El cambio climático y las actividades humanas aumentan los incendios forestales a nivel mundial, conversación con científicos que los combaten
El municipio de Guanajuato es el segundo con mayor superficie forestal en el Estado, sin embargo, se encuentra dentro de los tres primeros lugares de mayor incidencia de incendios forestales, poniendo en evidente riesgo su extensa vegetación.
La doctora Michelle Farfán, académica reconocida de la Universidad de Guanajuato y su equipo de trabajo, monitorean las temporadas de incendios forestales en los últimos 10 años y se han dado cuenta que van en aumento, es por esto que decidieron unir esfuerzos para lograr una aportación histórica en el Estado.
Recientemente, dieron a conocer la aplicación móvil IGNIS, que, además de reportar oportunamente los incendios de vegetación de distintos tipos, permite generar una base de datos proporcionados por la misma población, gracias a esto se han podido crear varios productos, entre ellos una cartografía de riesgo para la entidad.
“La población no es consciente de la condición ambiental, donde el hecho de que no llueva lo suficiente hace que la vegetación esté lista para arder y propagar el fuego”, señala Farfán. La doctora nos comenta que los factores que influyen en el aumento de incendios son una sinergia clara entre el calentamiento global y el manejo irresponsable del fuego por parte de las poblaciones, por lo cual es tan importante que se involucren en la problemática.
En una reciente publicación de la revista científica MDPI https://www.mdpi.com/2073-445X/11/12/2105, los científicos corroboraron lo anterior para la zona metropolitana de Guanajuato, Guanajuato, ya que estimaron que el área quemada para el 2021 fue de 1096.34 ha, seguido de 444.66 ha para el 2019 y 198.95 ha para el 2020. Esta última cifra la relacionan con el confinamiento y la suspensión temporal de actividades por el COVID-19, lo que significó menos gente en las calles y reducción potencial de áreas quemadas en 2020.
Por esta situación, además de su labor como investigadora, Michelle Farfán y otros ciudadanos han formado la primera brigada comunitaria contra incendios en el Municipio de Guanajuato “Los Chuines” y por otro lado, en conjunto con diversos especialistas crearon la asociación civil “Yoatzin Fuego y Territorio AC”.
A través de estos proyectos, la aplicación móvil y sus propias líneas de investigación científica, no sólo han aportado desde la academia, también trabajan de forma local en el combate de incendios, enfocan esfuerzos para concientizar a la población en torno al manejo del fuego e implementan diversas acciones de prevención, por ejemplo, generar brechas cortafuego, reducir carga de combustible, entre otras.
La labor que realizan es necesaria, ya que en los planes de acción nacionales y regionales enfocados a la prevención de incendios, toman en cuenta que las partes interesadas participen y logren crear estrategias para evitar estos desastres naturales, además de considerar si los bosques son ecosistemas adaptados al clima o no, con una información climática adecuada y el análisis de riesgo regional, meses antes de la estación seca.
“La divulgación del manejo del fuego en un contexto de calentamiento global es indispensable” expresa Farfán, “hemos logrado construir un grupo de ambientalistas y la idea es vincularse también con instituciones y empresas para presentar nuestros servicios y, sobre todo, dar a conocer la relevancia que tiene este tema como estrategia de adaptación y mitigación ante el cambio climático, desde un nivel local”.
El maestro Yann Godbert también forma parte de este grupo de trabajo, cuenta con una maestría en Etnología por la Université Paris Nanterre y es actualmente profesor de la licenciatura en Geografía, en el mismo departamento al que pertenece la Dra. Michelle. Es además activista ambiental y enamorado del territorio donde vive.
“Mi experiencia es parecida a la de muchos guanajuatenses y habitantes en el planeta, la problemática de los incendios la tenía bastante invisibilizada, realmente mi interés en el tema fue a raíz de conocer a la doctora” menciona Yann.
Desde su perspectiva como etnólogo le preocupa que a nivel cultural no se dimensione el impacto que generan los incendios, así como la relación que tienen con el cambio climático y la extinción masiva de la biodiversidad. Yann nos explica que “las emisiones de CO2a la atmósfera que se generan por los incendios representan más del 30 % del total de fuentes en México y generan un efecto de feed back positivo muy acelerado, es decir, a mayores incendios, más CO2, más calentamiento atmosférico y más sequías en ecosistemas que no están adaptados evolutivamente al fuego.”
Otro motor para Yann es lo que le ha tocado vivir de forma personal, “hace tres años tuve que apagar un incendio pastizal que venía hacia mi casa, si no hubiera hecho nada, todo mi terreno se hubiera quemado, además de tener un interés como ser humano, en general me ha tocado tener que enfrentarlo, eso me ha convencido de que tengo que aportar algo, pero no es fácil para los humanos medir el impacto, es hasta que vemos un evento extremo cercano a nuestra realidad que podemos empezar a dimensionarlo”.
Yann está convencido de la necesidad de involucrar más a la población y aumentar las políticas públicas enfocadas a las medidas de mitigación de los incendios, es por esto que es responsable de los programas de educación ambiental en la asociación civil y a su vez participa en el combate del fuego con la brigada comunitaria.
La brigada ha recibido capacitación por parte de una asociación local de bomberos en Guanajuato “Bomberos SIMUB” así como por la CONAFOR (Comisión Nacional Forestal) y es la primera brigada comunitaria que se conforma en el municipio de Guanajuato. Actualmente cuenta con 10 integrantes y está buscando que se sumen más personas para la siguiente temporada.
“El trabajo es demandante e intenso para tan pocas personas, entre más se sumen todo el esfuerzo se reduce, aunque si bien es de riego, cuando te capacitas se hace énfasis en la seguridad del combatiente”, destaca Farfán. Así mismo, la Dra. hace hincapié en romper la brecha de género, “también nos interesa que las mujeres puedan combatir el fuego y participar, hay muchas funciones en un combate”.
Los científicos nos explicaron que la quema de rastrojo es una práctica común en Guanajuato, al no ser controlada puede llegar a propagarse a otros terrenos causando incendios forestales, a pesar de ser una actividad ilegal en el estado de Guanajuato, escasas veces es denunciada; por lo tanto, es importante promover la cultura de la prevención en las comunidades por medio de pláticas y talleres.
“En esta temporada en el Municipio hubo 7 incendios, el último fue en el mes de junio en el Cerro del Sombrero, dentro de una Área Natural Protegida”, nos platica Michelle, “fue causado por una quema agrícola, la persona no midió las condiciones, se salió de control y afectó cerca de 10 hectáreas”
Otro tema que surgió en la conversación, fue el proceso de “sabanización” como parte de las consecuencias de los incendios en ecosistemas sensibles al fuego, que va de la mano de incendios recurrentes. De acuerdo con lo que nos comentan, la propia vegetación también se debe considerar, como es el caso del matorral xerófilo que es muy sensible al fuego y muy abundante en Guanajuato, sin embargo, cada vez desaparecen más este tipo de vegetación y se le da apertura a los pastos —lo que precisamente se le conoce como “sabanización”— una tendencia global para los ecosistemas no adaptados al fuego que va dejando los ecosistemas más sensibles a la propagación del fuego.
Dentro del grupo de investigación también han estudiado la relación de los fenómenos climáticos del Niño y la Niña con el posible aumento de incendios. Este efecto en el territorio mexicano es ampliamente heterogéneo. Por ejemplo, El Niño puede aumentar la lluvia acumulada en algunas regiones durante el invierno o el verano, mientras que otras regiones pueden experimentar sequías extremas durante la misma fase.
El Estado de Guanajuato durante la temporada del Niño pasa por temperaturas muy altas y retraso de lluvias, principalmente en el mes de mayo sobre la región suroeste; esta situación genera anomalías en la retroalimentación entre la atmósfera y la vegetación, debido a que condiciones atmosféricas secas como lo son las temperaturas por encima de lo normal, baja humedad relativa y poca precipitación, pueden originar estrés en la vegetación que desencadena que esté más disponible para arder.
La doctora Farfán, ante estas anomalías hidrológicas, expresa su preocupación frente al futuro de la zona, “hemos identificado que esta condición genera mayor vulnerabilidad y tiene repercusiones en el ciclo hidrológico, al existir un déficit de presión de vapor en la zona de Guanajuato se va a quedar más seca la atmósfera”, la Doctora apunta “vamos tarde, antes de que la crisis nos alcance fuerte, espero que haya ese despertar colectivo”.
Es bastante conocida la relación de la crisis climática con el aumento de los incendios forestales, diversas organizaciones globales lo han advertido, como es el caso de la organización de la Organización de Agencias Unidas (ONU) para el medio ambiente, quienes a raíz del reciente aumento de temperaturas en Europa informaron sobre la necesidad de adaptar los bosques naturales a estos cambios, así mismo, de acuerdo con el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), los incendios exacerban el cambio climático debido a que representan un tercio de las emisiones de carbono de los ecosistemas globales.
Aunque esta problemática ha llamado la atención a nivel global, sigue siendo un área de oportunidad en las esferas políticas y en la ciudadanía del centro de México. Como bien lo determinan Farfán y Godbert, es un tema que va de la mano con la voluntad política, pero también las iniciativas que permitan la mitigación y la adaptación de los ecosistemas deben promoverse desde un nivel local y con esto permitir que se involucren más ciudadanos, la poca participación sólo demuestra la falta del vínculo con la naturaleza en la cual estamos inmersos.
