El sabor de la perseverancia y tradición de Guanajuato
No conozco a ningún mexicano a quien le desagraden las famosas tortillas rellenas de guisados llamadas “gorditas”, un platillo que parece simple, pero al mismo tiempo variado, permanece como uno de los favoritos en medio del vasto panorama gastronómico que ofrece nuestro país. Las famosas “gorditas” están en el corazón de cualquier mexicano. Incluso los extranjeros, al pasear, dichosos se encuentran con un puesto de gorditas y quedan enamorados de este platillo.
Otra característica de los famosos puestos de “gorditas” es que generalmente son atendidos por mujeres alegres y trabajadoras, representando dignamente el temperamento con el que nacimos los mexicanos. Un ejemplo claro son “Gorditas Pau”, un puesto ubicado en la capital de Guanajuato.
Para encontrar dónde podrán degustarlas, hay que dirigirse hacia Valenciana, pasar tres curvas después de la iglesia, y justo en el entronque de la entrada norte al Centro de Investigaciones Matemáticas (CIMAT) y el Cerro de La Garita, es donde se ven claramente.
Hace 21 años Paulina Ramírez Caudillo empezó a manejar el puesto con sólo 5 platillos y dando a 6 pesos cada gordita. “Una cuñada se ponía a vender pero sólo los fines y ya quería dejar el puesto, entonces me lo ofreció”, me platicó mientras atendía a sus clientes. “Me dijo: «Tú sabes cocinar rico, ponte a vender ahí, sí se vende nada más que yo ya no quiero vender»”, recuerda mientras mira al horizonte.
Pau no tenía dinero para invertir, pero su cuñada le prestó sus trastes, sus cazuelas, su estufita y lo necesario para el puesto, así fue como empezó a vender todos los días. Seis años después se unió Juanita, su hermana, y desde entonces juntas lo manejan. A diario cocinan 11 guisados diferentes: picadillo, frijoles, papa, nopales, huevo, chicharrón duro y prensado, pasilla de cerdo, bistec en salsa verde, hígado encebollado y, por supuesto, el clásico mole.
“Es mi hermana; hay que echarnos la mano”, comenta Juanita Ramírez con una sonrisa. Actualmente cuestan 20 pesos por igual: tacos, quesadillas y gorditas; además, venden agua de sabor y café de olla. La necesidad de trabajar y dedicación las ha llevado al éxito; día a día van recuperando la inversión y mantienen satisfecha a la creciente clientela. El fruto de la labor también lo disfrutan sus hijos. Paulina tiene 5 hombres y Juanita 2 mujeres. “Todos estudian”, me dijo Juanita con satisfacción.
Curiosamente tuvieron aún más éxito en la pandemia. “Siempre ha salido, gracias a Dios; pero en la pandemia mucha gente no estaba y a nosotras nunca nos quitaron de aquí. Trabajamos cubiertas, nunca nos enfermamos de nada y vendíamos un poquito más que ahora”, señaló Paulina. Las hermanas también me comentaron que ofrecen taquizas a domicilio, disponibles contactando al 473 119 2197. Ambas se entusiasmaron con la idea de promoverlas y dignificar su labor por este medio.
“Cuando gusten venir a echarse un taco, aquí estamos”, dijo la hermana que lleva el nombre del puesto. Por último, les pregunté, ¿Qué es lo que más disfrutan de su trabajo? Y sin dudarlo respondieron que la atención a sus clientes es lo más importante para ellas. Así que, si alguna vez pasas por la zona, no dudes en probar las ricas “Gorditas Pau”, donde, además, podrás disfrutar de un hermoso paisaje.