Se mantiene el recuerdo y honran la memoria del museógrafo leonés con su colección de juguete artesanal.
“Jaime Santoyo, gracias por tanto barro que nos diste”.
Así agradece la gente que convivió con el museógrafo de León, sobreviviente a la Casa de la Cultura, cuando en su condición de espacio federal resistió los embates del conservadurismo pedronense.
Se le recuerda por haber sido uno de los impulsores y alma de la Feria Nacional del Libro de León (Fenal), que durante 25 años enseñaba a niños y grandes las artes de la pintura y de la arcilla.
En los tiempos de Leopoldo Cárdenas fue una de las voces aisladas que daba vida a la cultura en León. Estudió licenciatura en Historia del Arte y se convirtió en el referente de la curaduría museística para dar identidad al Museo de la Ciudad.
Jaime Santoyo fue promotor de la cultura popular. Hacía figuras de su propia imaginación y enseñaba a gente joven a manipular la arcilla y convertirla en expresión del arte. Por eso se le identificó como “El Señor del Barro”.
Fue director de una biblioteca municipal y llevó el amor por los libros especialmente a la niñez, a la que deleitaba con cuentos y leyendas. Lo hacía entre los estantes y en los cubículos de la ruidosa Fenal.
Fue amado y admirado por la gente culta y crítica de León, siempre de fina galantería que lo hacía verse rodeado de bellas e inteligentes mujeres.
A finales de 2015 ya la salud le cobraba factura. Llegó el 2016 y el 14 de enero se fue a otro plano. El llanto cubrió su recuerdo.
Su memoria se ha mantenido y en el Museo de la Ciudad de León, su último lugar de trabajo.
De Jaime Santoyo, distinguido integrante de la comunidad intelectual leonesa, se mantiene viva su presencia simbólica. En cada cumpleaños, en cada Día de Muertos, en cada aniversario luctuoso, la gente que lo amó cita la obra y pensamiento de este hombre nacido en 1948, procedente de Guadalajara, que se hizo barro, le recuerda con un muñeco que lo representa.
Como parte de ese recuerdo, uno de sus amigos, Jorge García, promovió el montaje, en una cafetería de la ciudad, de una exposición de la colección de juguete artesanal mexicano, recabada por Jaime.
La muestra fue inaugurada el 6 de enero y permanecerá hasta el mes de febrero. La colección está a cargo de una hermana del museógrafo y ella la proporcionó para que fuera exhibida. Por vez primera, desde la partida física del artista.
Ahí están La Lupita, una muñeca de cartón, hecha por artesanos celayenses. Están también muñecas de trapo procedentes de varias partes del país, entre ellas Oaxaca y Chiapas. Destaca una “josesita” de San José Iturbide, Guanajuato.
Hay juguetes de lata, de madera, de hoja de palma y de maíz, entre otros materiales. Todos son de elaboración manual y la mayoría se conserva en perfecto estado.
También son exhibidas piezas de Amatistart procedentes de Chihuahua, Chiapas, Sonora, Morelos y Zacatecas.
Antes de la inauguración de la muestra, Jorge y Fabián García, amigos de Jaime Santoyo, hablaron de la pasión que el también artista del barro tenía por los juguetes como una forma de rescate y reivindicación de la creatividad y la expresión artística mexicana.
También se le honró con un concierto a cargo del grupo Xólotl, ejecutante de música prehispánica chichimeca, el recuerdo de un amante de las tradiciones y cultura de los pueblos originarios.
Luego fue inaugurada la muestra de los juguetes, integrados por estados y estilos.
Los juguetes que en vida coleccionara están exhibidos durante unas semanas más en Pedro Moreno 513.
