Nació en León, vive en León y espera morir en León. Es el fotógrafo-escritor que pasó de ser un inquieto chavo disco, a un irreverente adulto que dice tener su cerebro en la izquierda y su bolsillo en la derecha.
Historiador aficionado, panza verde corazón (fue mascota del equipo y su padre diseñó el escudo del equipo León), descendiente de un francés que tras la invasión se quedó a vivir en la ciudad, empezó su secuencia de Infierno grande, una serie de textos de pasajes históricos leoneses:
“La tarde del 26 de diciembre de 1961 la noticia corrió como pólvora por toda la ciudad… encontraron el cuerpo en descomposición de la Mary Chessman en una casa en construcción en el nuevo fraccionamiento Jardines del Moral. El verdadero nombre de la víctima era María de Jesús Mena, tenía 21 años y vivía una doble vida”.
Y sí, la Mary Chessman era una muy formal secretaria en un despacho y clandestinamente era parte de una pandilla de rebeldes sin causa en motocicleta. Su muerte fue en su momento un impactante caso de nota roja y es ahora una de las tantas historias de la secuela Infierno grande 1, 2 y 3. El más reciente presentado en la Feria Nacional del Libro de León (Fenal).
Armando Ruiz Vera, nació en 1965 y estudió la carrera de Ciencias de la Comunicación en el Tecnológico de Monterrey, donde también hizo una maestría en Mercadotecnia. Desde 1988 ha dirigido diversas revistas de sociales y espectáculos en León.
“Infierno grande“, un compendio de historias que a través de una combinación de realidad y ficción, retratan la vida urbana de León en distintas épocas.
Todo empezó en 1996, cuando al egresar de la universidad comenzó su labor como periodista y escribió crónicas y artículos acerca de la historia de León.
Armando heredó uno de los más tradicionales estudios de fotografía de la ciudad: Foto Ruiz. Es la tercera generación, pero el periodismo ha sido su pasión y su anhelo de conocer el pasado.
Le inspiró la novela Uno soñaba que era rey de Enrique Serna y esa forma de relato fresco y urbano. De ahí surgió su primera obra: Pasaste a mi lado.
Dejó casi el periodismo para dedicarse al negocio familiar de la fotografía y con la llegada de la era digital, hacía publicidad a su estudio con la publicación de fotos antiguas y breves relatos históricos en una sección denominada Valle de Señora.
Pasaron 18 años, Armando comenzó a evocar su pasado juvenil y adolescente y se fue al teclado para escribir relatos que incluían a la ciudad de León como escenario. El caso de la Mary Chessman, la leyenda del Diablo que se apareció en una discoteca, los espacios tragados por la urbanización y referencias a los orígenes de la ciudad, a los chichimecas que asediaron a la Villa de León, de la llegada de los franceses y muchos momentos más. Infierno grande, es una secuencia de textos que tiene como espina dorsal, la historia ficcionalizada de la familia Obregón, misma que será el hilo conductor de todas las entregas.
Son libros extensos, pero de lectura ligera que se bebe en un rato. Cómprelos, pero no le diga a nadie más, pues se pueden enterar los Pons de que lee a este irreverente y hereje ateo y sabrá Dios qué vayan a decir.
