Inicio Disruptivos y Frikis EL DIFÍCIL ARTE DE HACER REÍR Y CONTAGIAR LA CARCAJADA

EL DIFÍCIL ARTE DE HACER REÍR Y CONTAGIAR LA CARCAJADA

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Si hay algo verdaderamente difícil en el mundo es hacer reír genuinamente a una persona, más todavía si esa risa se contagia y se encadena a esa maquinaria emotiva que todos cargamos en nuestro interior y que a veces se nos descompone, por falta de uso.

En tal caso, hay que echar mano de la Risaliencia, sí, RISA-LI-ENCIA que es aquello que está más allá de la resiliencia, es más compleja y también más escasa, porque además de ser la capacidad de superar situaciones traumáticas y adversidades, hay que aprender a reírse de eso justamente y así lo describe el creador del concepto: Bubo, el payaso.

En su personalidad terrenal, por decirlo de algún modo, Bubo, es Aarón Ortiz Hernández, un mexicano de 53 años de edad, nacido en la ciudad de México, para más señas en el hospital La Raza, aunque en esta entrevista nos centramos en el personaje que es un ícono en el mundo de la payasada, porque es querido y admirado por miles de mexicanos, de todas las regiones y de todas las edades. 

De hecho, ¿has escuchado alguna de sus reflexiones sobre la vida, la amistad, la empatía, el amor, entre muchos otros temas universales, o quién no lo vio en televisión en programas cómico-musicales o de revista, participando al lado de otros artistas?, o quizá en alguna de las más de 5 mil presentaciones que ha ofrecido en su carrera artística, tanto en eventos públicos como en fiestas privadas. 

Lo que poco se sabe, es que el Payaso Bubo desempeña de manera paralela aunque muy callada, una labor social, prácticamente de manera altruista, en la que interactúa con sectores sociales de cualquier rincón del país para, por ejemplo, cohesionar a las familias, para que se sepan abrazar y sobre todo comunicarse. 

Bubo juntos con sus hermanos (en la foto de en medio, vestido de amarillo) (Fotografías tomadas de su perfil de Facebook)

Aunque ya cumplió 32 años de carrera profesional, desde hace 18 años Bubo fue invitado a participar en el Primer Congreso Internacional de Resiliencia México en la UNAM y a partir de ahí, descubrió la parte pro-social del payaso y de alguna manera, se le reveló, la Misión en su vida.

“Me di cuenta de que el payaso no solo está hecho para reír, sino también para ser transmisor de emociones. Me di cuenta que el payaso puede ser el que propone el restablecimiento emocional de la población en caso de desastre y a partir de ahí comencé a dar conferencias en México y a nivel Internacional”, precisa.

Este conocimiento lo ha llevado a representar a México como conferencista, tallerista y capacitador, no solo de payasos, sino de familias y de personas, en 12 o 13 países donde ha ido a compartir sus conferencias ante variados públicos.

¿De dónde salió el nombre Bubo?

Bubo es un vocablo maya, en sí el vocablo es buboso, que significa hombre loco, feliz, bobo o chistoso. Tiene muchas acepciones, según me contó un payaso maya, que me dijo que había gente bubosa haciendo lo que hacen ahora los payasos de la calle, las rueditas de gente donde les piden cooperación, bubo es el apócope de chistoso.

¿Y Risaliencia?

El término risaliencia, surgió ese mismo año en 2005 cuando me pidieron hacer una Charla de Café usando el tema de resi-liencia y yo queriendo hacer mofa del concepto, dije voy a dar una charla de risa-liencia. Como nuestro lenguaje español es tan bondadoso, que nos permite crear nuevos vocablos cada día, así nació.

Risaliencia, tiene el sufijo encia y la parabra risa y la sílaba li, que nos da pertenencia con la resiliencia y entonces todo esto compuesto, quiere decir la capacidad de reír y contagiar. 

Al principio no sabía que iba a tener algún significado al final, no sabía que tendría una propuesta bien establecida —científicamente, por así decirlo— aunque a lo mejor no he luchado por que el vocablo sea reconocido por la Real Academia Española (RAE), tiene un significado de acuerdo a la bondad que tiene nuestro lenguaje.

De la “resiliencia” a la “risaliencia” (Fotografías tomadas de su perfil de Facebook)

¿Dónde naciste?

Déjame decirte que aunque tengo rasgos europeos (bromea), nací en la ciudad de México, en el hospital de La Raza, Justo ahí nací. Ahora tengo 53 años, me veo más joven, pero ya tengo 53.

¿Cuándo creaste al personaje?

Nosotros fuimos muy pobres, de pequeños siempre trabajamos en la calle, esto nos impulsó a siempre tratar de ser un poco autónomos, porque siempre fuimos nuestros propios jefes en el trabajo. Salíamos a trabajar en la calle que siempre fue muy bondadosa.

Un día, una persona nos ofreció trabajo de payasos. Por ejemplo, nos preguntó cuánto ganan aquí (en la calle, o en algún crucero). Respondimos mis hermanos y yo, 300 pesos durante el día, y él nos dijo, pues yo les voy a dar 300 pesos, pero por una hora. Nos dijo: los voy a maquillar de payasos y los voy a mandar a las fiestas y les voy a prestar utilería y así.

Como éramos tan autónomos dijimos: hay que hacerlo nosotros mismos, si se gana tanto, no hay que darle a nadie, hay que quedárnoslo nosotros y de una manera muy empírica comenzamos a hacer el maquillaje y así empecé.

A mí me daba mucha pena maquillarme, mis dos hermanos sí lo hicieron y lo hicieron con un amigo para ser tres; los que iniciaron, que fueron Gonzalo, Rafael y Valentín.

Te estoy hablando de hace 32 años, de que yo empecé, porque mis hermanos comenzaron antes con la carrera de payasos y cuando los vi, ya tenían un show montado, donde daban fiestas infantiles y trabajaban en las calles del Bosque San Juan de Aragón.

En algún momento, por mera casualidad, me invitaron a una fiesta pero maquillado, porque me parezco mucho a mi hermano Rafael y entonces cuando me maquillaron quedé igualito a él y pude suplirlo en una fiesta y al gente no se dio cuenta, porque ya había ensayado las rutinas que íbamos a hacer con mi otro hermano y al final salió muy bonita la fiesta, a mi gustó que la gente se riera de lo que yo hacía; me gustó que se acercaran y me dijeran qué chistoso eres, qué agradable, que bonito y me fue muy bien en esa fiesta y eso fue lo que me impulsó

Déjame decirte que haciendo un poco de historia nosotros desde muy pequeñitos éramos muy chistosos, éramos los hazmereír de la palomilla, los que contaban los chistes, hacíamos imitaciones, entre otras gracias, y ya con el tiempo, cuando mis hermanos se hicieron payasos me invitaron, pero aquella fiesta cuando suplí a mi hermano fue lo que me impulsó.

Bubo ha marcado su presencia tanto nacional como internacionalmente (Fotografías tomadas de su perfil de Facebook)

¿Qué sientes cuando estás frente al público? 

Lo que siento cuando voy a las fiestas o me paro en algún escenario, siento que tengo un compromiso con la gente que me ve, y ese compromiso es hacerlos reír, que se diviertan por lo menos en esa hora, en esos 50 minutos o lo que sea de tiempo.

Mi compromiso es sacarlos del estado anímico que no es favorable para ellos y meterlos —si quisieras verlo así—, a un mundo mágico donde por un momento se olvidan de todos sus problemas, se olvidan de todas las situaciones difíciles, de las adversidades y ese es mi objetivo.

Lo primero que pasa por mi mente antes de pensar en ganar dinero por los servicios, es en el compromiso que tengo para cumplir el objetivo que llevo y que es hacerlos reír, que se diviertan, pero que su esparcimiento sea no solamente corporal, sino que también sea mental.

Déjame decirte algo —esto es un secreto— cuando yo entré de payaso, entré porque ganaban bien, y yo pensé pues de aquí soy, porque yo quería ganar bien, pero a medida de que ha pasado el tiempo y que he aprendido un poco más de las artes y que no solo eso, sino que he aprendido la parte psicosocial que el payaso tiene ante la comunidad, he aprendido que la función de payaso no solo es ganar dinero, sino que el payaso tiene que llevar alegría, momentos felices que pueden cambiarle la vida a una persona, pueden cambiarle un momento, un día, un mes o toda la vida. 

¿Cuántos son el equipo de Bubo?

Regularmente somos 5, el payaso Bubo, un DJ que es mi esposa y tres asistentes que son mis tres hijas, aunque ahora por razones de estudios son dos.

¿Se estudia para ser payaso?

Ahora sí, ya tienen como 5 o 6 año o quizá más, que en la Universidad Mesoamericana en Puebla, abrieron la carrera de Artes Circenses Contemporáneas y ahí puedes estudiar la especialidad de payaso, pero antes no se estudiaba profesionalmente.

¿En tu caso fue autodidacta o tuviste algún mentor?

Creo que mis hermanos Chilito Verde, Farolito y Cascabelito, ellos fueron mis maestros, porque nosotros como hermanos fuimos autodidactas, fuimos aprendiendo en el camino porque antes el medio era muy cerrado, muy difícil. En ese tiempo me acuerdo mucho de las esculturas con globos que estaban de moda, pero nadie te enseñaba, nadie te decía qué globos se usaban o dónde se compraban.

Pero tuvimos la fortuna de seguir avanzando porque entramos al programa Divertido y luego hasta tuve la oportunidad de pertenecer al Club de Payasos Mexicanos de Circo, hace un tiempo también participé en un programa que se llama Se Vale, donde hicieron el concurso de El Payaso de Oro, donde se reunieron más de 2 mil payasos para hacer el casting y muchos pasaron a las finales otros se quedaron en el camino y tuve la oportunidad de ser el primer payaso de oro de Televisa.

En ese lapso fuimos aprendiendo de todo, acrobacia, pantomima, dominio escénico, expresión corporal, globoflexia, maquillaje, vestuario, etcétera. Te vas preparando y eso hace que tengas una gran carrera, aunque sin título.

¿Cómo te preparas para salir al escenario, haces alguna rutina, tienes algún ritual?

Todo como dices es un pequeño ritual. En mi caso cuando empiezo a maquillarme ya sea en casa o afuera y empiezo a pensar qué es lo que tengo qué hacer y mentalmente me empiezo a preparar; espero que el público con el que llegue sea un público que tenga apertura y que pueda recibir con agrado lo que llevamos. Entonces comienzo a pensar desde ahí y me pongo el maquillaje de la manera más profesional que se pueda, porque como manejamos figuras y formas, debemos de ser detallistas en eso. Entonces procuro desde ahí, hacer un buen delineado, una buena aplicación.

Además, tenemos como preparativos llevarnos nuestro traje bien planchado de tintorería, los zapatos limpios, la peluca también muy limpia, el maquillaje pulcro y antes de entrar al show, y ya mi equipo ya está puesto y todos mis asistentes hicieron su tarea, antes de entrar digo esta es la tercera llamada. Y le hago como me recomendó un amigo del Circo: “Solo respira profundo y da todo en el escenario”. 

Bubo mantiene su vigencia a través de presentaciones públicas y ahora también en redes sociales (Fotografías tomadas de su perfil de Facebook)

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