En medio de la modernidad y vorágine que caracteriza al mundo de hoy, el quehacer poético no está siempre cubierto de ínfulas académicas, pompa y formalidad; la poesía es para gozosa lectura de todo mundo. Con esa visión, el XXI Encuentro de Poetas del Mundo Latino (17 al 21 de octubre, CDMX y Aguascalientes) se ha dedicado al Doctor en Letras Óscar Oliva (Distrito Federal, 1952) y cuenta con poetas provenientes de Perú, Colombia, Cuba, Argentina, Honduras, Ecuador, Quebec, Italia, Chile, además de los originarios de México.
El programa incluye mesas de lectura; la realización de un homenaje al ensayista, poeta, traductor y editor mexicano David Huerta (1949-2022), y en la última jornada de trabajo la entrega de la presea “Poetas del Mundo Latino 2023” a Óscar Oliva por su trayectoria y aportaciones a las letras y la formación de nuevos poetas y lectores.
Con antelación al inicio del encuentro, se habló del quehacer poético en medio de la modernidad y vorágine que caracteriza al mundo de hoy borrando de tajo la idea de que la poesía está siempre cubierta de academia, pompa y formalidad; se bajó de su pedestal a la poesía y a los poetas, para gozosa lectura del público en general, al que se invitó a redescubrir el placer de leer y escuchar poesía.
Eduardo Casar, autor de obras como Amaneceres del Húsar y Unos poemas envozados, compartió sus reflexiones sobre la poesía y cómo se relaciona con la actual cotidianeidad con la charla “La naturaleza artificial de la poesía”. El propósito fue acercar la poesía a un público variopinto y diluir la idea de que es un género poco accesible y hasta elitista, demostrando que es una expresión literaria que todos pueden entender y apreciar.
Casar comentó que la poesía, con frecuencia pensada como algo ajeno y lejano, en realidad es un manantial infinito de belleza una vez se le explora. En síntesis, la poesía es un juego del lenguaje que a veces intimida al lector debido a las definiciones de los propios poetas. Pero en realidad la poesía es un oficio y una práctica del lenguaje que encierra un elemento fundamental: el descubrimiento. Con la poesía, los escritores y los lectores pueden conocerse a sí mismos mientras manipulan el lenguaje.
La poesía también sirve como herramienta de introspección, explorando al individuo y la forma en que éste se moldea a sí mismo. Al leer un poema, el lector reflexiona sobre algo que solo él puede percibir. Cada lector encuentra algo único en un poema; el escritor aporta la obra, y el lector la transforma en poesía al agregar su propia interpretación.
Dichas interpretaciones nacen a partir de sus experiencias personales y lecturas previas. Por lo tanto, la experiencia poética es única para cada lector y está influenciada por su bagaje individual, de acuerdo con Casar, quien tiene una amplia formación académica y profesional en el ámbito literario. Profesor universitario, tiene un doctorado centrado en Paul Ricoeur, y ha mantenido una constante y discreta producción literaria desde 1981.
En ese año publicó su primer libro de poemas, Noción de travesía, y desde entonces la escritura ha sido su compañera de vida. Además de sus logros como escritor, Casar se ha destacado como un referente en la divulgación literaria como co-conductor del programa de televisión La dichosa palabra, que transmite Canal 22 desde hace más de veinte años.
Al respecto, subrayó que ese programa ha desempeñado un papel fundamental en acercar el lenguaje, la palabra y la literatura al público en general, y en promover el valor de estas expresiones en la sociedad. Su labor de divulgación y su quehacer como autor de poemas, le han granjeado diversos premios y reconocimientos, además de la aceptación de la crítica.
Eduardo Casar es profesor de tiempo completo en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) desde hace 48 años. Fue profesor de la Escuela de Escritores de la Sociedad General de Escritores de México (SOGEM) durante 21 años, donde dio vida a diversas generaciones de autores de obras plausibles.