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CAMBIO CLIMÁTICO: EL RETO ACTUAL DE LA HUMANIDAD 2a PARTE

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Incendios forestales, inundaciones y olas de calor extremas, el resultado de una esperada y anunciada catástrofe climática.

¿Qué pasa en México y cuál es su papel ante el cambio climático? La respuesta es un poco desesperanzadora. Expertos del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático (ICAyCC) como Cecilia Conde Álvarez, señalan que ya se está presentando un aumento de la temperatura por encima del 1.0 global y que en algunas regiones el aumento va en 1.3 grados Celsius.

Cecilia Conde también advierte que incluso para nuestro país se proyecta incremento en la temperatura de más de 1.5 grados antes de 2030 —la fecha límite para revertir el cambio climático—. Si hay algo en lo que coinciden los científicos mexicanos es en la urgencia de actuar ante la crisis climática.

Hará falta que los políticos coincidan con este mismo punto y tomen las decisiones entre otros aspectos, con base en las evaluaciones económicas derivadas de los acontecimientos recientes que surgen por el cambio climático.

Por ejemplo, la Sexta Comunicación Nacional de México del Programa de Investigación en Cambio Climático (PINCC) de la UNAM, donde informan que “de seguir la inacción ante el cambio climático, en la segunda parte del siglo la mayor parte del territorio tendría pérdidas anuales iguales o mayores a cinco por ciento del producto interno bruto local; mientras que Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey tendrían quebrantos que podrían rebasar mil millones de dólares en la década de 2020”, un escenario no muy lejano.

De no hacerse nada, los quebrantos ocasionados por el cambio climático serán cuantiosos en demasía (Foto: Carlos Olvera)

Existen objetivos de adaptación y mitigación establecidos en los artículos 101 y 102 de la Ley General de Cambio Climático de México, así como lineamientos y criterios desarrollados por la Comisión Intersecretarial de Cambio Climático (CICC), el Consejo de Cambio Climático y el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, entre otros, es decir, no estamos desprovistos en cuanto legislación. Sin embargo, hay poco que esperar de nuestro país, cuando ni siquiera se presentan las Manifestaciones de Impacto Ambiental en las obras o proyectos nacionales, o cuando se presentan con medidas de mitigación insuficientes.

Lo que me parece muy importante resaltar es el papel que pueden tener las ciudades en cuanto a la toma de decisiones locales y construcción de cambios desde una pequeña escala, pero reales. Desde las colonias, comunidades y municipios, se pueden impulsar propuestas que logren una urbanización compatible con la resiliencia al cambio climático.

Es interesante parar en esta reflexión, ya que las urbes avanzan en espacios de concreto y la población sigue en aumento, pero ¿dónde están los avances en los espacios verdes o la recuperación de la vegetación y cuerpos de agua que ya tenemos? Conversando con la Dra. Azucena, reconocida geógrafa de la Universidad de Guanajuato, me expresaba la importancia de darle mantenimiento a los árboles que existen en la Sierra de Santa Rosa, antes de promover una cobertura vegetal masiva, en la cual no se asegura un gran porcentaje de la sobrevivencia posterior a las reforestaciones.

El estado de Guanajuato tiene un reto importante, ya que para adaptarse al cambio climático la gestión de cuencas y acuíferos es indispensable. Como se expuso anteriormente, como resultado del cambio climático se espera que el ciclo hidrológico se acelere a medida que el aumento de temperaturas aumenta también la tasa de evaporación, intensificando las lluvias y las escorrentías, pero se predice que estas lluvias sean de forma irregular.

Guanajuato es un lugar que sufre de estrés hídrico, por lo tanto, es posible que se vuelva incluso más seco y árido. Por otro lado, se prevé que tanto las lluvias y las temperaturas se vuelvan cada vez más variables lo que tendrá una mayor incidencia sobre las sequías y las inundaciones —las últimas son bien conocidas por los capitalinos de Guanajuato—.

Sequías e inundaciones se asoman en el horizonte mediato de Guanajuato con el cambio climático (Foto: Carlos Olvera)

Afortunadamente no todo es color hormiga, existen iniciativas locales y mundiales que vale la pena conocer. Fue justamente ayer que Guanajuato firmó la “Declaración de Glasgow sobre la Acción Climática en el Turismo”, con el fin de lograr una reducción del 50% de las emisiones de las operaciones turísticas para el año 2030. Un acuerdo que sin duda se tiene que seguir de cerca para asegurar su cumplimiento, pero que representa un pasito a favor del planeta.

En Guanajuato también se han generado colectivos como “Arborescencia” conformados por jóvenes que trabajan en la restauración de las cuencas, una aportación directa a la resiliencia climática del municipio. En ese mismo sentido, en la Ciudad de México existe otro colectivo llamado “Contaminantes Anónimus” quienes se dedican entre otras cosas, al activismo ambiental a través del arte, la regeneración de ecosistemas, talleres, política, la autogestión, el cambio de hábitos personales, la perspectiva de género, la interdisciplina y la vinculación con la comunidad.

Existe una organización internacional sin fines de lucro llamada “Youth4Nature” dirigida por jóvenes que tienen diversas misiones, una de ellas y de las más importantes, es movilizar a los tomadores de decisiones para promover medidas que generen beneficios para el clima antes del 2030. México orgullosamente forma parte de esta organización internacional.

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), creo un “Paquete de Herramientas para Jóvenes Activistas por el Clima de América Latina y el Caribe”, hecho por jóvenes preocupados por la situación de nuestro planeta, este paquete es muy completo y cuenta con información clara y un lenguaje sencillo pata comprender

Cada vez más países, regiones, ciudades y empresas están estableciendo objetivos de neutralidad de carbono —esto es cuando se emite la misma cantidad de CO2 a la atmósfera de la que se absorbe, lo que deja un balance cero también denominado huella de carbono cero—.

Existen grandes iniciativas, pero los retos para los activistas del cambio climático siguen siendo grandes. De acuerdo con la UNICEF, América Latina y el Caribe es una de las regiones a nivel mundial con menor cantidad de mecanismos de transparencia y acceso a la información ambiental, al igual que es una de las regiones que registra más delitos contra las personas defensoras del medio ambiente. Según sus datos, en el 2019, se cometieron 202 delitos contra los defensores del medio ambiente y 148 ocurrieron en la región.

Tan sólo en México 58 defensores del territorio fueron asesinados en los últimos tres años. Son pocas personas los que luchan, y esos pocos viven bajo amenazas. Los hechos indican que la mayoría de los tomadores de decisiones actúan con base en intereses turbios y deshonestos. Es una batalla que parece que los malos están ganando, pero no es una batalla perdida aún.

Es evidente que vivimos en una apatía cuando se trata de cambio climático, algo en nuestro interior no parece querer aceptar la gravedad de la situación, sin duda, los acontecimientos inminentes no esperan a que seamos conscientes, todo parece muy aislado hasta que nos toque vivirlo en carne propia.

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