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EL REY PELÉ EN EL NIETO PIÑA

La capital del estado de Guanajuato se reconstruía tras su decadencia postrevolucionaria. Era 1970, tenía 40 mil habitantes. La ciudad empezaba en Los Pastitos y era una tripa de callejones dispersos en torno a las calles Juárez, Cantarranas y Paseo de la Presa.

Ahí habría de llegar Edson Arantes Do Nascimento, alias Pelé, que del 31 de mayo al 21 de junio habría de participar en el Campeonato Mundial de Fútbol y sería la gloria y sensación de la justa deportiva. Los jugadores brasileños tomaron la ciudad y la ciudad los hizo suyos gracias a que entrenaron en un espacio emblemático para Guanajuato y su universidad: el campo Nieto Piña.

La vecina ciudad de León era una de las sedes, urbe próxima a cumplir 400 años de existencia y con más de 400 mil habitantes y dos estadios de fútbol: la mítica Martinica y el flamante Nou Camp.

En León saludó a futbolistas y los vio entrenar, pero donde el ya consagrado crack iba a levantar mayor furor fue en esa pequeña localidad de calles adoquinadas, con una universidad que ese año tendría como rector a Manuel Fernández Mendoza y se resalta la fundación del Instituto de Investigaciones Médicas.

La Universidad crecía poco a poco, aunque se seguía concentrando en la capital, en una ciudad enclavada en una cañada con pocas posibilidades para espacios deportivos. Salvo los campos del Nejayote, cercano a la estación de ferrocarril.

La UG se extendió a la periferia y en Noria Alta tenía a la Facultad de Química, con su cancha futbolera.

La institución requería un campo formal que representara a todas las escuelas y facultades. Ese fue el Campo Nieto Piña.

La selección de Brasil, con Pelé, entrenan en el Nieto Piña

Los seleccionados brasileños cruzaban el ala poniente de la ciudad, desde San Javier, donde estaba el hotel que los hospedaba, hasta la cancha Nieto Piña.

La elección de la ciudad de Guanajuato para la concentración brasileña durante los 21 días de cara al mundial, fue por su altura, similar o incluso más elevadas a las zonas de estadios de Guadalajara y México.

La Universidad y el Gobierno del Estado invirtieron en tener un césped adecuado y digno para esa selección que tenía como sede la ciudad de Guadalajara, a unas tres horas en autobús.

Los entrenamientos de los brasileños fueron una romería en una ciudad de mayor tradición beisbolera. Esas tres semanas construyeron la leyenda del grande del fútbol en un espacio universitario erigido en la zona de expansión de la ciudad que iba también a tener mayor desarrollo.

Meses después, Federico “Pichirilo” Curiel le dio mayor auge publicitario a la ciudad por filmar su épica Las Momias de Guanajuato. Dos años después sería estrenada y la ciudad comenzaría a ser la sede del Festival Internacional Cervantino.

Tal fue la importancia de esta localidad y su Nieto Piña, que en el mundial de 1986, el campo también fue anfitrión de los entrenamientos de la selección de Francia. Otro ícono del deporte estaba en ese equipo: Michel Platini.

Hoy Pelé ya no está físicamente. El Nieto Piña ha pasado por años de descuido y abandono y apenas en marzo de 2022 se anunció una rehabilitación.

La muerte del considerado por muchos como el mejor futbolista de la historia ha hecho revivir la importancia de ese espacio universitario, que cada vez más se deterioraba.

Queda el recuerdo de aquella chiquillería que buscaba el autógrafo del ídolo, de los trabajadores de callejón que caminaban hasta la entonces periferia de la ciudad. Pelé Do Nascimento es brasileiro, pero adoptado por Guanajuatinho.

Pelé atiende a la afición que se dio cita en el Nieto Piña

Federico Velio Ortega
Federico Velio Ortega
Periodista, maestro en Investigador Histórica, amante de la lectura, la escritura y el café. Literato por circunstancia y barista por pasión (y también al revés)
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