Uno de los deportes digitales más peligrosos y de mayor riesgo es escribir sobre la Fiesta Brava. Quizá por eso pasaron desapercibidos los 50 años de la partida de Rodolfo Bernal Gaona, conocido como Rodolfo Gaona y apodado “El Califa de León”, quien falleció el 30 de mayo de 1975. Pocos se acordaron que el pasado sábado 12 de abril se cumplieron 100 años del retiro del legendario torero.
Por encima de las pasiones animalistas, Rodolfo Gaona es un referente de la historia y la cultura leonesas. En España lo admiraron y le pusieron el mote de “El Indio Grande”. Los prejuicios raciales fueron arrasados por el reconocimiento a un torero que competía al tú por tú con los grandes de la tauromaquia peninsular. Así lo describe el compositor y letrista español Antonio Rodríguez Salido:
“El Califa de León fue un excepcional artista. Toreó con el capote con maravilloso juego de brazos y natural elegancia. Era poseedor de un gran repertorio especialmente en las largas, lo mismo que en las cambiadas, los afarolados o la clásica cordobesa del famoso Rafael Molina Sánchez Lagartijo. Con las banderillas triunfó en todos los ruedos españoles muy especialmente en la plaza de Pamplona donde clavó el célebre “par de Pamplona”, una hazaña realizada el 8 de julio del 1915, dentro de las fiestas en honor del santo patrón San Fermín y que quedó inmortalizada para la historia, por la cámara de Aurelio Rodero y los pinceles del artista palentino Yuste de Espinosa”.

Rodolfo Gaona nació en León de los Aldama el 22 de enero de 1888 y falleció en la Ciudad de México el 20 de mayo de 1975. Fue figura durante la edad de oro del toreo (1913-1918) junto a Rafael Gómez El Gallo y Vicente Pastor. Se le recuerda por ser el creador de “la gaonera”, un pase de capote por detrás y del “pase del centenario” (un lance similar a la gaonera pero realizado con la muleta y por el lado derecho). Se le considera uno de los toreros más elegantes de la historia.
Fue hijo del navarro Roberto Gaona y de Regina Jiménez, nacida en México. Su primer oficio fue curtidor. Fue criado en el mercado Carro Verde y estudió en la “Escuela Modelo”, además de que trabajó como pespuntador en La Hormiga, calle Julián de Obregón del Barrio Arriba, de acuerdo con información del Archivo Histórico de León.
El primer contacto que tuvo con la tauromaquia fue a través de las capeas que varios jóvenes organizaban en los campos cercanos. Se formó en la escuela taurina de León, regentada por Saturnino Frutos, Ojitos, banderillero de la cuadrilla de Frascuelo. Fue presentado en la plaza de toros de México el 1 de octubre de 1905 (hace 120 años). Como se ve, aniversarios sobre su vida y obra sobran.
Debutó en 1907 en la plaza de toros del Toreo de la Condesa en Colonia Roma, México. Lidió más de ciento veinte novilladas antes de viajar a España en 1908. El 31 de mayo de ese año tomó la alternativa en la plaza de toros de Tetuán de las Victorias (Madrid). Su padrino fue Manuel Lara, el Jerezano que le cedió el toro de la alternativa, Rabanero, de la ganadería brava de Basilio Peñalver. Por la corrida de la alternativa, Gaona cobró 1 500 pesetas, y repitió el 30 de mayo con un mano a mano con Vicente Pastor Delgado, lidiaron toros de la ganadería de Carvajal. La confirmación de la alternativa fue el 5 de julio de 1908. Su padrino fue Juan Sal López, Saleri, y actuó de testigo Tomás Alarcón, Mazzantinito; el toro de la confirmación fue Gordito de la ganadería de Juan González Nandín.
Fue el inicio de una gira exitosa: lidió el 15 de julio de 1908 en la corrida de toros inaugural de la plaza de toros de Vista Alegre (Madrid), compartiendo cartel con Ricardo Torres Bombita, y Rafael González Madrid, Machaquito. Tras estas actuaciones, Gaona regresó a México.
Otros toreros habían viajado a España para tomar la alternativa en Madrid: el peruano Ángel Valdez, el mexicano Ponciano Díaz o Vicente Segura, pero no triunfaron ante el exigente público español. Gaona, en cambio, fue y triunfó.
Durante 1909 toreó en 32 ocasiones en México. En 1910 lidió 46 corridas. Durante la lidia de “Pinalito”, de la ganadería de Saltillo, empleó por primera vez la gaonera. La suerte había sido empleada y descrita por Paquiro anteriormente y puesta en práctica por Ojitos, sin embargo fue Gaona quien hizo popular ese lance de capote.
En la temporada de 1911 lidió 48 corridas. En 1912 la temporada finalizó con 62 lidias, de este año es una de las mejores faenas realizadas por el torero mexicano, la corrida del 21 de abril celebrada en Sevilla al toro “Desesperado” de la ganadería de Gregorio Campos. Comenzó de esa manera la etapa de triunfos en 1913, con corridas tanto en México como en España.

Entre 1914 y 1920, Gaona lidió cerca de 290 corridas de toros en España. A principios de 1920 regresó a México tras pasar seis años en las plazas españolas, se presentó el 14 de enero en la plaza del Toreo de Cuatro Caminos, donde triunfó con el toro “Sangre Azul”, de la ganadería de San Diego. Fue el periodo más importante en la trayectoria profesional de Gaona en España, hasta la aparición de Joselito y Juan Belmonte. En México, sus grandes éxitos fueron entre 1920 y 1924. Rivalizó en los ruedos con Joselito, Rafael Gómez Ortega, El Gallo, Vicente Pastor Delgado, Cayetano Sanz, Belmonte.
El capote del leonés fue reconocido por sus legendarias gaoneras, el pase del centenario y el lance de la tijerilla. Fue también un gran banderillero. Con la muleta mostró grandes cualidades artísticas. Entre ellas destacó en el cambio de rodillas. Sin embargo con el estoque tuvo altibajos que le privaron de muchos triunfos a lo largo de su prolongada estancia en España.
Se retiró de los ruedos el 12 de abril de 1925 en un festival celebrado en México en la Monumental Plaza El Toreo de “La Condesa”, de la Ciudad de México, en una tarde en la que estoqueó siete toros. Rafael Rubio Rodalito, alternó con él en un mano a mano, lidiando dos toros de Atenco, dos de San Diego de los Padres y dos de Piedras Negras.
Vida de telenovela
La vida de Gaona fue seguida dentro y fuera de los ruedos: actrices y cupletistas de aquel Madrid de principios del siglo XX se sintieron atraídas por el torero. Antes de conocer a la actriz Carmen Ruiz Moragas, con quien contrajo matrimonio en noviembre de 1917 en la parroquia de Nuestra Señora de las Angustias de Granada, tuvo una novia también perteneciente al mundo del espectáculo, la cupletista Paquita Escribano, que en aquellos años compartía cartel con las famosas Adelita Lulú y La Goya.
Se separó de la actriz y regresó a México y ese desamor hizo que se negara a volver a torear en España. Su truene amoroso fue de escándalo. Se volvió de mal carácter y estalló ante comentarios que decían que la causa de la separación había sido una homosexualidad.
Rodolfo Gaona volvió a casarse con otra mujer española: Enriqueta Gómez Vázquez, con la que tuvo tres hijos y con la que pasó el resto de su vida.
Impacto en la cultura popular
Rodolfo Gaona inspiró la composición de pasodobles otras piezas taurinas en su honor. Lo admiraban artistas como José Guadalupe Posada e intelectuales o poetas como Salvador Novo o Rafael Alberti. Pero también fue un ídolo popular y su nombre dio identidad a tiendas y negocios, especialmente pulquerías: “Los triunfos del Califa”, “La gloria de León”, “Los placeres de Gaona” y “Las faenas de Rodolfo”, por mencionar algunas.
Una antigua edición de El Heraldo de León, resguardada en el Archivo Histórico Municipal de León, muestra imágenes que incluyen una curiosa foto publicitaria de Gaona posando con un jarro de pulque y un taco de carnitas.
En León, la casa donde nació fue casi desaparecida con la ampliación de la calle Guadalupe Victoria, a la que convirtieron en el boulevard Mariano Escobedo. En lo que quedó de la finca se llegó a abrir una taquería llamada “El Rincón de Gaona”, que luego cambió de lugar y ahora existe en el sur de la ciudad.

En la ciudad de México, otra taquería inspirada en él ―porque ahí acudía a comer― es “El Califa de León”, recientemente reconocida con una estrella Michelin por la calidad de sus alimentos.
El torero tiene su monumento en su ciudad natal. Es una obra del escultor Carlos Terrés, develada en 1979, en la glorieta de Prolongación Juárez y bulevar Torres Landa. En 2010, la escultura fue reubicada en avenida Las Américas y Calzada de los Héroes, a causa de la construcción del transporte público en la ciudad.
En tiempos donde el arte de la tauromaquia choca con la filosofía de luchar contra la violencia hacia los animales, recordar a Gaona se convirtió en un tema políticamente incorrecto. Pero ahí están los 133 años de su nacimiento, los 100 años de su retiro de los ruedos y los 50 años de su partida:
¡Olé, mataor!