jueves, noviembre 21, 2024
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“EL TRABAJO DE LA FICCIÓN ES REVELAR ALGO EN EL INTERIOR DE LA GENTE”: AMAT ESCALANTE

El cineasta guanajuatense conversó con la comunidad universitaria sobre la propiedad intelectual y la cinematografía como medio para la paz

Amat Escalante, reconocido cineasta mexicano, compartió reflexiones sobre la creación artística inmersa en las problemáticas sociales y los retos en cuanto a la difusión y los derechos de autor de una obra en el marco de la conmemoración del Día Mundial de la Propiedad Intelectual, durante el Conversatorio “ODS 16. Paz, justicia e instituciones sólidas: La cinematografía como medio para la Paz”, en el Patio del Antiguo Colegio Jesuita de la Santísima Trinidad.

Amat Escalante creció en Guanajuato capital, donde ha radicado gran parte de su vida, motivo por el cual se considera guanajuatense. Además, “es de casa por su participación como profesor y jurado en diversas ocasiones”, señaló el moderador, y el mismo cineasta refirió el impacto de las funciones del Cineclub UG como primer acercamiento estético a la cinematografía durante su adolescencia.

Escalante se formó profesionalmente en el Centro de Estudios Cinematográficos de Cataluña y en la Escuela Internacional de Cine y Televisión de Cuba. En su trayectoria, cuenta con seis proyectos como director y guionista, todos multipremiados en diversos festivales nacionales e internacionales: Amarrados (2002), Sangre (2005), Los bastardos (2008), Heli (2013), La región salvaje (2016) y Perdidos en la noche (2023), además de haber dirigido en 2018 algunos capítulos de la serie Narcos: México (Netflix).

Amat Escalante, cineasta mexicano, guanajuatense cuya obra no ha dejado indemne a nadie. (Fotografías, cortesía UG)

La obra de Escalante retrata de manera impactante y con una narrativa no convencional diversas problemáticas vinculadas a la violencia en México. En ese sentido, describe su proceso creativo como lento, pues requiere aproximadamente cinco años desde la generación de ideas (en su caso, en las caminatas habituales por los cerros de la región) y la escritura del guion, para continuar con los trámites de propiedad intelectual y la gestión de financiamiento, hasta la realización, edición y estreno de los filmes. También puntualizó los principales retos para crear cine: la obtención y el acceso a recursos económicos, aunque reconoció la existencia de los fondos nacionales destinados a ello.

Ante el planteamiento del moderador sobre el uso de los productos cinematográficos como objetos didácticos o medios reflexivos para forjar una cultura de paz y afrontar los conflictos, el cineasta expresó: “No creo que el trabajo de los artistas sea educar, pero sí pueden comunicar mensajes que inciten a la reflexión y al cambio”.

Con respecto a la violencia mostrada con crudeza en sus obras, Escalante comentó que, en el comienzo de su carrera, los referentes no se situaban en Guanajuato. Por ejemplo, en la fecha de realización de Heli, la entidad no era noticia diaria como ocurre en el presente, y evidenció el aumento gradual de la problemática con el transcurso de los años.

Asimismo, Escalante indicó su interés por cuestionar los sistemas y organismos de seguridad públicos, así como el acceso a las garantías de los diversos sectores de la sociedad afectados, al mostrar escenas que son consecuencia de la ignorancia por la predominancia de alguna ideología o condición. ¿Por qué la mayoría de los participantes de la violencia son jóvenes?, ¿Qué pasa con las infancias que nacen del embarazo adolescente?, ¿Qué relevancia tiene el derecho al aborto y la educación sexual?, fueron algunos de los planteamientos a lo largo del conversatorio.

“No creo que reflejar la realidad en una obra promueva la permanencia de esa situación. Como expresión artística, el cine es una forma de compartir mi visión del mundo, la visión de otros artistas que permite vernos reflejados en la pantalla; podemos entendernos más; es posible que un cambio surja de ahí. Son terrenos ambiguos; puede haber choques con la visión local o indignación, pero no es mi intención promover una conducta específica. Sería moralmente incorrecto para mí mostrarlo de otra manera, entretener con esa violencia”, señaló el director sobre la polémica que han desatado sus filmes en varias ocasiones.

Ante el arte, “no tenemos que entender para que algo nos inspire o motive, a veces ni yo entiendo mi trabajo, lo hago intuitivamente”, aseveró y estableció una distinción con las aproximaciones periodísticas, como documentales que han resuelto crímenes.

“Cuando la ficción se acerca a eso es más difícil, el trabajo de la ficción es revelar algo en el interior de la gente”, mencionó e hizo hincapié en la representación de las emociones como objetivo de su labor, “el drama humano que hay detrás de la violencia” y que no se refleja en los titulares de los medios de comunicación.

“Todos tenemos una responsabilidad. Me gusta expresar las cosas que no son justas, deseo que las cosas sean justas. Eso me da la seguridad de que tal vez no voy a promover un mensaje racista, homofóbico… No lo hago con la intención de educar, pero, finalmente, sí lo hace. Las películas dan elementos de juicio para quien las ve sobre sus sociedades”. En ese punto, también resaltó el valor de otro tipo cine y del entretenimiento como un descanso del estrés cotidiano, “para viajar un poco, conocer otra cultura”, dijo.

Amat Escalante participó en el Día Mundial de la Propiedad Intelectual, en el Conversatorio “ODS 16. Paz, justicia e instituciones sólidas: La cinematografía como medio para la Paz”, organizado por la UG.

Sobre la propiedad intelectual, Escalante reconoció la importancia del registro del guion como una actividad fundamental al inicio de un proceso cinematográfico, especialmente para la difusión y la distribución, con mayor razón ante el avance de las plataformas de streaming.

En tono bromista, expresó sentirse halagado cuando su obra circula mediante la piratería, pues esta implica un interés sincero del público: “quien la compra en México es gente para quien todavía resulta económicamente inaccesible ir al cine”, mas precisó la importancia de resguardar el producto, cuya realización es muy costosa, y analizó aspectos tales como generar ganancias y retribuciones económicas, no en lo particular, sino para quienes desempeñan diversas labores en la industria del séptimo arte, puesto que “es un robo para quienes trabajan en el cine”, señaló.

También, mostró desagrado por la exposición no autorizada en YouTube, pues las visualizaciones internacionales benefician intereses ajenos, y reconoció la eficiencia de dicha plataforma para atender los reportes y proteger la obra. En ese tenor, recordó haber interpuesto en 2008 una demanda hacia una televisora por la emisión de Los bastardos con ediciones que añadieron publicidad comercial.

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