viernes, noviembre 22, 2024
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MÁS DE 20 SIGLOS DE HERODES E INOCENTES

El origen bíblico del Día de los Inocentes se remite a los tiempos del temeroso y cruel Rey Herodes “El Grande”. En México se conmemora desde el año 1703 con el arribo de la orden de los Betlemitas y hoy es motivo de bromas, vaciladas y gracejadas.

El 28 de diciembre de cada año, se celebra el Día de los Santos Inocentes en numerosos países alrededor del mundo. El hecho sobrevive a través de los siglos como una tradición donde el origen religioso cambió hacia la broma y el buen humor, con el fin de mermar el sufrimiento por la evocación de su bíblico significado.

De acuerdo con la tradición cristiana y las croniquillas que existen alrededor de ella, todo comenzó cuando el Rey Herodes “El Grande” ordenó que se matara a la totalidad de los niños menores de dos años de edad. La idea era evitar que el anunciado Mesías, nacido apenas unos días antes, creciera y lo despojara de su trono.

Así, el Día de los Santos Inocentes se convirtió, con el paso inapelable del tiempo, en la conmemoración de un episodio bíblico del cristianismo: la muerte inservible de cientos de niños nacidos en Belén (Judea) que no hubieran alcanzado la edad de dos años. Según Herodes, así terminaría con el Jesús de Nazaret.

Martha Turok, Cecilia Jurado y Lucina Jiménez anotan en su célebre libro Diciembre en la tradición popular que la conmemoración es el 28 de diciembre porque en esa fecha se evoca la matanza que Herodes mandó ejecutar en Belén, en su feo afán por matar al niño Jesús. Por eso el nombre de “Día de los Santos Inocentes”. 

No se sabe cuándo pasó a ser algo festivo, aunque una crónica de Antonio de Robles dice que la orden de los Betlemitas, establecida en México en 1673, celebró su fiesta ese día de 1703: “Hoy, «Día de los Santos Inocentes», la Iglesia de los Betlemitas tuvo la fiesta de su título y la colación y estreno del retablo del altar mayor…”.

Actualmente, con la finalidad de explorar sanamente la “inocencia” de la gente de bien, en este día se acostumbra que entre amigos se pida algo prestado, en broma, y al recibir el objeto que se presta, se diga el siguiente verso: “Inocente palomita que te dejaste engañar, sabiendo que en este día, ¡nada se debe prestar!”.

Las tres especialistas en fiestas y tradiciones populares indican que el objeto se debe devolver más tarde. “También se regalan charolitas de hojalata con juguetes miniatura, hechas especialmente para la ocasión. Antes los había para hombres y para mujeres”, refieren en su libro Turok, Jurado y Jiménez.

Representaciones del Día de los Santos Inocentes y de la Fiesta de los locos, en las que se evoca el acto por demás insensato de Herodes (Fotografía Santos Inocentes: © José Luiz Bernardes Ribeiro, CC BY-SA 4.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=53194180. Fotografía Fiesta de los locos: © José Luiz Bernardes Ribeiro, CC BY-SA 4.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=53194180)

La investigación apunta que con ese regalo antiguamente se entregaban tarjetas con el verso mencionado antes, y se le agregaba este otro: “Herodes cruel e inclemente, nos dice desde su fosa, que considera inocente, al que presta alguna cosa”. Todos reían. En estas fechas la costumbre ha perdido ese protocolo y casi nadie lo conoce.

En los días que corren es posible encontrar esos regalos miniatura en el mercado de La Merced de la Ciudad de México, donde aún se puedan, aunque la mayoría de la gente ya no los liga con los Santos Inocentes. Lo que todavía permanece, es el hecho de que en esta fecha se pueden hacer bromas a parientes y amigos.

Por otro lado y según los Evangelios, la matanza debió haber sido después de la visita de los Tres Reyes Magos al Rey Herodes (uno o dos días después del 6 de enero), aunque también la fecha de la adoración de los Tres Santos Reyes Magos a Jesús no tiene una precisión exacta en las escrituras bíblicas.

A nivel mundial, en la Edad Media se adoptó conmemorar aquella matanza con un rito más pagano, la “Fiesta de los Locos”, en los días entre Navidad y Año Nuevo. Esas fiestas eran tan escandalosas, que la Iglesia, para calmar las excentricidades de la gente, decretó mejor el “Día de los Santos Inocentes”.

De esa manera nació la tradición pagano-religiosa con tintes festivos que prevalece hasta la fecha en gran parte del mundo. Se gastan bromas sobre todo a los más distraídos, desde letreros chuscos en la espalda, hasta pedir dinero prestado. En esta fecha el bromista emula a Herodes y el bromeado es el “Inocente”.

No es raro que en el México de los años recientes, gracias al despunte de los medios electrónicos de comunicación, como la Internet y las redes sociales, las bromas sean más sofisticadas, y el bromista cubra a un mayor número de “Inocentes”. Hasta los medios de comunicación hacen bromas a sus públicos. Por ejemplo, se anuncia la muerte de algún artista o político importante, o se informa que tal o cual quipo de futbol se ha desintegrado, o que los precios de la canasta básica bajaron de manera abrupta por disposición oficial, y líneas adelante, la información se desmiente. Siempre hay “Herodes” e “Inocentes”.

Juan Carlos Castellanos
Juan Carlos Castellanos
Juan Carlos Castellanos C., es periodista con más de 40 años de experiencia en temas culturales. Entre otros muchos, ha merecido el Premio Internacional de Periodismo “Ludwig Von Mises” de las Naciones Unidas y su labor como reportero ha sido antologada en diversos libros y revistas.
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