Inicio Temas Equis EL REGRESO DE LA FE, LA ESPERANZA Y LA CARIDAD A LA...

EL REGRESO DE LA FE, LA ESPERANZA Y LA CARIDAD A LA CATEDRAL METROPOLITANA

0

Debido al violento movimiento de los sismos que sacudieron a la capital del país en 2017, la Catedral Metropolitana se vio severamente afectada. La Esperanza, que forma parte del conjunto escultórico “Las virtudes teologales” junto con la Fe y la Caridad, que estaba en lo alto de la fachada principal, cayó de una altura de 45 metros, sufriendo graves daños.

Las esculturas de la Fe, la Esperanza y la Caridad, realizadas por el arquitecto Manuel Tolsá en 1812 para la fachada principal de la Catedral Metropolitana, volvieron a ese su sitio original. La Esperanza cayó durante el sismo de 7.1 grados que sacudió la capital el 19 de septiembre de 2017 y fue reconstruida, en tanto las otras dos fueron acicaladas.

Bautizado como Manuel Vicente Agustín Tolsá y Sarrión, fue un ingeniero, arquitecto y escultor español nacido el 4 de mayo de 1757. Feliz, vivió gran parte de su existencia y desarrolló la mayoría de sus obras, muchas de ellas monumentales, en la Nueva España, donde murió el 24 de diciembre de 1816 siendo profesor de la Academia de San Carlos.

A él se debe la reconstrucción de la cúpula de la Catedral, pues la del proyecto original era demasiado baja y desproporcionada respecto al resto del conjunto arquitectónico. Además, añadió las estatuas, los flameros y las balaustradas. Finalmente coronó la fachada con figuras que simbolizan las tres virtudes teologales: Fe, Esperanza y Caridad.

La Fe, la Esperanza y la Caridad recobraron su sitio original, en lo alto de la Catedral Metropolitana. (Foto cortesía GCDMX)

También construyó el Palacio de Minería; el Museo y Hospicio Cabañas, en Guadalajara; la estatua ecuestre Carlos IV conocida como “El Caballito de Tolsá”; la Catedral Basílica de Puebla; el palacio del Conde de Buenavista, hoy sede del Museo de San Carlos, y el ex Convento de San José de Gracia con sus dos templos, un convento, y una capilla anexa.

Además de muchas más, la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México es tal vez una de sus obras menos conocidas como de su autoría a la cual, en 2017, sacudió el sismo. Tras el fatídico suceso, expertos en el tema comenzaron con la restauración de la obra concebida por Tolsá y se aprovechó para hacer trabajos de limpieza en la Fe y la Caridad.

A finales de febrero pasado, la Fe, la Caridad y, sobre todo, la Esperanza, volvieron a coronar triunfales la Catedral. Su restauración y reinstalación, además de ser un valioso trabajo de recuperación del patrimonio cultural, es símbolo de resiliencia y del esfuerzo conjunto. Este renacer de la Esperanza devuelve a la CDMX una hermosa obra religiosa.

Durante el acto, al que asistieron el jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Martí Batres Guadarrama; el director general de Sitios y Monumentos del Patrimonio Cultural, Arturo Balandrano Campos, y el director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Diego Prieto Hernández, la emoción colmó el sacro y culto ambiente.

Ante el rector de la Catedral Metropolitana, Ricardo Valenzuela, las voces se sucedieron una tras otra para proporcionar valiosa información en torno a Tolsá, a la Catedral de México, y al conjunto escultórico motivo de la reunión. Batres se refirió al compromiso social de su gobierno, y Prieto a la conservación del patrimonio artístico-cultural del país. 

Las esculturas, obra de Manuel Tolsá, volvieron a su sitio original, después de varios incidentes. (Foto cortesía GCDMX)

Los trabajos en la Catedral Metropolitana incluyen la reinstalación de las efigies alusivas a la Esperanza, cuyo rostro fue reconstruido, así como de la Fe y la Caridad, mismas que, aunque no cayeron a causa del sismo, sí presentaron un desplazamiento que obligó a desmontarlas de manera preventiva. Así, se borraron los estragos de tiempo e intemperie.

La Catedral Metropolitana también fue afectada duramente en sus dos torres. Ambas requirieron refuerzos modernos, y aparte, las campanas se desmontaron y recibieron tratamiento. De la misma manera se llevan a cabo trabajos menores y mayores dentro y fuera del edificio religioso que cada año es visitado por millones de turistas del mundo.

Uno de los trabajos más minuciosos fue para la Esperanza. Como primer punto se recuperó la verticalidad de la escultura mediante un refuerzo metálico que une a las dos grandes secciones que la conforman (una que va del torso a la cabeza y otra que parte de la cintura y llega a los pies), a fin de brindarle solidez y evitar desplazamientos futuros.

Luego de pasar por procesos de limpieza y consolidación en su cuerpo y su base, se hizo un esfuerzo sin precedentes para labrar, sobre una piedra nueva, un repuesto de la cabeza de la imagen femenina que Tolsá usó para representar a la Esperanza. Con el sismo, la escultura se desprendió, giró en el aire y su testa se impactó en el atrio de la Catedral.

Esto hizo que se perdieran dos terceras partes de la cabeza, pero ayudó a que los daños no fueran graves en el resto del cuerpo. El fragmento del rostro pétreo que resistió al impacto fue un referente que, junto con fotografías de archivo, sirvió para elaborar un modelo en plastilina que fue tallado por canteros con anuencia de la autoridad religiosa.

En síntesis, se realizó un trabajo especial y cuidadoso, respetuoso y bajo las reglas internacionales de restauración para poder restituir la cabeza de la Esperanza. Se buscó el banco de cantera chiluca que diera la tonalidad de la pieza, se encontró, se cortó la pieza, y se contrató a uno de los mejores canteros talladores con que cuenta México hoy en día.

Autoridades civiles y religiosas atestiguaron la develación de la renovada imagen que ahora presenta la Catedral de México. (Fotos cortesía GCDMX)

Como parte de los trabajos conclusivos en “Las tres virtudes teologales”, se recolocaron dos atributos, una cruz y un ancla de cobre con baño en oro, que acompañan a la Fe y a la Esperanza, respectivamente, y se colocaron piezas de sujeción que unen permanentemente a las esculturas con sus bases en lo alto del reloj, como previsión ante futuros sismos.

Más de 3 mil recintos religiosos fueron dañados durante los sismos de 2017, y de acuerdo con los especialistas, ese sismo fue la mayor catástrofe que se ha tenido en contra del patrimonio edificado del país. De septiembre de 2023 a la fecha, el Programa Nacional de Reconstrucción, en el rubro cultural, atendió 926 obras, de las que ya se concluyeron 387.

En la Ciudad de México se está trabajando en 146 inmuebles, templos, infraestructura artística o civil, de los cuales a la fecha se han concluido 88. La atención de las tres esculturas se suma a la serie de intervenciones en la Catedral Metropolitana, donde se reforzaron las torres y se restauraron las campanas, emblemas de este histórico inmueble.

Salir de la versión móvil