los intereses colectivos (1959), El integérrimo Madrazo (1959), Edicto de gracia (1981), Río revuelto (1982) y De una mala mirada (1979), amén de artículos en revistas tanto especializadas como de divulgación. Incursionó en la producción de artículos sobre derecho y en conjunto su obra suma cerca de doscientos artículos sobre filosofía, derecho y literatura.
Parte de su obra ha aparecido en libros como Cuentistas mexicanos modernos, Tomo I, Libro-Mex, 1956.
En su labor como profesional del derecho, desde 1952 fue responsable del Departamento Jurídico de la Guanajuato Power Electric Company. Cuando en 1966 fue incorporada a la Comisión Federal de Electricidad, Trueba Olivares continuó en el cargo hasta el año de 1985. También, desde la década de los cincuenta del siglo XX se desempeñó como jefe del Departamento Jurídico de la Sociedad Cooperativa Minera Santa Fe de Guanajuato.

Eugenio Trueba Olivares fue un hombre abierto a las diferencias, un liberal humanista, hombre de fe en lo privado y laico en lo público.
Tuvo bien y malquerientes y lo mismo convivió con bohemios como Armando Olivares y Enrique Trueba —por citar los más reconocidos— que enfrentó la sorna de quien fuera su amigo y adversario de letras: Jorge Ibargüengoitia, quien tuvo en el de Silao inspiración para la creación de uno de los personajes de Estas ruinas que ves.
La anécdota del tropiezo de Trueba cuando se colocó el cenotafio dedicado a Ibargüengoitia es de las más citadas cuando se habla de uno de los momentos emblemáticos de la relación afecto-pugna entre los dos escritores.
Han pasado 5 años: Eugenio Trueba Olivares, liberal con familiares sinarquistas, ya no está físicamente, pero miles de páginas creadas por él lo hacen perenne.