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SAN ROQUE Y EL LEGADO DE RUELAS

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La pasión teatral del maestro sacó

de su postración a la ciudad minera

La imagen ya es clásica: una cruz de cantera rodeada por cuatro faroles retorcidos, con el fondo de una vieja y sobria iglesia barroca. Un marco perfecto para la selfie del visitante, complementado por añejas construcciones que conservan estilizadas escaleras adornadas con macetas llenas de flores: la plazuela de San Roque.

En ese sitio, cada otoño, desde hace 71 años, integrantes del Teatro Universitario de la máxima casa de estudios del estado representan comedias de breve duración escritas hace más de cuatro siglos por Miguel de Cervantes Saavedra. Originalmente creadas con la intención de amenizar los entreactos de obras más largas, fueron montadas en Guanajuato por un hombre enamorado de la ciudad, cuyo legado sería perdurable.

Viviendas típicas de la plazuela San Roque.

Enrique Ruelas nació en Pachuca, Hidalgo, en 1913, con México envuelto en plena lucha revolucionaria, pero llevaría a cabo sus estudios en el Colegio del Estado y en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Hizo una larga travesía dentro del ámbito cultural en la SEP, el Canal 4 de Telesistema Mexicano y en la UG.

A mediados del siglo pasado, la capital del estado vivía del recuerdo de sus años de gloria virreinales. Las múltiples guerras civiles e invasiones extranjeras sufridas por México desde 1810 habían dado al traste con la minería, de tal forma que el Real de Minas Santa Fe de Guanajuato se despobló en gran parte y paulatinamente se hundió en un estado casi ruinoso.

Viviendas típicas de la plazuela San Roque.

Así la encontró Ruelas, quien sin embargo supo hallar belleza en los gruesos muros de haciendas abandonadas, las ajadas casas señoriales, las desgastadas paredes de adobe y las encantadoras plazas citadinas. Así, como director del Teatro Universitario, hacia 1953 tuvo la feliz ocurrencia de escenificar los Entremeses cervantinos, aprovechando como escenario la peculiar fisonomía guanajuatense.

Con el paso del tiempo, las actividades teatrales universitarias, bajo su conducción, se extendieron a otros espacios: en 1955, comenzaron a representarse Los Pasos, de Lope de Rueda, en la Plazuela de Mexiamora y luego en la de San Cayetano; en 1957, El retablillo jovial, de Alejandro Casona, empezó a escenificarse en el Mesón de San Antonio; seis años después, se montó Yerma, de Federico García Lorca, en San Matías y posteriormente en el Pueblito de Rocha.

Escena de Entremeses cervantinos. (Fotografía tomada de la página web del FIC)

El caballero de Olmedo, de Lope de Vega, tuvo como escenario en 1972 al barrio de San Javier. Para entonces, el influjo ejercido por una de esas piezas teatrales en un funcionario federal, que llegaría a ser presidente de la República, había convertido a Guanajuato en sede del Festival Internacional Cervantino (FIC). Con su incesante actividad artística, Enrique Ruelas consiguió, casi sin querer, colocar nuevamente a la ciudad en el radar de la nación.

Construido en 1726, el templo, de sencillo estilo barroco y sin los alardes ornamentales de otras iglesias, ocupa un sitio preponderante por su situación estratégica en el centro histórico. En su parte posterior, fueron sepultados muchos de los combatientes de la batalla de la Alhóndiga de Granaditas, efectuada el 28 de septiembre de 1810.

Video La Llorona

Pie de foto:

Escena de “La Llorona” en San Roque.

Un año después, cuando el general realista Félix Ma. Calleja recuperó la ciudad, mandó instalar en la plaza una horca, donde fueron ejecutados varios insurgentes. Asimismo, ese lugar ha sido elegido como set para filmar varias películas, entre ellas La Llorona, de 1960, con María Elena Marqués como protagonista, y El Santo Oficio, de 1974, con Jorge Luke en el rol estelar.

Al paso del tiempo, la plazuela de San Roque ha mantenido su lugar, junto al Teatro Juárez y la Alhóndiga de Granaditas, como uno de los escenarios principales del FIC. Su graderío, si bien entorpece la visual del callejón llamado justamente “de Cervantes”, es necesario para dar cabida a los asistentes no solo a los Entremeses, sino a diversos eventos a lo largo del año.

Estatua de Ruelas a un costado del templo. En frente del templo, las gradas de la plaza y, detrás de éstas, el callejón de Cervantes.

Actualmente, un novedoso sistema de iluminación realza la estructura del templo de San Roque durante la noche. A un lado, una figura de bronce, flanqueada por sendos macetones, reproduce la imagen del maestro Ruelas, con la enérgica mirada que le caracterizaba durante los ensayos de las obras que preparaba meticulosamente y que dieron origen al Cervantino, festival que se ha constituido en uno de los motores principales del resurgimiento económico de la cañada y que ahora cumple 52 años.

Ese es, nada menos, su legado.

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