Muñecas que marcan la identidad y la historia de un pueblo
San José Iturbide no fue pueblo chichimeca resignado a someterse al iniciar la conquista: nació a finales de la colonia con una vocación criolla y mestiza, con su magno templo y sus calles de urbanismo de avanzada en su tiempo. Vivió la revolución de manera intensa: en 1915 fue escenario de un cruento combate entre carrancistas y villistas. Su población sufrió los estragos del hambre y una epidemia de tifo. Esta etapa remató en 1918 con una epidemia de influenza española que atacó a los sobrevivientes de la tragedia de la década.
Se convirtió en una localidad despoblada donde permanecieron mujeres de pueblo, con sus largos vestidos de manta y sus tocados, con peinados y vestimenta que combinaron las culturas indígenas, campesinas y criollas.
Esos personajes son ahora representados en muñecas de tela: las “Josecitas Iturbidenses”, creadas por Mayra Genny Campos Acosta, artesana que pertenece a una casta de costureras: su mamá, su tía y su abuelita le enseñaron este oficio.
A los 6 años de edad empezó a utilizar su primera máquina de coser, aprovechando los retazos de tela que encontraba para crear diseños para las muñecas.
Mayra Genny aprendió a usar materiales tradicionales como la manta, la cambaya, el bolillo (una especie de encaje antiguo de algodón) y unió cada pieza para después hacer cada bordado a mano.
Aprendió a hacer esos juguetes para un mercado que vive de la nostalgia, pero ella buscaba algo más: inquieta por conocer las raíces de su gente y los orígenes de su pueblo, empezó a indagar en recuerdos y archivos.
Y fue así como encontró viejas fotografías de mujeres iturbidenses, en especial del periodo de la Revolución Mexicana. A partir de esos trajes comenzó a concebir muñecas que marcan la identidad y la historia de ese pueblo que lleva osadamente el nombre de uno de los consumadores de la independencia nacional denostado por la historia oficial.
Las “Josecitas Iturbidenses” adquieren su nombre gracias a las mujeres iturbidenses y son una manera de brindar reconocimiento por su labor y participación en la fundación e historia de San José Iturbide, Guanajuato.
Ahora son muñecas que generan un gran orgullo para los iturbidenses. Genny las ha llevado a certámenes. Su “Josecita” obtuvo el tercer lugar en el VII Concurso y Exhibición del Juguete Popular Guanajuatense, organizado por El Instituto Estatal de la Cultura, a través del Centro de las Artes de Guanajuato. Recientemente obtuvo el segundo lugar en el Concurso de Raíz Iturbidense, con la pieza “Carmelita”. Ha representado al juguete de Guanajuato en encuentros de artesanos y promociones de turismo.
Mayra Genny ha ampliado sus conceptos: ahora también hace Fridas Khalo, Calaveras Catrinas, Lloronas y muñecas con representaciones de las mujeres otomíes
San José de Casas Viejas, construido al amparo de la hacienda del Capulín, donde Agustín de Iturbide derrotó a los realistas, donde pelearon villistas contra carrancistas, donde las enfermedades y las guerras mataron al 80 por ciento de su gente. Ahí, donde los sobrevivientes se sumaron en 1926 a la lucha cristera, al mando de Fortino Sánchez, quien a su paso quemó el palacio municipal y el archivo. San José Casas Viejas, repoblado en el siglo XX por refugiados italianos e industrializado en los albores del nuevo milenio, tiene sus josecitas, que sobreviven a la tecnología y que le dan orgullo e identidad a ese limbo rodeado de pueblos chichimecas.
