Talento, disciplina y persistencia lo han llevado a la industria norteamericana
Han pasado muchos años, aunque parece ayer cuando José Ríos (Chepe, para los amigos) le narraba historias de súper héroes a su madre. Quizá antes descubrió a Superman en las revistas y eso exacerbó su inclinación por ese mundo fantástico de los buenos contra los muy, muy malos.
Estudió Diseño gráfico en la Universidad de Guanajuato, se graduó y empezó a “hacer monos”, dibujos con líneas que pretendían emular a los maestros de Marvel Comics (1939).
De hecho, en algún momento Chepe creo a su propio héroe, pero a la mexicana o a la guanajuatense, según se vea: El Mecánico del Amor, que solo llegó a 13 números, por lo que prácticamente ya son de colección.
Chepe Ríos, explica “honestamente, llegué a un punto muerto. El cómic independiente no paga las deudas, te da para las caguamas, pero no te da para vivir”.
Le hizo la lucha como diseñador independiente, amarró algunos clientes, puso su taller de serigrafía, pero no resultó, no salía para pagar las cuentas.
“Estuve tres años y medio mandando correos, ahora sí que tocando puertas. Estuve a prueba en Marvel, y ellos me dieron un pequeño curso, me enviaban los guiones y yo mandaba los dibujos y luego los editores me retroalimentaban y eso me sirvió mucho”.
“Fue un salto cuántico de mi trabajo en cuanto a ritmo y a la forma de ver cómo hacer los comics, a cambiar el chip y ajustarme a como lo ven los norteamericanos, fue un cambio radical, incluso en mi forma de vida profesional y personal diaria”.
Ahora el Chepe presume de una disciplina muy rigurosa sobre todo para el dibujo —al que le dedica cuando menos 10 horas diarias— que se dio después del evento de Comics que tuvo lugar en Querétaro en 2017, ahí concursó para tener una entrevista con el editor de Marvel C.B. Cebulski y ganó.
“Le gustó mi trabajo, me dijo tienes talento, pero te falta mucho. Fue muy Honesto”, dice. Sin embargo, le dio su tarjeta y le pidió que le llamara la semana siguiente. De ahí comenzó ese pequeño curso intensivo que le cambió la forma de trabajar y de vivir.
Después del curso, vino un balde de agua fría, la editora a la que fue asignada la revisión de sus materiales, le señaló que “las empresas grandes no contratan novatos, solo a quienes ya hayan tenido publicaciones en los Estados Unidos. Pero me recomendó comenzar con empresas más pequeñas. Lo tomé como tiempo de Gimnasio, de entrenamiento”.
“Con El Mecánico del Amor, fue como andar banqueteando sin saber cuál era el rumbo, pero una vez que tuve la entrevista con Marvel se me clavó la idea, el propósito de Yo Quiero Estar Ahí”.
El artista mexicano ve las cosas muy distintas
Esa retroalimentación con los guionistas de Marvel dejaron en evidencia que los artistas mexicanos ven las cosas muy distintas a como las ven en los Estados Unidos.
“Acá las cosas se ven más bohemias, más románticas; allá todo es más industrializado, hasta cierto punto mecánico, ir del punto A al B, y en el lapso entre los puntos puedes tener libertades de creación, pero solo entregar lo que ellos están pidiendo”.
Antes hacía las cosas “desde el punto de vista mexicanizado —aunque se oiga un poco feo— que es hacer las cosas como yo quería, quizá más artístico en ese aspecto, pero tuve que hacer un cambio muy radical y entender lo que pedían y entregarlo”.
Ahora Chepe es monero de tiempo completo, para Southside comicen Advent Comics, los temas que hay que dibujar y entintar son de violencia, en barrios peligrosos en algún lugar de Washington.
Dibujar puede ser cansado, pero no aburrido; me gusta mucho lo que hago
Chepe tiene 41 años y ha logrado dar ese brinco que muchos creadores ni siquiera se animan a intentar, porque se les hace imposible. Aunque fue la necesidad económica la que al inicio lo empujó, también está la necesidad de trascender del propio espíritu del creador.
Así comenzó a transformar lo escrito en imágenes y sí es difícil, reconoce. “Se requiere su tiempo y su proceso, porque mi trabajo básico es guiar al lector, irle narrando la historia visualmente”.
“En ocasiones tantas horas en el escritorio puede ser cansado, pero no aburrido. Es lo que quiero hacer. Por ejemplo, ahora necesito dibujar con lentes, ahora los necesito para trabajar; a veces me canso físicamente, pero mentalmente no. Me gusta mucho”.
El maestro Chepe recomienda a los moneros que empiezan, pero que tienen grandes aspiraciones “específicamente para hacer comics o si tu intención es trabajar en el cómic americano, lo que aconsejo es disciplina, enfoque y disciplina” asegura enfático.
“Mucha disciplina, porque los americanos aprecian mucho lo que son los tiempos de entrega. Igual puedes dibujar medio feo, etcétera, pero debes de cumplir los tiempos de entrega que ellos te dan, es primordial”.
—¿Te sientes satisfecho con lo que has logrado? —Sí, claro; realmente, a pesar de que sigo en el camino hacia la meta a la que quiero llegar, estoy en un punto en el que nunca imaginé que podría estar..