viernes, noviembre 22, 2024
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GUANAJUATO Y EL MOVIMIENTO DEL 68: LA RUTA DE LA LIBERTAD

Hernán Ferro de la Sota, quien fuera un destacado profesor de arquitectura de la Universidad de Guanajuato, platicaba que en la ciudad había más preocupación por los Juegos Olímpicos que por el Movimiento Estudiantil de 1968.

No existen testimonios formales sobre la participación de guanajuatenses en el movimiento. Arturo Salazar y García, quien fuera profesor de la Facultad de Filosofía y Letras, narraba su experiencia como participante en el movimiento. Algunos universitarios de esa época han señalado que en ocasiones acudieron a marchas. El también ya fallecido Agustín Cortés Gaviño platicaba su experiencia en las marchas realizadas en la ciudad de México. Sobre la presencia en el momento de la matanza de Tlatelolco, no hay testimonios fuera de comentarios de café.

En 1968 hubo un movimiento previo al estudiantil que pasó por el estado de Guanajuato. Es lo más cercano a la gesta que culminó en la Plaza de las Tres Culturas

Líderes del movimiento del 68, Pedro Castillo, Antonio Medina, Juan Manuel Posadas y Martin Natera, en su paso por Dolores Hidalgo. (Fotografía de Alberto Gloria)

La Ruta de la Libertad

El 6 de febrero de 1968, centenares de estudiantes provenientes de diferentes universidades, escuelas superiores, tecnológicos y normales rurales del país, así como integrantes de la Juventud Comunista de México (JCM), se reunieron en la plaza principal de la ciudad de Dolores Hidalgo, C.I.N. con la finalidad de iniciar la Marcha por la Ruta de la Libertad.

Su objetivo principal era llegar a la ciudad de Morelia, Michoacán, donde exigirían la libertad de presos políticos, entre ellos Efrén Capiz, dirigente campesino; de Rafael Aguilar Talamantes, Secretario General de la Central Nacional de Estudiantes Democráticos, quienes saldrían de la cárcel 4 años después.

Los estudiantes pasaron por la capital del estado y fueron recibidos por la población y decenas de alumnos de la Universidad de Guanajuato. El químico Jorge Cervantes Jáuregui, narra en el texto A 50 años del Movimiento Estudiantil de 1968. (Mis recuerdos desde Guanajuato) el paso de la marcha por la ciudad:

“hubo una marcha de estudiantes que propusieron realizar en distintos puntos de nuestro estado de Guanajuato tomando como referencia la Ruta de la Independencia a fin de manifestar su descontento ante muchas restricciones y controles impuestos por el sistema. En la escuela donde yo estudiaba la secundaria, e inclusive a nivel familiar, llegaron rumores de que la marcha era para alebrestar a la población. El día que pasó por Guanajuato, se suspendieron las clases para que no nos contamináramos. Se habló de que los alborotadores podrían causar estropicios y agredir a la gente. Fue conocido que al pasar por algunos lugares, la gente los agredió y despreció, desde luego azuzados por las ‘fuerzas vivas’ de las localidades (en esos meses el lamentable suceso que luego fue llevado al cine en el filme Canoa, de Felipe Cazals, fue un ejemplo extremo de la manipulación social contra el movimiento). Para muchos fue hasta un respiro cuando se supo que el contingente estudiantil había pasado y que poco caso se les había hecho. Eran, ya, las vísperas de la explosión del movimiento”.

Hernán Ferro de la Sota, Agustín Cortés Gaviño y Jorge Cervantes Jáuregui. (Fotografías del Archivo UG)

Fue el tenor de la marcha: en Salamanca fueron atacados con jitomates, huevos y pintura roja, con gritos anticomunistas. Los criticaron los curas en los templos católicos y las autoridades lanzaban furiosa campaña de desinformación en los medios y fletaban avionetas que lanzaban panfletos calumniosos y anticomunistas contra los estudiantes.

Pasaron rápidamente por la Normal de Roque, ante la amenaza de ser detenidos y llegaron a Valle de Santiago, donde fueron apoyados por ejidatarios, aunque poco después, centenares de soldados les cerraron el paso y cercaron. Con la bayoneta calada, gritos, injurias y amenazas, obligaron a los jóvenes a subir por la fuerza a autobuses que habían concentrado; detuvieron a los dirigentes principales y los subieron a vehículos militares. Se los llevaron a diferentes partes del país, pero no a su lugar de origen. Muchos fueron golpeados y vejados, entre ellos decenas de muchachas.

Marcha por la libertad en Valle de Santiago. (Fotografía, Fototeca UNAM)

Meses después, los organizadores de la marcha se fueron reorganizando para protestar por la represión sufrida en Valle de Santiago y en otros lugares del país, por lo que convocaron el 26 de julio de 1968 a una Concentración Nacional de Estudiantes, en el Hemiciclo a Juárez, en la Alameda Central de la ciudad de México. Así se vinculaba el movimiento estudiantil de 1968 en Guanajuato, con la lucha de los estudiantes de la Ciudad de México. La masacre del 2 de octubre marcó a ambos movimientos.

Universitarios, intelectuales guanajuatenses como Agustín Cortés Gaviño recordaban su vivencia en el 68. Fue un movimiento que, pese a todo, dejó su huella en Guanajuato.

Federico Velio Ortega
Federico Velio Ortega
Periodista, maestro en Investigador Histórica, amante de la lectura, la escritura y el café. Literato por circunstancia y barista por pasión (y también al revés)
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