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LOS SANTOS REYES INSTALARON SU BUZÓN

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El Día de Reyes es parte sustancial de las celebraciones de Navidad y Año Nuevo en la tradición popular mexicana, y su origen se relaciona con el nacimiento del Niño Dios. Melchor, Gaspar y Baltazar tienen mayor arraigo que Santa Clós, a quien los holandeses trajeron a América en 1616, cuando fundaron Nueva Ámsterdam, actual Nueva York.

Sobre los Reyes Magos, los Santos Reyes, o los Tres Santos Reyes Magos, como sea que se les llame e identifique según la zona geográfica de México, dice la leyenda que cuando Jesús nació en Belén, en los espeluznantes tiempos del malvado y temido Rey Herodes, llegaron del Oriente tres magos ricamente ataviados, portando regalos para el Niño Jesús.

Melchor, Gaspar y Baltazar venían siguiendo una estrella muy luminosa, que los guiaba hasta el sitio exacto del nacimiento. Ellos tres cruzaron el firmamento montados en un camello, un caballo y un elefante, respectivamente. Al llegar ante el recién nacido, pronto se arrodillaron ante él y le ofrecieron tres regalos, fabulosos y dignos de tal personaje.

Desde el pasado 19 de diciembre y hasta el próximo 5 de enero, el Palacio Postal de la CDMX está convertido en el Palacio de los Deseos. (Fotografías de Juan Carlos Castellanos)

Oro, metal precioso, por ser rey; mirra, sustancia aromática con propiedades medicinales, por ser hombre; e incienso, gomorresina de olor agradable originaria de Arabia, la India y África que al arder en ceremonias religiosas despide un aroma intenso y muy agradable, por ser Dios. En bendecida recompensa, los tres magos recibieron alegría, amor y paz.

La celestial triada llegó la noche del 5 de enero hasta quien sería el Jesucristo, por lo que cada año, en esa fecha por la noche, los niños y niñas colocan en el Nacimiento de sus hogares tres figuras de resina, barro, vidrio, papel, porcelana, madera, palma, lámina, caña, o cera que representan a Melchor, Gaspar y Baltazar. En seguida, se van a dormir.

El 6 de enero, fecha que todos conocemos como Día de Reyes, los pequeños se levantan temprano para ver qué regalos les dejaron. La misma leyenda asegura que sólo traen juguetes y otros regalos a los niños y niñas que se portaron bien en el transcurso del año recién terminado. A quienes se portaron mal no les traen nada, o acaso, poquito carbón.

Para hacer llegar sus peticiones a los Reyes Magos, ahora los chicos tienen otra opción. Duendes y otros seres fantásticos corren de un lado a otro del Palacio Postal Mexicano (convertido en Palacio de los Deseos) para ayudar a niños y niñas a redactar su cartita en la que piden a Melchor, Gaspar y Baltazar que hagan realidad sus sueños e ilusiones.

Esos seres fabulosos, que ante los ojos de los adultos son trabajadores del Servicio Postal Mexicano, orientan a las criaturas que con un resplandor que sólo a esa tierna edad y sólo por estos días se tiene en los ojos, dictan en sus cartas listas, a veces largas a veces cortas, de juguetes y otros artículos de uso cotidiano que desean recibir el próximo 6 de enero.

El buzón para depositar las cartas a los Santos Reyes espera las listas que niños y niñas elaboran para que los tres Reyes Magos hagan realidad sus sueños. (Fotografías de Juan Carlos Castellanos)

Ese mundo ideal, con escenografías de paisajes que a cualquier edad se antojan mágicos e inalcanzables porque pertenecen al universo de la fantasía, enmarcan tan significativo e importante momento para los infantes. Los padres de familia agradecen al Servicio Postal Mexicano esa actividad lúdica, cuyo epicentro es el buzón de aspecto mágico y especial.

Los duendes, con voces tiernas y bondadosas, dan indicaciones a los niños. “Escriban con claridad su nombre, o nombres, y apellidos, dirección completa con calle, número interior y exterior, código postal, colonia y entidad federativa. Esos datos, que son suyos, son los del re-mi-ten-te, o sea cada uno de ustedes”, indican afables a los sobreexcitados chicos.

Juguetes electrónicos y tradicionales, ropa, zapatos y zapatos tenis, dinero en efectivo, son los regalos solicitados por la mayoría; algunos piden relojes y computadoras, y no faltó quien pidiera el regreso del padre ausente o de la mascota perdida. Los regalos que piden los pequeños son el pulso de la infancia actual, notó equisgente en un recorrido por esa área.

Vuelta a la realidad. Desde el pasado martes 19 de diciembre, como cada año, el Palacio Postal amaneció convertido en el Taller Navideño que el Servicio Postal Mexicano erige año tras año para que niñas y niños escriban sus cartas, hasta el 23 de diciembre al buen regordete Santa Clós, y de esa fecha al 5 de enero entrante a los tres Santos Reyes Magos.

Convertido en Palacio de los Deseos, ese espacio localizado en la esquina de Tacuba y Eje Central, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, recibe con sus puertas bien abiertas a todos, niños y adultos, quienes pueden acceder a los timbres postales de lindo y cálido diseño. Es una emisión especial, una serie navideña, esperada con ansia este 2023.

Familias enteras asisten al Palacio de los Deseos, donde los pequeños escriben sus cartas y las depositan en el buzón que habrán de revisar Melchor, Gaspar y Baltazar. (Fotografías de Juan Carlos Castellanos)

Los adultos agradecen tan emotivo detalle a los empleados del Servicio Postal Mexicano por el trabajo que llevan a cabo en favor de la preservación de esta tradición de arraigo en México. El reconocimiento es justo, pues no son trabajadores que el SPM contrató para esta ocasión, sino empleados de base quienes, entusiastas, adoptan el papel que se les da.

Luego de escribir sus cartas, los remitentes las depositan en los buzones especiales que se colocaron en el Palacio de los Deseos, más altos que muchos de los niños. La visita a ese lugar de ensueño se completa con una fotografía del recuerdo, en la que los Santos Reyes Magos cubren amorosos con sus capas prodigiosas y colores vistosos a los niños y niñas.

Todas las cartas depositadas en esos buzones tienen respuesta, primero, de Santa Claus y posteriormente de Melchor, Gaspar y Baltazar, porque el Taller Navideño del Palacio de los Deseos está abierto de las 10:00 a las 18:00 horas hasta el 5 de enero. Un ramillete de sonrientes infantes atiborra el buzón y no da crédito a su inusual experiencia. La entrada es gratis. Los timbres no.

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