Un árbol cayó sobre la caseta del negocio del que dependen casi diez familias.
Fuertes vientos tiraron un árbol en la calle Rocinante, del
popular fraccionamiento Las Teresas. La tragedia no fue sólo ecológica, cayó
sobre la caseta de un negocio familiar de producción de churros. Ahora los
comerciantes mantienen la esperanza de que autoridades les ayuden a rehacer su
microempresa.Humberto Pérez Rodríguez, dueño de Churros Pacman, trabaja
en su casa. Ahí instaló estufa y perol y sólo puede atender pedidos por
teléfono. La banqueta donde se había instalado quedó levantada y la caseta tiene
abolladuras que requieren reparación.
Así solicita el apoyo:
“Seguimos trabajando y haciendo deliciosos churros de azúcar
Pacman, marcando a nuestro número de teléfono celular con gusto atenderemos tus
pedidos, contamos con entrega a domicilio, marca al número 473-112-29-85″. Churros Pac Man inició labores hace 10 años y es un referente en el consumo de la golosina en la zona: desde escolares hasta trabajadores, pasando por amas de casa y transeúntes. Ha sido tal su fama que tiene al menos ocho compradores que adquieren cantidades para reventa. Las especialidades del negocio son churros en forma de corazón y otros en forma de espiral llamados “suspiros”
La adversidad
Por el momento espera que el gobierno municipal repare la banqueta para poder volver a colocar la caseta. Señala que le gustaría tener una nueva, pero quisiera contar con apoyo para reparar la actual. Del negocio viven él, su esposa y tres hijos, además de los distribuidores que cada día salen con una charola en la cabeza a gritar “¡churros, churros!” por diversas zonas de la ciudad. Por lo pronto, Humberto pide que le compren muchos churros por si no le reparan la banqueta hacerlo él y si no le financian nueva caseta
al menos contar con recursos para reparar la actual.
