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EL CALLEJÓN DEL CUAJO ESTÁ EN EL CENTRO HISTÓRICO DE LA CDMX

La hoja de vida de Gabriel Vargas Bernal (Tulancingo, 5 de febrero de 1915-Ciudad de México, 25 de mayo de 2010) refiere, con justa razón, que él fue un espléndido y genial observador social que supo convertir en historietas el devenir de la cultura popular de la Ciudad de México, a través de La familia Burrón que publicó desde 1948 hasta 2009.

La familia Burrón narró la “chipocluda” historia de ese clan, desde su salida de “San Garabato” hasta su llegada al “Callejón del Cuajo” y su permanencia, lo que granjeó a su autor el Premio Nacional de Artes y Literatura en Artes y Tradiciones Populares. Carlos Monsiváis (4 de mayo de 1938-19 de junio de 2010) lo definió así desde su intelecto:

La familia Burrón fue creada por Gabriel Vargas en 1948, a partir de la observación de personas reales en los barrios pobres de Ciudad de México. Era la llamada «Edad de Oro» de la historieta mexicana”. Durante más de 60 años narró, con humor y emotividad, la vida de una familia ficticia y a la vez, nada alejada de cualquier familia real de la CDMX.

El mural ofrece un panorama amplio de los personajes creados por Gabriel Vargas. Fue realizado por Guillermo Heredia en 2010. (Fotografía de Juan Carlos Castellanos)

La familia está integrada por doña “Borola”; su marido don “Regino Burrón”, quien es de oficio peluquero, y sus dos hijos, “Macuca Burrón” y “Regino Burrón Tacuche”. Otros personajes centrales son “Fóforo Cantarranas”, un niño que vive con ellos de “arrimado” pero a quien quieren como hijo, y el perro “Wilson”. Familia típica de cualquier barrio.

Escritor, dibujante y cronista nato, Gabriel Vargas reseñó con humor y precisión social la forma de ser y de vivir en los barrios pobres de la capital mexicana, en las vecindades de enormes patios con sus tendederos y lavaderos comunes, en donde conviven simpáticos personajes, todos pobres con deseos de dejar de serlo para ser como los “rotos fufurufos”.

Puestos en contexto, hay que destacar que en el Centro Histórico de la Ciudad de México, exactamente en la Calle de Regina, donde no hace muchos años un tramo fue cerrado al tránsito vehicular para convertirla en corredor cultural, se encuentra un mural, titulado “Sueño de una tarde de domingo en el Callejón del Cuajo”, donde lucen los personajes.

Es una parodia del mural Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central, obra icónica realizada en 1947 por Diego Rivera (Guanajuato, 8 de diciembre de 1886-Ciudad de México, 24 de noviembre de 1957) para decorar el Hotel Del Prado que sucumbió durante el terremoto de 1985 y ahora se encuentra en su propio Museo, en la Alameda.

En el Centro Histórico de la Ciudad de México, exactamente en la Calle de Regina, donde no hace muchos años un tramo fue cerrado al tránsito vehicular para convertirla en corredor cultural, se encuentra el mural “Sueño de una tarde de domingo en el Callejón del Cuajo”. (Fotografía de Juan Carlos Castellanos)

Hace escasos seis meses y tras ser vandalizado, el mural fue restaurado por Guillermo Heredia, autor que lo plasmó en 2010 en cerca de 100 metros cuadrados. Se trata de una obra que retrata a “La familia Burrón” que los vecinos del Centro Histórico adoptaron desde hace décadas, y hoy, lo han hecho con el mural que ven como algo muy suyo.

La obra fue acogida por la comunidad de la zona como un emblema, luego de que en 2009 se peatonalizó y remozó la calle. Posteriormente, hicieron la petición de su rescate porque representaba la recuperación de espacios públicos, el fomento de la participación y la convivencia con respeto entre los habitantes del Centro Histórico de la gran capital.

Esa restauración fue un acto reivindicativo de una obra mural con un enorme contenido popular e histórico, pues habla de la capital desde sus barrios. La familia Burrón es un ícono colectivo construido sobre la cultura popular, porque el autor de la historieta hizo una reivindicación de los pobres a través de estos personajes, como héroes protagónicos.

Los “Burrón” pertenecen al sector social que vino a la Ciudad de México para ser parte del inmenso rompecabezas formado por la migración de familias de escasos recursos. Por esa razón, el mural da identidad a la zona. A los miembros de esa pintoresca familia se deben las frases “A mover el bigote”, “Está de rechupete”, “Es bien chipocludo”, “Mira nomás este cuchitril” y “Estuvo a todo mecate”, que ya son parte del español mexicano.

Así, entre mil vicisitudes para sacar adelante a su familia, a su entenado Foforito, y a Wilson, su perro fiel de raza criolla, don Regino Burrón trabaja duro en la peluquería “El rizo de oro”. Sobre todo, para complacer a su esposa Borola Tacuche, mujer alegre y dicharachera que gusta del buen vestir aunque los ingresos familiares no dan para mucho.

La obra fue acogida por la comunidad de la zona como un emblema, luego de que en 2009 se peatonalizó y remozó la calle. (Fotografía de Juan Carlos Castellanos)

El mismo Monsiváis expresó que “el trabajo de Gabriel Vargas es una crítica sobre la sociedad mexicana, por medio del humor. Es la primera historieta que recurre a eso que llamamos el lenguaje y el sentimiento del espíritu popular. Aprovecha el medio en que otros vacían su falta de imaginación, para entregarnos una visión del México de hoy”.

Por su parte, el celebrado poeta Hugo Gutiérrez Vega, en su “Oda a Borola Tacuche de Burrón”, escribió que “esta ciudad desparramada y rota, tiene en usted, «Borola», la cumbre de la risa exasperada; los chorromillonarios (veo a «Cristeta», ‘Boba Licona» y al sofocado «Pierre») evitan que el encomio Boroliano se vista de colores maniqueos”.

Finalmente, en su texto “Borola contra el mundo”, el autor de “El arte de la fuga”, Sergio Pitol, señaló con su reconocido estilo que “la historieta de Gabriel Vargas reprodujo con maestría el crisol compuesto por gente de diferentes culturas, razas y religiones vigente en la ciudad de México y su inmensa inmovilidad social a mediados del siglo XX”.

Juan Carlos Castellanos
Juan Carlos Castellanos
Juan Carlos Castellanos C., es periodista con más de 40 años de experiencia en temas culturales. Entre otros muchos, ha merecido el Premio Internacional de Periodismo “Ludwig Von Mises” de las Naciones Unidas y su labor como reportero ha sido antologada en diversos libros y revistas.
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