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LA CAÓTICA CRONOLOGÍA DEL CINE COMERCIAL DE LA CIUDAD DE GUANAJUATO

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Al municipio de Guanajuato le queda un grupo de salas de la cadena Cinemex, ubicados en el centro comercial Plaza Aläia, al sur de la ciudad. En el casco histórico le sobreviven el Cineclub de la Universidad de Guanajuato y, ya para la salida, cuatro salas, poco conocidas, de la cadena Cinemás, en el centro comercial Plaza el Cantador.

El cierre de las salas de la cadena Cinemex del centro comercial de Pozuelos, registrado al inicio de 2025 dejó a la capital del estado casi como un páramo para el consumo fílmico, irónicamente, en una de las ciudades con mayor actividad de rodaje de películas. El cine como espectáculo tuvo su época dorada y tiene ahora su momento más oscuro, en el contexto del consumo de películas en plataformas digitales.

Llegó la magia

A principios de siglo XX, el Teatro Juárez fue circunstancialmente el lugar donde la gente de la capital del estado podía ver el séptimo arte. Eso iba a cambiar.

Poco antes de 1917, el tapatío Adolfo Martínez Carrillo, de oficio impresor, llegó a la ciudad con su esposa María de los Ángeles Castañeda y se establecieron en el barrio del Baratillo. Al estar cerca del Teatro Principal, los fines de semana el jalisciense rentaba ese espacio para proyectar películas.

Tras el éxito logrado, adquirió terrenos baldíos en un lugar que estaba entre dos emblemas de la arquitectura e historia: la Alhóndiga de Granaditas y el Mercado Hidalgo. A finales de 1919 inició la construcción del Teatro Cine Reforma, y fue inaugurado un año después. Era una sala con butacas de madera.

El Cine Reforma en sus primeros años. En la siguiente imagen, reconstrucción del inmueble con estilo Art Decó (fotografía tomada del perfil https://www.facebook.com/photo/?fbid=10162629648052268&set=g.617508548383552).

1920

Ese día, la explanada de la Calle Juárez estaba abarrotada. Empresarios, políticos y público del pueblo hicieron fila en la taquilla para poder ver la primera cinta proyectada. Versiones señalan que fue El Sombrero de Copa de Mark Sandrich, aunque se duda que lo haya sido, pues esta cinta es de 1935.

En la parte superior del Teatro Cine Reforma estaban las instalaciones de la Compañía Cigarrera Mexicana S.A. Por eso un letrero con la siguiente frase “Fumen sus acreditadas marcas: Favorita, Violeta y Perlas” adornaba al edificio.

1940

Ese año, el Cine Reforma tuvo un competidor: el Cine Guanajuato, construido atrás de la Universidad de Guanajuato, por la Subida a los Hospitales. Al ser construido, una década después, el Edificio Central, el cine quedó a un costado al poniente del mismo. Ambas salas se convirtieron en los grandes centros de entretenimiento de las familias capitalinas.

1948

En el mes de julio, el propietario del Cine Reforma inició la ampliación de la sala en dos etapas para el interior y una para el frente. Los ingenieros Rafael Garza, Andrés Nieto Vargas y Víctor Guzmán cumplieron el cometido. 

1951 

Concluyó la construcción de un cine que contaba ya con capacidad para 1 070 butacas.

Además de las proyecciones, al lugar asistieron estrellas de la farándula como Mario Moreno “Cantinflas”, Fernando Soto “Mantequilla”, entre otros. También se usó para funciones de teatro, lucha libre y box.

Adolfo Carrillo falleció en 1954 y su hijo, del mismo nombre, continuó con el negocio.

1958 

Los dos cines comerciales tuvieron una alternativa: la creación del Cineclub de la Universidad de Guanajuato. Si bien no representaba una competencia comercial, sí se constituía en una opción para un sector de sus clientelas: estudiantes y profesores. Su sede fue, en ese momento, el Auditorio General de la Universidad, espacio con pésima acústica para el cine. 

1964

La empresa Circuito Montes compró el inmueble del Cine Reforma y lo explotó con éxito hasta 1980, cuando la aparición de videocassetes le afectó, como pasó con la mayor parte de las salas de cine del país. La empresa hizo de ese espacio un lugar para proyectar exclusivamente películas XXX. A pesar de todo, como sucedió con otros cines de la región (el Buñuel, de León, como el más emblemático ejemplo), terminó en el abandono.

1966 

El cineclub universitario pasó al Teatro Principal.

Década de 1990 

Circuito Montes intentó reavivar el Cine Reforma, pero terminó por cerrar.

2000 

El edificio que albergaba al Cine Reforma fue convertido en una tienda comercial (mismo destino de cines leoneses como el Reforma, Estrella y León, entre otros). 

2001

También el Cine Guanajuato pagó el precio de la modernidad: cerró al comenzar el siglo. 

La era contemporánea

2005

La cadena Cinemex abrió salas en el centro comercial Pozuelos. Fueron espacios cómodos, con capacidad para unas 400 personas, pero con moderna tecnología de proyección y sonido. Eso abrió también esperanzas para ver al cine como negocio en la ciudad. 

Cinemex en Plaza Aläia y en Pozuelos. Esta última: adiós.

2012

La cadena Cinemás remodeló la abandonada construcción del Cine Guanajuato. Era el único espacio fílmico en el centro histórico, pero su destino fue fatal.

2017

El 17 de septiembre, cuando el Cine Guanajuato aún estaba en funcionamiento, un incendio arruinó la tarde de decenas de cinéfilos guanajuatenses. La máquina palomera se sobrecalentó e inició el incendio, aunado al aceite que contenía para freír, provocó que éste se propagara por toda la cocina y acabó con ella. Las llamas arrasaron con parte del interior y acabaron con el mobiliario con el que el inmueble se había modernizado. 

Pero no todo estaba perdido para las y los cinéfilos guanajuatenses: en ese mismo año fue inaugurada la Plaza Cantador, un pequeño centro comercial construido en lo que fuera una agencia de venta de automóviles. Tras un proceso de cuestionamiento a la primera propuesta arquitectónica, que chocaba con el entorno de la zona, el lugar fue abierto con cuatro salas de la cadena Cinemás, que recuperaba lo perdido en el incendio.

2019

Y para que siguiera el optimismo: el 6 de junio, en el recién construido centro comercial Aläia fue abierto el segundo complejo de Cinemex, con 10 salas con capacidad total de 1 042 butacas, con el modelo de “Premium”, de máxima comodidad.

El gusto duró poco: a finales de ese año la pandemia de Covid 19 azotó al mundo y afectó a los cines capitalinos. 

2020

Cinemás cerró sus salas en 2020, en tanto que el Cine Guanajuato se quemaba una vez más. Cinemex seguía con funciones con asistencia regulada por la contingencia sanitaria.

2021

La crisis alcanzó a las salas de Cinemex y cerraron el 6 de febrero. Para fortuna de la cinefilia local, Cinemás abría sus salas nuevamente el 26 de mayo del mismo año, con las restricciones sanitarias impuestas por el gobierno federal.

El Cine Guanajuato fue reparado y reabierto, con un nuevo concepto de modernidad. Demasiado tarde, ya no pudo sobrevivir a las plataformas digitales y a las secuelas de la pandemia: a los pocos meses volvió a cerrar. La construcción quedó convertida en basurero y refugio de personas. 

2023 y 2024 

La abandonada construcción del Cine Guanajuato tuvo varios incendios provocados, de acuerdo con versiones de la policía municipal, por un pirómano que prendió fuego a la basura acumulada.

El lugar quedó abandonado a pesar de las propuestas de grupos de universitarios que lo querían como sede del Cineclub de la Universidad de Guanajuato y como centro para la formación de cineastas. Todo quedó en un sueño.

En el inmueble la policía municipal ha encontrado a jóvenes que se meten a drogar. El recinto ha sido blanco de vandalismo y refugio para personas sin hogar y delincuentes. Vecinos denuncian constantes robos y asaltos en la zona. Aunque el lugar pertenece a un empresario, su abandono lo ha convertido en un peligroso foco de inseguridad. A pesar de que las cámaras de vigilancia han captado a pirómanos, no se les ha podido detener.

Plaza El Cantador, el último reducto del cine comercial en el centro histórico de la ciudad (primera imagen). Cine Guanajuato: paraíso de piromaniacos. Y la pequeña sala del Cineclub de la Universidad de Guanajuato (última imagen).

2025

La crisis postpandemia y la emergencia de películas contratadas en plataformas digitales y vistas en casa cobraron su preció: Cinemex cerró en Pozuelos el 5 de enero.

Ahora, en el Centro Histórico sólo queda el Cineclub universitario, que desde hace años pasó del Teatro Principal a una pequeña sala ubicada en el antiguo Hospicio Jesuita, con capacidad para menos de 100 personas. Otros espacios para cine de arte como Cine La Mina y en museos como el de la Alhóndiga de Granaditas, Diego Rivera o Iconográfico del Quijote tuvieron vida temporal. En la periferia del polígono urbano se habían quedado cuatro casi invisibles salas de Cinemás en Plaza el Cantador: anunciaron que cerrarán “hasta nuevo aviso”, a finales de enero. El casco antiguo se queda sin cine comercial.

Es el panorama para el consumo fílmico de una ciudad que presta sus calles y fincas para locaciones. Contrastes e ironías de la vida.

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