Existen tres formas de nombrar a las reuniones tradicionales de los pueblos indígenas de Norteamérica: powwow, pow wow o pow-wow. El término deriva de la voz narragansett powwaw que significa “líder espiritual”. Y para que en México se conozca más sobre el tema, el fotógrafo Richard Geoffrion abrió una exposición que refleja todo ese universo.
En Canadá, un pow wow moderno es un evento donde los nativos se reúnen para cantar, bailar, socializar y honrar su cultura. Generalmente hay una competencia de danza, con importantes premios económicos. Los pow wows tienen una duración variable, de 6 horas a 3 días. Los pow wows, en ocasiones muy especiales, pueden durar hasta una semana.

El diccionario también dice que el término ha sido usado para describir cualquier reunión de tribus nativas americanas y puede ser escuchado con frecuencia en las películas de vaqueros. Igualmente, se empleó esta palabra para hablar de consejos militares de oficiales, pero eso es visto por académicos como una falta de respeto a la cultura nativa.
Ahora, para celebrar el 60 aniversario del Museo Nacional de las Culturas del Mundo (MNCM), la Embajada de Canadá en México, comisionó a Richard Geoffrion, para que montara la exposición El pow wow. Las Primeras Naciones: dignidad y modernidad, muestra fotográfica sobre espacios de convivencia de pueblos originarios de Canadá.
Abierta al público desde el 28 de mayo por la noche, la muestra deja ver la resistencia de los pueblos originarios de Norteamérica a través de sus tradiciones. Con genuina dignidad, conocimiento y reconciliación con los pueblos originarios en Canadá, la exposición visibiliza a las nuevas generaciones de amerindios, guardianes de su cultura ancestral.
Esos jóvenes se están esforzando para revitalizar la existencia de la extensa red de pow wows, históricos espacios de reunión multicultural, evidentemente vitales para afianzar su identidad y preservación. Para verlos en México y el resto del mundo, entre 2014 y 2016, el fotógrafo Richard Geoffrion recorrió una ruta ancestral del original pow wow.
Tras un recorrido de alrededor de 12 mil kilómetros, asistió a 18 de esos encuentros en reservas y festivales de las provincias de Quebec, Ontario y Ottawa, donde retrató a personas representativas de la diversidad cultural en esas congregaciones. Tras días de trabajo curatorial, la exhibición reúne una selección de 44 de sus mejores fotografías.
En ellas, el artista visual presenta imágenes inéditas de “autocthones” (autóctonos) de las naciones canadienses abenaki, abitiwinnik, anishnabe, assiniboine, atikamekw, chippewa, cree, innu, lakota, malécite, métis, micmac, mohawk, odjibwé, oneida y wendat, así como de los pueblos lejanos shoshone, navajo, hopi y yoreme, retratados con su autorización.
Consecuentemente, las fotografías fueron tomadas en un ambiente de absoluta confianza e indiscutible respeto. Por ello, el artista evitó fotografiar a los nativos durante los rituales y danzas, prefiriendo el retrato, con un enfoque de autenticidad etnográfica, interesante espontaneidad periodística e hiperrealismo, sin retoques ni recortes. Todo al natural.
La muestra explica que el pow wow es una forma de reunión entre diversas etnias de América del Norte, cuya popularidad ha resurgido en los últimos 50 años. Estos se han afianzado por su importancia para fortalecer la comunidad, identidad, resistencia y libre expresión, y para destacar toda la riqueza cultural y patrimonial en esa amplia región.
En su modalidad tradicional incluye una ceremonia dedicada especialmente a la Madre Tierra, el encendido del “Fuego sagrado”, el desfile de la “Gran Entrada”, la instalación del “Bastón del águila” y las banderas, el discurso del sabio, una gran variedad de danzas y momentos de conmemoración, todo eso en un ambiente de amistad y total armonía.
En los encuentros de tipo competencia se entregan premios en efectivo a los mejores danzantes y músicos, clasificados en varias categorías de acuerdo con su edad, género y tipo de arte, siguiendo reglas previamente establecidas. Los concursantes son observados, evaluados y premiados por un grupo selecto de personas experimentadas y respetadas.
La exposición destaca elementos fundamentales en estas reuniones, como la música, los cantos y la danza, actividades que permiten una vinculación con la Tierra, armonizando su baile con el movimiento circular del planeta, y con su ritmo a través del sonido del tambor. De esa forma aseguran la continuidad de sus tradiciones y sus historias.
Llama la atención el traje de gala “Regália”, atuendo ceremonial y simbólico con el que se establece una conexión espiritual que intensifica el sentir de los rituales. La entrada al Museo y a la muestra es sin costo de martes a domingo de 10:00 a 18:00 horas. El Museo Nacional de las Culturas del Mundo se ubica Moneda 13, Centro Histórico de la CDMX.