lunes, abril 7, 2025
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IBARGÜENGOITIA ERA IRÓNICO; YO SOY SATÍRICO: ENRIQUE SERNA

Paralelismos entre dos escritores que recurren a la historia, el humor y el erotismo

La Universidad de Guanajuato otorgó el Premio Jorge Ibargüengoitia de Literatura al escritor Enrique Serna por sus novelas históricas. Acertada decisión si se toma en cuenta que el guanajuatense escribió novela histórica para, desde la sorna, desmitificar a los héroes de la Historia Patria oficial; Serna aborda personajes no santos de la misma y también cuestiona las visiones de honra a personajes construidos para el bronce, en detrimento de los villanos.

Serna aclara: “Jorge Ibargüengoitia escribía de manera irónica, yo lo hago desde la sátira; él escribía más fino, yo tengo menos tacto”. En ambos autores hay algunos paralelismos. 

En el discurso de agradecimiento por el premio recibido, Enrique Serna dijo que Jorge Ibargüengoitia fue su autor de cabecera en la adolescencia. Dijo que admira la capacidad para exhibir la ridiculez humana. Expresó que la escritura de sus cuatro novelas históricas ha sido su mayor dolor de cabeza debido al rigor requerido, mas este premio es un augurio positivo que lo motiva para concluir próximamente la quinta.

En reconocimiento al valor de sus novelas históricas, el escritor Enrique Serna recibió de la Universidad de Guanajuato el Premio Jorge Ibargüengoitia de Literatura. (Fotografía, cortesía UG)

Ambos fueron novelistas tardíos. Serna recordó que empezó a escribir su primera novela a los 40 años de edad, a partir de la inquietud por “la transformación devastadora del paisaje en las ciudades que borra la memoria colectiva y las coordenadas biográficas”. 

Ibargüengoitia lo hizo hasta que casi cumplía 30 años, en respuesta a un consejo de Salvador Novo y a que, debido a la crítica que plasmaba desde el periodismo, no le querían montar las obras de teatro que escribía.

El guanajuatense comenzó con novelas de sorna histórica (Relámpagos de agosto) y de crítica política (Maten al León); Serna osó hacerlo en torno a Antonio López de Santa Anna, un personaje denostado por la historia oficial (El seductor de la patria). Explica por qué:

“Santa Anna me parece un personaje tragicómico, que da la posibilidad de un tratamiento humorístico; no haría lo mismo con Victoriano Huerta, quien fue un personaje que se llenó las manos de sangre, mientras que Santa Anna no tuvo actos de crueldad tan graves”.

Jorge Ibargüengoitia escribió contra la modificación urbana en Coyoacán, en reclamo por conservar el espíritu histórico de los espacios de ese lugar. También se burló de León por transformar su centro histórico con su “eje avenida” (por eso le puso “Pedrones” como trasunto literario); Serna comparó el fenómeno novohispano con los cambios a mediados del siglo XX, pues los edificios en la Ciudad de México han desaparecido en su mayoría a causa de los proyectos “urbanistas rapaces y los especuladores inmobiliarios”, además de los terremotos.

Al igual que lo fue Ibargüengoitia, Serna ha sido periodista circunstancial, hecho que lo llevó a escribir una de sus obras emblemáticas: El vendedor de silencio, sobre el periodista Carlos Denegri. En este mismo orden de ideas, prepara una novela que tiene como contexto la era prehispánica, pero lo hará desde una postura muy crítica: 

“En materia de atavismos nefastos, México es ultraconservador, donde la presencia del pasado nos persigue en nuestra realidad cotidiana. En la Colonia se incubaron tres taras genéticas de nuestra nacionalidad que prevalecen: el patrimonialismo, el sistema de castas y la impunidad del crimen organizado. El rencor social sigue vivo en la pigmentocracia, pero ahora encabezado por criollos de pura cepa que se jactan de representar a la raza de bronce”. 

Y por eso la abordará desde la permanencia de la tradición de estados teocráticos militaristas prehispánicos vigente en el horror de la violencia presente.

Ibargüengoitia desmitificó  la guerra de Independencia y a sus protagonistas y se quedó en proyecto la novela que tenía por título tentativo Se llamaba Isabel, que iba a tener a Carlota como personaje central y que ofrecería una perspectiva diferente a la oficial del imperio de Maximiliano.

Serna reconoce a Ibargüengoitia sin reconocerse en él: le da el valor de ser parte de su formación y marca elementos de diferenciación y aclara las circunstancias de su trabajo: “He escrito novelas históricas casi sin fuentes o con muy pocos datos; llené esas lagunas con la imaginación”.

Serna afirma que tuvo una base formativa marxista que se refleja en sus primeras obras, pero en poco tiempo trascendió ese encuadre, pues “la literatura que se escribe con base ideológica, es pobre”.

En la charla con la comunidad UG, se le comentó que en su obra hay mucha carga erótica. Al respecto, explicó: “La literatura erótica tiene un estigma porque la ligan con la pornografía” y añadió que él la usa como recurso para la construcción de una ficción con estructura narrativa sólida.

En su discurso de agradecimiento por el premio recibido, Enrique Serna dijo que Jorge Ibargüengoitia, en quien admira la capacidad para exhibir la ridiculez humana, fue su autor de cabecera en la adolescencia. (Fotografía, cortesía UG)

Coincidentemente es un recurso también presente en obras de Ibargüengoitia: las sensuales Gloria Revirado y Sarita de Estas ruinas que ves, la mujer “que no fue” y la becaria de La Ley de Herodes, Lucero y otras audaces damas de Dos crímenes, por citar algunos ejemplos.

Serna remató con un anuncio que a  más de una persona no le va a gustar: “No busco escribir más novelas históricas ni sobre periodistas; doy por concluidos esos temas”. 

Habrá que esperar lo que viene.

Con más de 30 años de trayectoria, Enrique Serna se ha desarrollado en los géneros de novela histórica, novela negra, novela intimista, cuento cruel, relato futurista, crónica y ensayo, además de haber sido, antes de su carrera literaria, publicista de cine, argumentista de telenovelas y biógrafo de ídolos populares. Fue ganador del Premio Mazatlán de Literatura, el Premio Xavier Villaurrutia, el Premio Bellas Artes para obra publicada, el Premio Excelencia en las Letras José Emilio Pacheco, entre otros reconocimientos.

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Federico Velio Ortega
Federico Velio Ortega
Periodista, maestro en Investigador Histórica, amante de la lectura, la escritura y el café. Literato por circunstancia y barista por pasión (y también al revés)
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