Inspiradora historia de Lirio en que la resiliencia, la pasión y el amor propio son esenciales.
Lirio Ruiz Santillán a sus 67 años es una pedagoga especializada en educación prenatal y postnatal, con un enfoque distintivo en el arte. Su carrera profesional se ha destacado por apartarse de las formas tradicionales de enseñanza, trazando así un camino único. Sin embargo, no solo por su profesión, sino también en su vida personal, ya que a los 32 años de edad Lirio experimentó un cambio significativo cuando le diagnosticaron “Cardiomiopatía dilatada” o “Cardiomegalia”, una enfermedad genética caracterizada por el crecimiento progresivo del corazón.
Su padre murió a los 42 años por esta causa, y cinco de sus nueve hermanos también fallecieron por la enfermedad. Lirio se convirtió en la sobreviviente. “Yo no quería nada de atención alópata porque siempre he estado muy pegada a la madre naturaleza, a la medicina naturista, a la homeopática, a todas las formas de curación alternativas posibles”, me expresó con satisfacción.
Con diversas terapias alternativas se mantuvo durante 14 años, hasta que un día su cuerpo ya no pudo más, “mi corazón estaba demasiado grande, siguió creciendo, es que esta enfermedad es una enfermedad incurable y progresiva, a no ser que te cambien el corazón”, me lo dijo con una sonrisa mientras disfrutaba de su té.
El primer gran paso para mejorar su salud fue cuando llegó a Barcelona, ahí le brindaron atención médica de calidad. “Debo reconocer que tuve una extraordinaria suerte al llegar aquí a donde resido, en Barcelona. Fue en un momento preciso, en una situación muy favorable, ya que el país estaba siendo gobernado por el señor Zapatero, quien garantizaba atención médica sin restricciones”, mencionó.
En realidad llegó a Barcelona por sus hijas, quienes estudiaban ahí y estaban a punto de finalizar sus cursos. Ambas son artistas, así que aprovechó la oportunidad para presenciar sus obras. “En un principio, mi plan era quedarme por tres semanas, porque yo trabajaba en la Universidad de Guanajuato y estaba muy contenta, la verdad”, me confesó.
En Guanajuato diseñó un taller para niños llamado “Tierra Nueva, arte consciencia y salud”, un espacio innovador que llevó a cabo con el apoyo del Sindicato de Trabajadores de la Universidad. Los frutos de “Tierra Nueva” fueron varios, entre ellos más de 8 ideas originales de teatro, involucrando multidisciplina y artistas reconocidos a nivel internacional.
Las circunstancias tomaron otro rumbo, y en lugar de tres semanas, Lirio terminó quedándose tres meses debido a que su salud estaba empeorando, afortunadamente, pudo recibir la atención médica necesaria. Le colocaron un dispositivo similar a un marcapasos, pero más avanzado, un desfibrilador con múltiples electrodos que funcionaba de manera más efectiva, “un regalo celestial” como ella lo describe.
Pasó el tiempo y eventualmente se enfrentó a la realidad, sólo un trasplante de corazón podría salvarla. Fueron 5 meses de agonía los que vivió, hasta que en el 2007 sucedió el milagro esperado: recibir un trasplante de corazón sin complicaciones. “Tuve muchísima suerte porque no hubo rechazo, lo recibió súper bien mi cuerpo y bueno, aquí sigo hasta la fecha, llevo 16 años con este corazón maravilloso y pues sí, la calidad de vida que te proporciona una circunstancia así es impresionante en comparación a cómo vivía”.
Abrazó su segunda oportunidad con gratitud y determinación, aunque el camino post-trasplante no fue fácil. Lirio se enfrentó a la realidad de los inmunosupresores y sus efectos secundarios, lo que le generó cáncer en dos ocasiones posteriores al trasplante. Pero los milagros continuaron, su conocimiento en medicina alternativa en combinación con los cuidados de su equipo de trasplante, le permitieron reducir gradualmente su medicación y superar el cáncer. Sus médicos no podían creerlo.
Con una mirada al futuro, Lirio se ve compartiendo su conocimiento en la formación de Feldenkrais, una disciplina en la que se especializó y actualmente es profesora, combinando su amor por la pedagogía y por la danza. Su característico entusiasmo se refleja claramente en este nuevo proyecto, donde su energía y vitalidad son admirables.
Lirio comparte un mensaje alentador para aquellos que enfrentan enfermedades crónicas, enfatizando la importancia de una alimentación saludable y la autoobservación de pensamientos y emociones. Su historia es un testimonio vivo de cómo la resiliencia, la pasión y el amor propio permiten superar los desafíos en la vida.