Inicio Las otras resistencias AMELIO ROBLES: CORONEL TRANSGÉNERO DEL EJÉRCITO ZAPATISTA

AMELIO ROBLES: CORONEL TRANSGÉNERO DEL EJÉRCITO ZAPATISTA

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Un saco oscuro y una corbata ancha. La mano derecha sujeta un cigarro mientras reposa en el respaldo de una silla. Su mano izquierda posa cerca de la pistola, colocada al mismo lado, con la cacha en sentido opuesto, lista para desenfundar. Un sombrero de fieltro corona su cabeza. Calza varonil zapato, muy boleado y brillante. Es la foto de un revolucionario, de Amelio Robles Ávila, coronel zapatista.

Nació el 3 de noviembre de 1889 en Xochipala, Guerrero. Fue mujer al nacer, pero a punta de coraje, en ocasiones colocando su pistola en la cara de las personas que malinterpretaban su género, se hizo reconocer como hombre.

Desde temprana edad aprendió a montar, domar caballos y manejar armas. Amelio fue un hombre trans que participó en la Revolución, logró ser nombrado coronel y consiguió que su identidad de género fuera reconocida.

En los primeros años de su vida se representó como mujer. Amelia Robles usaba vestido con su fondo con holanes y peinaba con trenzas, su corazón le exigía masculinidad y aprendió a utilizar las armas y controlar caballos, actividades que social y culturalmente estaban relacionadas con los hombres.

Imagen 1. Fotografía de Amelia Robles. Imagen 2. Varonil pose de Amelio Robles. Imagen 3. Coronel veterano Amelio Robles.

En 1911, cuando tenía 22 años, se unió a la lucha revolucionaria a través de las filas zapatistas. Realizaba labores de mensajería, contrabando de armas y víveres, lucha armada y misiones especiales. Fue entonces cuando asumió el cambio en su rol de género y solicitó se refirieran a su persona en masculino. Se vistió como varón y se hizo llamar Amelio, nombre que hacía respetar a punta de pistola si era necesario.

Entre agosto y noviembre de 1911, Amelio fue enviado al Golfo de México para extorsionar a las compañías petroleras para la causa revolucionaria. Desde 1913 hasta noviembre de 1918, cuando entregó armas, Amelio Robles participó en las filas de las fuerzas del campesino revolucionario Emiliano Zapata bajo el mando de los principales líderes revolucionarios del estado, como Jesús H. Salgado, Heliodoro Castillo y Encarnación Díaz.

En 1918, tras la victoria de Venustiano Carranza, dejó al diezmado ejército zapatista y se convirtió en soldado del Ejército mexicano. El general Adrián Castrejón, su superior, junto con otros hombres de guerra inmiscuidos en la política, le permitieron que su identidad masculina fuera reconocida de forma oficial en las filas militares y entre sus compañeros.

En 1923, se retiró de las filas del ejército. Se reincorporó en 1924 y participó en la Batalla de la Hacienda de Pozuelos, donde resultó herido. Ese mismo año tomó el nombre de coronel Amelio Robles Ávila y tuvo relaciones abiertamente con mujeres. Formó una relación de 10 años con Ángela Torres y crió a una hija adoptada, Régula Robles Torres.

El título de coronel le fue otorgado por sus compañeros del ejército zapatista, pero no era reconocido por la Secretaría de la Defensa Nacional como un cuerpo militar, por lo que no le concedieron este título de manera oficial ni se le otorgó una pensión militar.

Como en su expediente en los archivos militares se encontraba un acta de nacimiento apócrifa que lo identificaba como Amelio Malaquías Robles Ávila, la Secretaría de la Defensa Nacional avaló la identidad de género de Amelio. En 1974 lo condecoró como Veterano de la Revolución Mexicana, y no como veterana, título que fue otorgado a algunas mujeres que participaron en la lucha.

Le negaron su derecho postmortem

Amelio falleció en 1984, pero cinco años después de su muerte, la Secretaría de la Mujer de Guerrero, la Dirección de Culturas Populares del CONACULTA y el Instituto Nacional de Antropología e Historia abrieron las puertas de un museo llamado Amelia Robles. Además, una escuela primaria en su pueblo natal lleva en su honor el nombre Coronela Amelia Robles.

La vida, vicisitudes y el proceso transición de Amelio Robles, así como sus implicaciones sociales en la época, son analizados e investigados por Gabriela Cano en un texto titulado “Amelio Robles, andar de soldado viejo. Masculinidad (transgénero) en la Revolución Mexicana”, el cual se encuentra en el libro Sexo y revolución. Género, poder y política en el México posrevolucionario (2006), escrito por la propia autora al lado de Mary Kay Vaughan y Jocelyn Olcott.

La historiadora, investigadora y docente feminista afirma que la determinación de Amelio de aparecer ante el mundo, y en el contexto revolucionario, como un hombre no respondía a la necesidad de algunas mujeres que participaron en la lucha de pasar desapercibidas frente al riesgo de ser violadas o recibir reprimendas, sino a su deseo de identificación masculina.

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