El espectáculo de las estatuas o esculturas vivientes surgió en las festividades medievales o del renacimiento, aunque se consolidó más recientemente como una expresión de arte callejero en muchas ciudades de Europa. Actualmente se les puede ver principalmente en las plazas públicas como el paseo de las Ramblas de Barcelona o en algunos rincones muy transitados de París, o sitios emblemáticos de Italia. Aunque tienen presencia prácticamente en todo el continente.
Esta manifestación artística, lejos de la improvisación requiere de la constante preparación del actor que debe permanecer inanimado durante horas, y solo cobra vida, cuando son depositadas unas monedas por parte del público, para hacer partícipe al turista o paseante de alguna gracia de la escultura, mientras se toma una selfi.
En Guanajuato hay una escultura viva, de bronce, que muchos han visto en la plazuela del Truco, vestido con un elegante traje, sombrero de copa y un mostacho bastante prominente, que toma el té en una mesita, con los contertulios que se animan a sentarse a su lado, se trata de Sir John Smith, el misterioso inglés que desde hace unos 12 años se aposenta enfrente del Palacio Municipal en Guanajuato capital.
Siempre está ahí, tanto que algunos turistas afirman que se ha vuelto una estampa iconográfica de la ciudad, que hace juego con ese aire cosmopolita que reina en las calles guanajuatenses en las temporadas vacacionales o en los festivales que aquí acontecen y que atraen paseantes de todo el mundo.
Isaí Mejía Rodríguez, originario del Estado de México, es el artista callejero que le da vida a este caballero inglés que todos conocen como Sir John Smith, y en algunas otras temporadas del año, como en el mes patrio caracteriza a un pariente de Emiliano Zapata o en temporada de muertos, a un apuesto y esquelético catrín.
Desde que era pequeño le gustaba mucho caracterizarse, por ejemplo, el día de muertos o de brujas, “lo hacía y no nada más era la oportunidad de pedir dulces, sino la gran oportunidad de convertirme en alguien más, eso fue lo que me llevó a esto”, apunta en entrevista.
“A mis 27 años decidí hacerme artista callejero, sin experiencia previa y sin una formación dedicada a ser una escultura viviente, pero decidí que valía la pena intentarlo”, añade mientras tomamos café en un local del centro histórico.
“No se trata solo de mantenerse sin movimiento, sino hay que estudiar los aspectos visuales de cómo se ve la pátina del personaje, cómo tiene que lucir estéticamente, hasta lo actoral, para lo que me preparo haciendo una disciplina que se llama Teatro Físico, que es básicamente hacer teatro sin palabras, más dentro de lo dancístico y la mímica”.
“El personaje John Smith, creo que nació de mi actividad anterior. Antes de dedicarme a ser artista callejero era maestro de inglés, di clases de este idioma en el Estado de México, por más de 7 años e incluso podría haberse gestado antes, cuando era estudiante de este idioma, nació cierto interés por la cultura británica y pues ya metido en esto del arte callejero, se me ocurrió que podría crear un personaje que fuera inglés y la idea del té, en una mesa pequeña como es en Europa, vino prácticamente por inercia, era lo que tenía que hacer el personaje”, explica.
De hecho reconoce que Sir John “está construido a partir de una idea muy simple, pero muy icónica, aunque hay gente que lee cosas más elaboradas dentro del personaje, en realidad es tan simple como una caricatura con un sombrero de copa, un bigote, un traje de etiqueta y ya, básicamente tomando el té”.
Es un personaje que se comunica principalmente con el gesto y la mímica, lo que a veces es desconcertante para el paseante acostumbrado a las explicaciones para entender las cosas; él por el contrario muy pocas veces, habla incluso para agradecer la aportación monetaria del público.
Ahora recuerda que antes de ser actor callejero, “sentía que estaba recibiendo señales muy claras que ya el ser maestro de inglés no estaba funcionando, así que decidí intentar otra cosa y fue un aprendizaje duro y difícil, pero valió la pena”, reconoce.
Sin embargo, no es ajeno a que presentar alguna actividad en la calle siempre es un riesgo, ya que “te pone en una situación vulnerable porque así como hay gente muy noble y generosa, también hay gente maliciosa o sencillamente torpe, pero creo que más que personas malintencionadas, son individuos que van distraídos o ensimismados”.
En la actualidad la propia gente de la capital lo ubica como un personaje icónico de la ciudad, que contrasta con el aire provinciano mexicano y la propia arquitectura churrigueresca de la ciudad con sus edificios céntricos que caracterizan el estilo barroco.
En cuanto a lo que recibe económicamente del público, señala que regularmente Guanajuato es una buena plaza, aunque hoy en día, después de la pandemia el panorama ha cambiado, en el sentido de que en la ciudad hay muy poco arte callejero, hay poca gente que se prepara para ello, hay más gente disfrazada de super héroe o con botargas, que cobran por sacarse la foto con los turistas y todo lo que hacen es pasearse en la ciudad.
“Hay que esforzarse, darle respeto al personaje y al espacio donde se presenta porque es tu área de trabajo”, sentencia.