Actores y actrices, dramaturgos, vestuaristas, y un complejo equipo de logística y producción se reportó listo ante equisgente para ofrecer la edición número 181 del viacrucis que tendrá lugar el próximo fin de semana en la Ciudad de México
Desde 1843, año con año, los ocho barrios originarios de la Alcaldía Iztapalapa de la Ciudad de México (San Lucas, San Pedro, San Miguel, San Pablo, San Ignacio, San José, La Asunción y Santa Bárbara), se organizan de manera colegiada y horizontal para llevar a cabo la representación de la Pasión de Cristo durante la temporada de Semana Santa.
Bajo la batuta del Comité Organizador de Semana Santa en Iztapalapa A.C. (COSSIAC), organismo en el que sólo pueden participar mujeres y hombres nativos de esos barrios, se coordina a más de 500 actores, y a las comisiones de vestuario, logística, financiera, de limpieza y otras más, que dan cuenta del complejo entramado detrás de esa tradición.
Los orígenes se remontan a 1833, cuando los vecinos de Iztapalapa juraron al Señor de la Cuevita organizar una procesión anual de agradecimiento si ponía término a la epidemia de cólera morbus que los azotaba. 10 años después, inspirados en el teatro evangelizador medieval, iniciaron la representación de la Pasión de Cristo, enriqueciéndola año tras año.
Y cuando en 1866 se publicó El mártir del Gólgota, novela en la que Enrique Pérez Escrich narra la vida de Jesucristo, se comenzó a usar como base central de los diálogos y pasajes actuados por los iztapalapenses. Luego, ya en el siglo XX, se incorporaron los cambios de escena de los soldados romanos, a lo largo del jueves y del viernes Santos.
Desde la edición número 180 de la Pasión de Cristo en Iztapalapa, el año pasado, esta actividad teatral-religiosa está inscrita en el Inventario de Patrimonio Cultural Inmaterial de México. La importancia de la representación radica en lo que simboliza para quienes la realizan y atestiguan anualmente, que suman millones de personas de diversas naciones.
La reciente inscripción de la representación de la “Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo en Iztapalapa” en ese inventario cultural de México, marcó un hito para todos los actores sociales que buscan que esta tradición pueda, en un plazo más mediano que largo, conquistar el reconocimiento internacional de su valor inmaterial, dada su trascendencia.
De acuerdo con la Subdirección de Patrimonio Cultural Inmaterial (SPCI) del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), la gran importancia del viacrucis rebasa la cobertura mediática de la que es objeto y los millones de personas que acuden a él, pues básicamente radica en lo que significa para sus hacedores y la población de la Alcaldía.
Para la SPCI, una postulación de la representación de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo en Iztapalapa ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, encaminada a obtener el reconocimiento como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, es un ideal. Y más que eso, es posible que pueda lograrse.
En aras de ello, y ya con la inscripción en el Inventario de Patrimonio Cultural Inmaterial de México, desde que terminó la representación de la Semana Mayor del año pasado se iniciaron los trabajos con la gente de Iztapalapa para dar el siguiente paso trascendente: la elaboración de un plan de salvaguardia de esa tradición centenaria única en este país.
Este inventario fortalece la salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial (PCI), al promover la creación de planes concretos y medidas para su resguardo. Además, ayudan a reconocer al PCI como un derecho cultural, una manifestación del carácter plural de México y como fuente de desarrollo de las culturas y el bienestar de las personas.
El Inventario de PCI de México da cumplimiento al Artículo 12 de la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, que solicita a los países miembros reunir y presentar periódicamente datos e información actualizada de su PCI nacional.
El proceso de reconocimiento para la representación de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo en Iztapalapa inició en 2019, cuando el COSSIAC solicitó el registro ante la CNPCI. En seguida, el comité organizador fue convocado para participar en el Taller de Fortalecimiento de Capacidades Autogestivas para la Salvaguardia del PCI, impartido por la CNPCI.
A partir del taller, el COSSIAC efectuó el llenado del nuevo instrumento de registro en el inventario nacional, proceso que se llevó a cabo entre septiembre de 2022 y marzo de 2023, a través de 21 sesiones de trabajo en las que participaron representantes del COSSIAC, y la Dirección de Patrimonio Mundial del INAH, entre otras instituciones.
El inventario de PCI, cuenta con 319 manifestaciones culturales, entre ellas La maroma o circo campesino en la región Mixteca (Puebla), Los hombres rayo: Conocimientos sobre el clima y los vientos en Mecayapan, Tatahuicapan y Soteapan (Veracruz) y La pirekua, canto en lengua p’urhépecha, como manifestación del arte musical (Michoacán).
En días recientes, fue presentado a los medios de comunicación, nacionales y extranjeros, el elenco de actores que dará vida a la representación el próximo fin de semana en el Cerro de la Estrella y zonas aledañas. “Ser parte del cuadro de actores y actrices que da forma a la Pasión de Cristo es una experiencia única”, coincidieron en señalar los artistas.