De 2008 a la fecha, México cuenta con 11 inscripciones en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial (PCI) de la Humanidad, y una en el Registro de Buenas Prácticas del mismo organismo. Ahora, una exposición que ilustra ese patrimonio de México para el mundo se presenta al público para contribuir a su difusión y preservación.
Con el título Patrimonio Cultural Inmaterial de México, la muestra se inauguró en el Museo Nacional de las Culturas del Mundo de la Ciudad de México y reúne cerca de 200 piezas, alusivas al Bolero, el Mariachi, la Charrería, la Pirekua, el Día de Muertos, la Ceremonia Ritual de los Voladores, el Baile de los Parachicos y otras manifestaciones.
La muestra, que permanecerá abierta hasta el 29 de septiembre de 2024, incluye también las prácticas de la Cocina Tradicional Mexicana y la elaboración de la Talavera, además de lugares como el Centro de las Artes Indígenas del pueblo totonaca y la Peña de Bernal, icónico espacio de memoria y tradiciones vivas de los otomí-chichimecas de Tolimán.
Por definición, el Patrimonio Cultural Inmaterial (PCI) comprende los conocimientos, técnicas, usos, representaciones, y expresiones que comunidades y grupos reconocen como parte de su patrimonio cultural, mismo que se transmite de generación en generación y es recreado de manera constante, dando sentido identitario a sus portadores.
A modo de contexto, cabe señalar que la Comisión para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, aprobada en París en 2003 por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), y de la que México es parte, representa el primer instrumento de carácter multilateral y vinculante en esta materia.
Según la Convención, el PCI se manifiesta principalmente en los siguientes ámbitos del quehacer y del conocimiento humano: Tradiciones y expresiones orales, incluido el idioma; Artes del espectáculo; Usos sociales, rituales y actos festivos; Conocimientos y usos relacionados con la naturaleza y el universo, y Técnicas artesanales tradicionales.
La Lista Representativa del PCI contribuye de manera amplia a crear conciencia de su importancia. Para que una manifestación pueda ser inscrita, se deben contemplar medidas de salvaguardia que permitan su difusión y transmisión, mismas que deben planearse y aplicarse siempre con el pleno consentimiento y la participación de las comunidades.
Por su parte, el Registro de Buenas Prácticas de Salvaguardia facilita a los Estados Parte y las comunidades compartir experiencias y casos de cómo transmitir el patrimonio. Anualmente, el Comité para la Salvaguardia del PCI evalúa las candidaturas presentadas por los Estados Parte de la Convención de 2003 y decidir sobre nuevas expresiones.
La muestra, que se presenta a todo público sin distingos, es organizada por la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) con la colaboración de la oficina de la Unesco en México, la Secretaría de Cultura federal (SCF), el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), y el Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías (Fonart).
Durante la ceremonia inaugural, la subsecretaria de Desarrollo Cultural, Marina Núñez Bespalova subrayó que “el patrimonio cultural inmaterial reúne todas las expresiones, artes, tradiciones, rituales, festividades, conocimientos, técnicas, prácticas y usos sociales que se han mantenido vivos en el devenir del tiempo y que dan identidad a un pueblo”.
En su discurso, enfatizó que el valor del patrimonio cultural inmaterial es incuantificable, ya que va más allá del valor económico que puede desprenderse de su conservación y divulgación. “Si bien tiene una potente identidad, se trata de actos de una enorme fragilidad frente a la creciente globalización y homogeneización de la cultura actual”.
El subsecretario para Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos de la SRE, Joel Hernández García destacó por su parte que México es una potencia cultural, reconocida ampliamente en el mundo entero, debido y a partir de los valores culturales, morales y espirituales heredados por las civilizaciones prehispánicas de generación en generación.
El fértil patrimonio inmaterial de nuestra patria es el legado de nuestros pueblos y comunidades originarias. Hasta ahora, son 2 inscripciones en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco; la primera inscripción de México fue la de “Las fiestas indígenas dedicadas a los muertos”, en el 2008, dijo Hernández García.
Reafirmó que desde el Gobierno de México permanece inquebrantable el compromiso de apoyar e incentivar la difusión y custodia del patrimonio cultural inmaterial. Enfatizó, sin embargo, que es responsabilidad de todos los mexicanos honrar y proteger las tradiciones que caracterizan al país, pero también enriquecerlas porque nuestra cultura está viva.
Más adelante, el representante de la Unesco en México, Andrés Morales aseguró que este país ha liderado las discusiones internacionales favorables para que la cultura sea un bien público global. México fue una de las 44 naciones que promovió la creación de la Unesco en 1945, y es una de las pocas que ha ratificado todas las convenciones sobre la cultura.
La directora de Patrimonio Mundial del INAH, Luz de Lourdes Herbert acotó que se trata de una muestra de nuestra diversidad cultural. “Es un ejercicio de sensibilización a través del cual los pueblos y comunidades de México pueden tomar conciencia de que sus prácticas y tradiciones, que les dotan de identidad cultural, son importantes”, sentenció.
Finalmente, Herbert recordó que el 13 de diciembre de 2005 el Estado Mexicano ratificó la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco, celebrada en 2003, y que a la fecha ha sido aceptada por 183 países alrededor del mundo.
