Inicio Disruptivos y Frikis CUANDO EL AHUEHUETE CANTA, LOS POEMAS COBRAN VIDA

CUANDO EL AHUEHUETE CANTA, LOS POEMAS COBRAN VIDA

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El poeta vive de la poesía, la propia y la de los demás. Por esa razón es que hay quienes además luchan por abrazar las obras de otros sin importar si son noveles o consagrados, para hacerla fluir. 

David Uriel Martínez Varela, autor leonés, también acarició este anhelo, y no se dio por vencido hasta verlo realizado. Su vida profesional se ha dividido entre la docencia y la poesía. Comenzó como maestro de la asignatura de Español en diversas escuelas secundarias. Hoy, labora en la Escuela Secundaria núm. 50 en León, Guanajuato. 

Embriagado por esas palabras que diariamente llenan su clase, decidió asistir a un taller literario en la Casa de la Cultura Diego Rivera, bajo la tutela del maestro Juan Gil Carrasco. A esa experiencia le siguieron otras en diversos centros culturales, incluso un taller de narrativa con Bárbara Jacobs en la Biblioteca Central Wigberto Jiménez. 

La revista “El Canto del Ahuehuete”, fundada por David Uriel Martínez Varela, originario de León, extendió su presencia pública de 2009 a 2017.

“Publiqué mi primer libro de poesía titulado Desvaríos y otros poemas en 2010.  Posteriormente, Sonata infausta en tres movimientos, en 2011. En el año 2020 gané la mención honorífica en los Juegos Florales Nacionales de Lagos de Moreno con el poemario Guten Morgen Mr. Einstein, el cual fue publicado por la Universidad de Guadalajara en 2022 en el libro de Antología de los Juegos Florales 2019-2022, y posteriormente se publicó el libro de poemas Del mar los sueños por la editorial El principio del caos en 2022″.

Pero incluso antes de que esto sucediera, hubo un sueño que nació primero: “En el año 2009 fundé y edité con otros seis escritores leoneses la revista literaria El canto del Ahuehuete… En julio de 2009 se publicó el número Cero, impresa en tiro de prensa en formato medio tabloide, en su primera fase fue de frecuencia mensual hasta su número 16 en abril de 2011, a partir del número 17 sufrió modificaciones a offset y medio oficio con forros a color, formato que conservaría hasta el número 36, el de diciembre de 2016″. 

¿Y qué mejor nombre podría recibir una publicación de esta índole? Estos árboles ancestrales crecen en lugares en los que el agua es abundante, por esto es que su nombre en náhuatl significa “viejo del agua”. Para los antiguos mexicanos, el Ahuehuete era un árbol sagrado y ceremonial al que admiraban por su esplendor, longevidad y fuerza. Por lo que está ligado a lo místico, lo religioso y a lo cultural.  

“Su nombre evoca a la poética y enaltece a los viejos árboles sabios sagrados. En sus páginas escribieron autores mexicanos y extranjeros, se editaron varios números especiales en colaboración de escritores de lengua catalana, alemán, y autores de Argentina, así como jóvenes autores de universidades y talleres literarios. Albergó a la mayoría de autores regionales y guanajuatenses”. 

Quienes vivieron la época de oro de la revista El Canto del Ahuehuete, saben que, así como se enfrentaron a muchas dificultades, también recibieron grandes reconocimientos que los llevaron a momentos indescriptibles. “Una de las más hermosas experiencias fue la creación de una Suite para Guitarra titulada El Canto del Ahuehuete, que compuso el músico Francisco J. López, cantautor leonés que se integró a la revista en el 2009. De ahí vino la inspiración, y el domingo 13 de febrero de 2022, a las 13:00 horas, se llevó a cabo el Recital de Guitarra  denominado El Canto de Guanajuato en la sala de conciertos de la Casa Museo Gene Byron en la ciudad de Guanajuato”.

Esta obra se compone de cuatro movimientos: Ideas en diatriba, El ave negra, Palabras cruzadas y El pico del Tzenzontle. “Pancho López nos acompañó a gran cantidad de presentaciones públicas donde cantaba piezas poéticas y nosotros leíamos poesía en público. Así fue armando la Suite que en su estreno fue interpretada por Carlos Valencia”.

Sin embargo, como sucede con muchas publicaciones independientes, es muy difícil afrontar la parte económica. Sabemos que mantener una revista, por muy noble que sea su objetivo, sin financiamiento ni apoyos, resulta una labor titánica mantenerla a flote. Aunque… esta no era una publicación cualquiera, llevaba en sí misma la poesía de los viejos árboles de agua. 

“Al igual que todas las editoriales independientes, enfrentamos el asunto del financiamiento monetario, el cual fue subsidiado por entusiastas promotores que a través de publicidad apoyaron en forma monetaria su costo de producción, así como de la creación de un fondo económico aportado por Fernando Rodríguez, Marco M. Varela, y yo, en su segunda etapa. La publicación del número 36 cerró esta segunda fase, en 2017. Y con ello llegó el momento de replantearnos la posibilidad de transformarnos en sello editorial”.

Fue así como la revista se convirtió en una editorial que a partir de entonces vería nacer la poesía de diversos autores. “Reimprimimos poemarios como muestra y propuesta de sello editorial y se presentaron en la Fenal de León, Guanajuato, y la FIL de Guadalajara. La propuesta generó tres títulos para 2019: Del devenir de Francisco González, Vida y obra de José de Jesús Ortiz Funes de Jorge Omar Muñoz y República Mariguana de César Reyes. A partir de ese momento y a la fecha se han publicado 19 títulos, los cuales se pueden encontrar en la Librería del Museo de Historia y Arte de León, Guanajuato”.

Con la publicación del número 36 de la revista, en 2017, llegó el momento de replantearse la posibilidad de transformarla en sello editorial.

Aun cuando todos los títulos tienen respaldo en electrónico, la misión de la ahora editorial El canto del Ahuehuete es que sus libros sean publicados en papel, así fue siempre con la revista, y así es ahora con los proyectos literarios. Pero, además, David Uriel y su equipo brindan asesoría a los autores, participan en ferias de libros y en proyectos editoriales diversos.

“Los Cofundadores de la línea editorial son Fernando Rodríguez Servín, Víctor Sotelo Juárez, Aníbal Martínez Ornelas, J. Guadalupe Martínez Ramos, César Reyes Abundez, y LAGS (Luis Gómez Sandi)”. 

Dicen que los sueños, cuando se acaban, es porque ya se hicieron realidad. Pero en este caso, van acompañados de un puñado de poetas que creen fehacientemente en la poesía, la suya, la de otros, la de todos. Y gracias a esa pasión es que este Ahuehuete, como los otros de su especie, se niega a morir y a dejar de ser parte de la historia y la mágica cotidianidad de las palabras que van y vienen, las que se dicen, las que se guardan, las que se susurran y las que se recitan con fervor. 

El canto del Ahuehuete, hoy por hoy, sigue siendo el gran viejo de tinta y papel. Largo sea su canto y numerosas sus publicaciones.

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