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EL MICRÓFONO SE ENCIENDE Y LA MAGIA COMIENZA: FRANCISCO GÁRATE 

Cuando la radio llegó a México trajo consigo una época en la que era cotidiano ver a la familia reunida en torno a un aparato, soñando e imaginando a través de esa voz engolada y perfectamente educada, que las ondas sonoras llevaban de un lado a otro inspirando y haciendo suspirar. 

Por eso es que Francisco Gárate Hernández se sintió tan atraído por el medio desde que tenía cinco años: “Cuando era niño oí un promocional de Alberto Vázquez. Estaba cantando y a la vez anunciándose. Le pregunté a mi papá cómo era posible que hiciera las dos cosas al mismo tiempo, y me dijo que era porque ponían un disco y luego él hablaba encima de su voz, lo mezclaban y se escuchaba todo junto. Pensé que algún día yo aprendería a hacer eso”.

Los años pasaron, y como todos los jóvenes en los ochenta tenía sus estaciones de radio predilectas: WFM, Rock 101, y su favorita: Universal Stereo. Por eso es que cuando debió tomar la decisión de cuál carrera estudiar, a pesar de sentir inclinación por la psicología, optó por la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación. ¿La razón? Una materia que para él resaltó sobre todas las demás y lo definió todo: Producción de Radio.

“La primera oportunidad que tuve de hacer radio fue cuando hice mi servicio social para la Sociedad Mundial de Radio Comunitaria que era Amarc número 5, cerca de Oaxtepec. En lo que era el Instituto Nacional indigenista desaparecido en el 2001-2002. Ahí se hacía radio comunitaria de todos los países… realmente conocí el mundo ahí”. 

Francisco Gárate Hernández, productor de radio.

Una conversación en inglés con una locutora fue la llave para que Francisco tuviera su primera intervención formal en una estación de radio, Radio UNAM: “había una transmisión en curso y el locutor me dijo: échame la mano, ya vi que estás platicando en inglés, yo le pregunto al aire en español al invitado, y tú le preguntas en inglés y viceversa. Así fue como tuve mi primera aparición en la radio”.

Al terminar la licenciatura la vida lo trajo a Guanajuato, al municipio de León, para llevar la publicidad de una empresa embotelladora, lo cual le ayudó a relacionarse directamente con las estaciones de radio: “Se me hizo la invitación a través de la ‘La poderosa’ de José Ezquerra, que en paz descanse, para estar en la radio platicando algunos días. Lo acepté con mucho gusto aunque el perfil de música de la estación me agrada, pero no es mi favorito. Estuve tres meses y de ahí me jalaron los de Radiorama para una estación de radio llamada, en aquellos años, Éxtasis Digital en el 101.5”. 

Para Francisco la fascinación con este medio que solo necesita un sentido para ser disfrutado, y mucha pasión, ha definido su camino: “A Radio Trece, ubicada en San Francisco del Rincón, me invitó a trabajar Don Manuel Vázquez Oldemburg, director de la estación, pero para esas fechas estaba organizando el aniversario de Éxtasis Digital y le dije que me aguantara hasta diciembre y el 1 de enero estaba con él. Pero don Manuel muere en noviembre y la estación comienza a decaer. Me fui a la XV un 16 de febrero de 1996”.

Para Gárate Hernández siempre ha sido esencial que la radio no sólo sea el ruido que acompaña al radioescucha mientras hace sus labores, sino que transmita sensaciones, que haga viajar al receptor, que lo contagie de la intensidad de estar en el lugar de los hechos. 

“En la XV entré a Ronda 13. Tenía como 20 clientes, no había una programación definida y me tocó cambiar el logotipo con la ayuda de Rodolfo García Garcidueñas, poner la programación, llamar a las disqueras, jalamos programas como ‘Por la senda del deporte’ de Cadena Raza; desde México teníamos a Gutiérrez Vivó de 6 a 10 de la mañana, luego un noticiero local; y de ahí pal real nos íbamos con una mezcolanza interesante entre baladas, gruperas, pop y terminábamos en la noche con lo que era Serenata 13: Los Panchos, Los Ases, Los Diamantes… En la noche en vivo la locución de Hipólito Valadez Cardiel quien tenía un programa de 10 a 12 de la noche. Curiosamente ese señor tenía 75 patrocinadores, metimos ahí salsa, rock. Hasta que en 2002 la vendieron y dejamos de trabajar ahí”.

 “Luego me fui a las 40 principales donde estuve haciendo un programa muy interesante sobre salud y cuestiones de medicina… después me invitaron a regresar a la XV pero tenía un noticiero que ya se había transformado en Radio Capital, entonces transmitía de 7 a 9 y otro de 1 a 3. Empecé a mezclar eso con la academia y me llamaron para otra estación de radio, pero las condiciones ya no me estaban gustando”. 

Hoy todo el que tenga un micrófono puede ser locutor, aunque no posea la voz, la dicción, ni la cultura general que antaño eran requisitos indispensables. Es quizá la manera en que ha tenido la radio de sobrevivir, a pesar de que el misterio en el que estaba envuelta y que la hacía tan fascinante ya no existe. El mismo Francisco Gárate lo sabe, y lo ha experimentado también. 

“Con un ex alumno abrí una estación de radio virtual llamada Boss Radio México, ahí había música de todo: en inglés, en español, había blues, jazz, rock, etc. y tenía un programa los miércoles de 8 a 10 llamado ‘Vírgenes Votantes’, la intención era orientar a los pubertos que nunca habían votado acerca de qué es una elección, cómo se eligen los candidatos, qué es lo que te ofrecen en campaña, qué es lo que se cree, lo que no se cree, e invitamos a mucha gente de varios partidos políticos. Fue un lapso de cuatro meses completos al aire previo a las elecciones, obviamente cuando se cierra el período electoral se acabó el programa y tenemos la intención de reabrirlo un año de estos”. 

Escenas del itinerario profesional de Francisco Gárate Hernández.

La posibilidad de la transmisión de información de manera personal en redes, se vuelve un aliado para quienes pueden aportar un toque de calor y conocimiento a lo que cada vez se vuelve más vacío y más frío.

“La intención no es promocionar mi voz sino de ser el medio para que otras personas puedan enterarse de cosas que no les consta, pero que a través del texto y la voz le puedan llegar como algo que sucedió aunque vaya disfrazado de cuento o de historia”. 

Y es que después de alejarse del medio a consecuencia de la pandemia y de haberse dedicado de lleno a la cátedra, Francisco Gárate Hernández está finalmente libre de compromisos y a punto de regresar con un proyecto que tiene pensado desde hace 27 años, y que seguramente nos dejará cautivados a todos… “El micrófono hoy es mío y solo mío”. 

Elena Ortiz Muñiz
Elena Ortiz Muñiz
Elena Ortiz Muñiz es licenciada en Ciencias de la Comunicación, escritora, editora en Pacholabra Ediciones. Fundadora de los proyectos Alas para niños y jóvenes escritores y Manos en Vuelo.
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