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OMAR DE VIL Y EL ORGULLO DE SER CABARETERA

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“El cabaret me permite hablar de cosas que nos duelen, pero sin llorar”

Es de noche. En el escenario está esa mujer exuberante, de hablar pícaro y de voz crítica, que representa a hadas Madrinotas o Sombrereres (su travestismo trasciende a lo binario); aguda y expresiva, es el personaje femenino a veces abstracto e indefinido, a veces que muestra pierna o se cubre con lentejuelas para exaltar su feminidad.

Es teatro de cabaret con Omar de Vil, nombre artístico del celayense Erick Omar Godínez Hernández. Actor, actriz; qué más da: son 27 años de edad de un egresado de la licenciatura de Artes Escénicas de la Universidad de Guanajuato, que hace dúo con Ivanna Tovar, la primera actriz trans en cursar esa misma carrera y ser titulada y reconocida por la institución.

Omar habla de sus dos ciudades, la de su origen y la de sus estudios:

“Pareciera que son ciudades diferentes, ciudades con complicaciones diferentes”. No se pierde en las identidades, sólo sabe de su pasión: “En la licenciatura me topé con el teatro de cabaret y orgullosamente puedo decir que soy cabaretera”. Y dice por qué:

“Es un género que me ha dado la libertad de expresarme, de decir las cosas que muchas veces por miedo, por tabú o por el simple hecho de censurarme, no podría llevarlas a un teatro convencional o (podríamos llamarlo así) al teatro serio”.

Omar de Vil durante la entrevista.

El hablar de Omar es fluido, formal, contrastando con lo que representa en el escenario. Se muestra “muy orgulloso de tener seis años haciendo teatro de cabaret en Guanajuato”. Añade:

“El cabaret me ha llevado a lugares maravillosos, a conocer gente que ha sido increíble, que me ha manifestado sabiduría y me ha permitido ejercer mi libertad y, sobre todo, buscar comunidad, buscar la relación social para compartir ideas y diferentes formas de dinámica, porque en el arte es importante encontrar la forma de podernos comunicar, pero sin hacerlo como ya sabemos hacerlo: hay alternativas, formas de expresiones que nos pueden permitir traer lentejuelas”.

El escenario es su universo cuando participa como actor/actriz en obras como La princesa Tranny y su Madrinota, Disney Revival (donde también dirige) y la gran plataforma de arranque: La cabaretera escénica, en donde el sueño inició.

El cabaret, afirma, “me permite hablar de cosas que nos duelen, pero sin llorar, sino reírnos de lo que nos está sucediendo”.

Surge la inquietud:

Tienen apoyo de instituciones formales para que se presenten en espacios de la cultura pública y, quién lo dijera, en un estado etiquetado como conservador y en una universidad tan tradicional del interior del país como la de Guanajuato. ¿Cómo lograron esos espacios?

“La primera forma de lograr fue investigar y leer, saber cuáles eran nuestras herramientas para la creación y descubrir que nuestra mejor herramienta siempre va a ser la información”.

“Debemos saber como funcionan las instituciones y hacernos presentes; estar como cabareteras en festivales nacionales e internacionales, con becas que nos han ayudado a impulsar este proyecto y dando un espectáculo de calidad, que cree en el público la necesidad de ver más cabaret. El público pide este género y se queda fascinado al verlo, como nosotros nos quedamos también cuando vimos cabaret”.

Ivanna Tovar y Omar de Vil (foto izquierda) y Omar de Vil como el Hada Madrinota (foto derecha).

Omar de Vil agrega que el trabajo de teatro de cabaret no sólo se presenta en instituciones formales, “sino también en instituciones y lugares propios de la comunidad (LGBTQI+); son espacios alternativos a los que llevamos espectáculo”.

Y así ha sido, espacios donde la comunidad de la diversidad sexual se integra, convive y une lazos en su integración y para la lucha por sus derechos. Cabe, por tal razón, la pregunta: ¿La calidad del teatro de cabaret como expresión artística está venciendo a los prejuicios? Omar precisa:

“Al menos en mi núcleo familiar y personal y en los gremios, hemos visto que se han roto cadenas de ignorancia o de miedo por saber de otras cosas, pero así como hay cadenas que se rompen, van surgiendo otros eslabones”.

La cabaretera de Guanajuato ha sido noticia nacional y su éxito ha atraído a compañías de otros estados. También Omar e Ivana llevan su teatro a otras latitudes: “Ponemos en alto el nombre de Guanajuato”.

Celaya, Irapuato, Guanajuato, León, Puerto Vallarta, etcétera. En teatros, en universidades, con público general, con público de la comunidad. El teatro de cabaret ha estado ahí, con humor y picardía, con agudeza contra la moral y el ejercicio del poder político, con la risa que llama a la reflexión.

Omar de Vil: “os pido volver al cabaret, donde hicieron brillar a tus alas, mariposa apasionada, las luces del Principal”.

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