Imposibles, trágicos, idílicos, prohibidos, ejemplares, de leyenda, míticos, y de la vida real, permean las más hermosas páginas de la producción literaria en castellano.
Durante más de 400 años, la tragedia literaria “Romeo y Julieta” ha sido sinónimo del más puro e intenso amor. Escrita por el poeta y dramaturgo inglés William Shakespeare entre 1591 y 1597, está ambientada sabiamente en las ciudades de Verona y Mantua y, hoy, es la historia de pasión prohibida más afamada de la historia literaria universal.
La historia es muy simple, como el enamoramiento, y complicada como el amor. Romeo Montesco, joven apuesto y valiente, y Julieta Capuleto, hermosa doncella, pertenecen a dos familias peleadas a muerte. Se conocen en una fiesta y se enamoran al instante, pero las familias se oponen, y sin embargo se casan en secreto, con la ayuda de fray Lorenzo.
En su casa, Julieta se entera que su familia quiere casarla con Paris, y fray Lorenzo tiene una idea: darle a ella una pócima que la haga parecer muerta durante 42 horas. Julieta “acepta” desposarse con Paris y toma el veneno para que la lleven al panteón familiar. El plan es que ahí la esté esperando Romeo para que al despertar puedan huir y ser felices.
Pero Romeo se entera de la “muerte” de Julieta antes que del plan ideado por el alcahuete fraile. Loco por el dolor que la infausta noticia le causa, Romeo decide tomar un potente veneno ante la tumba donde se encuentra Julieta, no sin antes matar a Paris. Finalmente, el joven apuesto muere fulminado por el brebaje, justo en el momento en que ella despierta.
El fraile hace hasta lo imposible para convencer a Julieta que huya, pero ella se niega y más que desesperada, se clava una daga en su inmaculado pecho, muriendo al instante. El religioso confiesa todo a los padres de ambos jóvenes, quienes consternados por lo que ha sucedido con sus respectivos hijos, deciden poner punto final a sus añejos y absurdos líos.
Pero esa no es la única historia de amor en la literatura universal de todos los tiempos. En México, los enamorados, los amantes por antonomasia son Doña Carmen y Don Luis, los protagonistas de dulce romance, con final amargo y trágico, que dio paso a la leyenda del Callejón del Beso en la ciudad de Guanajuato durante los duros años de la Nueva España.
Se cuenta que doña Carmen era hija única de un hombre intransigente y violento pero como suele suceder, siempre triunfa el amor, por infortunado que sea. Ella era cortejada por su galán, don Luis, en un templo cercano al hogar de la doncella, primero ofreciendo de su mano a la de ella el agua bendita. Más esos gestos amorosos fueron descubiertos.
Consecuentemente, sobrevinieron el encierro, la amenaza de enviarla a un convento, y lo peor de todo, casarla en España con un viejo y rico noble, con lo que podía acrecentar su mermada hacienda. La bella y sumisa criatura y su dama de compañía lloraron juntas, y antes de acatar el sacrificio, idearon que la vieja llevara una carta a don Luis, avisándole.
Mil conjeturas se hizo el joven enamorado, y entre ellas hubo una que le pareció la más acertada. Una ventana de la casa de doña Carmen daba hacia un angosto callejón, tan estrecho que era posible, asomada a la ventana, tocar con la mano la pared de enfrente. Si lograban entrar a la casa de enfrente, vería a su amada y ambos hallarían una solución.
Preguntó quién era el dueño de aquella casa y la adquirió a precio de oro. Grande fue la sorpresa de doña Carmen cuando, asomada a su balcón, se encontró a tan corta distancia con el joven de sus sueños. Apenas iniciaban su charla amorosa, y cuando más abstraídos se hallaban los dos amantes, del fondo de la pieza se escucharon algunas frases violentas.
Era el padre de doña Carmen increpando a la dama de compañía, quien se jugaba la vida por impedir que su amo entrara a la alcoba de su señora. El padre aventó a la protectora de doña Carmen empuñando una filosa daga, y de un solo golpe, la clavó en el pecho de su hija. Don Luis, con la mano de su amada entre las suyas, sintió cómo se iba enfriando.
Ante lo inevitable, don Luis dejó un tierno beso sobre aquella mano tersa y pálida, ya sin vida. Ahora a ese lugar, sin duda unos de los más típicos de la ciudad de Guanajuato, se llama Callejón del Beso. Esa historia ha sido documentada en numerosos libros, tanto en español como en otras lenguas, y ha dado la vuelta al mundo como un idilio que no fue.
Otro amor literario que se inscribe en el tema es Anna Karénina, novela publicada por el escritor ruso León Tolstoi en 1877. Fue publicada por entregas en el suplemento de la revista Ruskii Véstnik, de enero de 1875 a abril de 1877, sin embargo, la primera edición completa, corregida y bien vendida, apareció en las librerías rusas hasta el año de 1877.
Narra el devenir de dos amores que tienen lugar al mismo tiempo. En el primero, Ana Karénina, dama de sociedad, se enamora del joven oficial Vronski, por eso abandona a su esposo y a su hijo. El romance, por tan sucio y promiscuo, termina de manera trágica. Por otro lado, la hermana de Ana se casa con un noble terrateniente y son felices en el campo.
Otra historia de amor, famosa por varias razones, es Madame Bovary, donde la pasión puede más que la razón. Se debe al francés Gustave Flaubert (12 de diciembre de 1821-8 de mayo de 1880), quien durante siglo y medio ha estado entre los más grandes novelistas occidentales, por esta novela y por su búsqueda de le mot juste (“la palabra exacta”).
También se publicó por entregas en la revista parisina La Revue, del 1 de octubre al 15 de diciembre de 1856. Ya en forma de libro, en 1857. Sus personajes, Rodolphe, Emma Bovary, Leon Dupuis, Charles Bovary, Homais, Monsieur Lheureux, Madame Homais, y Justin, poseen cada uno personalidad propia y toda su interacción literaria es inmejorable.
Inscrita en el género Realismo literario, con suaves giros de literatura erótica, Madame Bovary es un clásico universal. En la trama, Charles Bovary, médico de pueblo, se casa con Emma, de familia rica, educada como una señorita, con la cabeza llena de lecturas y sueños románticos. La pobreza del marido y la rutina del pueblo no la satisfacen en nada.
Luego del paso fugaz de León por su vida, aparece Rodolphe, quien con artes amatorias que podrían asustar a los conservadores, la seduce y hace creer que por fin ha encontrado la pasión que desea, sin embargo, Emma se halla al borde de la locura, entre la prosaica realidad en la que vive y una fantasía de amores y riquezas; su desazón es inaprensible.
Esta novela tiene la vigencia de la que carecen las anteriores historias reseñadas, pues esa desazón está presente en las sociedades de hoy, con el inconformismo de la vida diaria, el apego por el lujo, el consumismo, y la decepción que la gente acumula por numerosas y sucesivas relaciones amorosas en búsqueda de un ideal que, por serlo, nunca ha de llegar.
Empero, no todas las historias amorosas son trágicas o sucias. Penélope es uno de los personajes centrales de La Odisea, monumental poema épico supuestamente escrito por Homero en el siglo VIII de nuestra era. Supuestamente, porque durante siglos se dijo que esa novela corresponde a un hecho real que fue contado de generación en generación.
Lo cierto es que de acuerdo con la literatura que data desde aquellos ya muy lejanos años, Penélope es la esposa del personaje principal, el rey de Ítaca, Odiseo, quien va a pelear a la Guerra de Troya y tardó 20 años en regresar, lapso que ella lo esperó pacientemente y sin faltarle al respeto, por lo que es considerada como un símbolo de fidelidad conyugal.
Sin embargo, el meollo de la historia no es esa espera. Durante esos 20 años Penélope fue constantemente asediada por los hombres. Para mantener a raya a todos esos salvajes, les dice que admitirá que su esposo ha muerto en la guerra y aceptará un nuevo compromiso con otro hombre en cuanto termine de tejer un sudario para cuando muera el rey Laertes. Inteligente, Penélope alargaba el tiempo al deshacer de noche todo lo que tejía de día, y de esta forma, transcurrieron los 20 años. La Odisea señala que precisamente el día que Penélope terminó de tejer esa prenda, llegó su amado Odiseo quien, enterado por ella, corrió a matar a todos aquellos pretendientes, y junto a Penélope pasó el resto de su vida.