Su exposición, De piedra y luz, prolonga su exhibición hasta el 6 de septiembre del año en curso.
“Este proyecto es una inquietud que yo he tenido desde hace muchos años sobre hacer el paisaje desértico de la zona de la Bufa. Me di a la tarea de realizar una labor titánica, motivado en recrear ese espacio y así mostrarle a todas y todos los guanajuatenses la belleza que tienen en ese lugar”, indicó Juan Manuel Zaragoza Zúñiga, egresado de la Escuela de Artes Plásticas de la Universidad de Guanajuato.
A través de la Dirección de Extensión Cultural de esta Casa de Estudios, la comunidad universitaria y el público en general podrá disfrutar de la muestra pictórica De Piedra y Luz, instalada en la Galería Polivalente del Edificio Central UG hasta el 6 de septiembre, en un horario de atención que va de 10:00 a 18:00 horas y con entrada gratuita.
Regido por la cultura, expresiones artísticas y paisajes naturales de la ciudad de Guanajuato, Zaragoza Zúñiga desarrolló durante tres meses la exposición con técnica acuarela. Asimismo, reconoció su fervor por el recinto natural que solía visitar durante su formación académica previo a su egreso ocurrido en el 2002.
“La invitación la recibí a finales de febrero de este año 2024 a través de Extensión Cultural UG y me tomo marzo, abril y mayo hacer las piezas. Esto se dividió en dos partes; primero está la sección de la obra y al subir las escaleras podrán ver cómo es el estudio del artista y conocer como es el proceso creativo. Para mí la acuarela es el medio más inmediato para captar el espacio porque yo pinto en el lugar, después de hacer apuntes, bocetos y el estudio fotográfico, paso a hacer la creación en mi estudio y eso es lo que quise transmitir en esta exposición precisamente”, expuso.
“Uno toma cualquier pretexto para crear y en mi caso fue la Bufa, es un espacio que yo visitaba demasiado desde que era un estudiante muy joven, porque iba de tres a cuatro veces por semana, en muchas ocasiones hacia deporte como ir a correr además de ir a pintar, ya sea yendo solo o con mis amigos en paseos, eso me ayudaba en una cuestión introspectiva, porque para mí el pintar la Bufa tiene que ver con un camino espiritual”, explicó el artista michoacano.
En esta exposición, también se plasma el esfuerzo físico que implica capturar los paisajes aledaños al Cerro del Hormiguero y Los Picachos, que se encuentran a una altura superior a los dos mil quinientos metros de altura sobre el nivel del mar.
“Yo visitaba el lugar con mi caballete, con mis acuarelas y mi papel yo pintaba y después de eso y tomar fotos regresaba al estudio y con esos dos recursos es como surge la pintura. Algunas piezas son de tamaño medio o regular, algunas son muy pequeñas pero también quise representar la magnificencia del lugar con el formato y elaboré dos cuadros de tamaño monumental para que la gente se diera una idea de la belleza del espacio a través de ese mismo formato”, comentó.
“Eran los días cuando hacía mucho calor, había que llevar cantimplora, sombrero, a veces se podía hacer la acuarela y otras veces no porque había demasiado viento. Hay una conexión muy especial con el sitio, a veces acudía en la mañana o en la tarde incluso, en la noche, para tener distintas caras, con esto me refiero a que en la mañana tienes una luz del oriente hacia el poniente y ya entrando la tarde cambia totalmente la iluminación, todo fue un evento muy significativo por la premura de terminar la obra”, recordó.
“Soy pintor profesional, me dedico cien por ciento a la producción de la obra y no recibí ningún tipo de estímulo. Yo tengo una galería en San Miguel de Allende y allá es donde yo vendo esta producción, lo que quiero hacer con esto es exponerla en más sitios y ojalá pueda salir del país”. De este modo dio a conocer su intención de exponer su obra en la ciudad de Ashland (Oregon), para después ponerla a disposición de los coleccionistas.
Con tres décadas de trayectoria, Juan Zaragoza celebró el constante apoyo de sus padres por cursar estudios profesionales de arte y advirtió que la obra del maestro Jesús Gallardo Carrillo fue vital en sus convicciones artísticas.
“Mi primera exposición fue a los 6 años en el periódico mural de la escuela, ya que una maestra vio mi facilidad por el dibujo, esto no fue oficial, ella simplemente colocó mis dibujos en ese espacio. Mi mamá vio en mí mucha facilidad para realizar dibujo y pintura, ella me alentó mucho para inscribirme en una escuela de arte allá en Pátzcuaro y desde entonces no he soltado el pincel gracias a que mis padres me apoyaron y desde un principio estuvieron de acuerdo en que yo viniera a estudiar aquí en la universidad, con orgullo puedo decir que ahora estoy cumpliendo 30 años de carrera profesional”, dijo.
“La sala Hermenegildo Bustos y Polivalente son una parte fundamental en mi decisión de estudiar artes plásticas, ya que justo después de venir a pedir informes sobre la escuela, en aquel momento bajé y estaba una exposición del maestro Jesús Gallardo. En ese instante, cuando vi su creación tanto de dibujo, pintura y grabado me dije: «este es el camino que quiero tomar», quiere decir que aquí tomé la decisión de convertirme en artista plástico”, añadió.
Fuertemente influenciado por la labor del fundador de la Escuela de Artes Plásticas en 1953, Juan Zaragoza también toma como punto de partida la escuela holandesa de Rembrandt y Vincent van Gogh, sumada a las creaciones de los mexicanos Saturnino Herrán y Javier Marín.
“Tengo cinco artistas a los que si tú los metes en una caja y lo revuelves sale Juan Zaragoza. Mi primer acercamiento al arte fue con Van Gogh, mi papá me regaló un libro y yo trataba de reproducir esas pinturas. Después vino Saturnino Herrán que influye de manera muy positiva en mi trabajo artístico; él tenía un trazo privilegiado, hacia una línea y era hermosa. Tengo a un escultor como Javier Marín, de quien tengo la fortuna de conocerlo en persona porque también es de Michoacán. También está Joaquín Sorolla, ya que después de tener más conocimiento de la carrera y de la profesión es quien más ha influenciado mi obra. Y, finalmente, Rembrandt. Él me da la pauta de la luz como objeto de creación, más que la montaña, la calle o un bodegón, la luz para mí es un tema central”, aclaró.
Finalmente, con su regreso a su Alma Mater Juan Zaragoza da aliento a las nuevas generaciones de artistas de diversas latitudes, al señalar: “la primer situación sería que pierdan el miedo a estudiar artes plásticas, en especial a los padres o madres de familia, la segunda cosa que les diría es que se necesita disciplina, encontrar la razón por la que uno crea. Yo te diría que cuando uno encuentra su por qué en este plano terrestre, las cosas se vuelven más sencillas”.