viernes, septiembre 20, 2024
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CURIOSIDADES DE CRISTO REY

Hablar del Cerro del Cubilete es hablar del monumento que lo corona: Cristo Rey. Se podrá pensar que un sitio tan conocido no guarda ninguna sorpresa para los guanajuatenses, acostumbrados a ver la silueta de la escultura en el horizonte; sin embargo, si uno es observador encontrará detalles que no saltan a simple vista.

Por ejemplo, antes de llegar al templo principal, está el museo dedicado a la historia del santuario, donde, mientras uno camina y observa los objetos que allí se exhiben, topa repentinamente con un león. Afortunadamente, no ruge ni se muestra amenazador, sino que está echado, ya que en realidad está disecado. ¿Por qué un león? Porque a Cristo se le representa como el “León de Judá”. Judá era la tribu de Israel de la cual, según la Biblia, procedía Jesús de Nazareth.

La corona dorada de la gloria

También se entera uno de que la actual estatua es en realidad la quinta, pues antes hubo otras cuatro, que tuvieron destinos diferentes. La idea de un erigir un monumento a Cristo en la cima del Cubilete fue de Emeterio Valverde y Téllez, obispo de León durante casi 40 años. El sitio fue elegido porque, aun sin ser el más alto, desde su cima se domina gran parte del Bajío. De ese modo, en 1920 inició y concluyó la primera obra, de mucho menor tamaño y hecha de cantera rosa.

Gustó tanto, que los jerarcas católicos se entusiasmaron y en 1923 decidieron hacer una aún más grandiosa. El primer Cristo se trasladó entonces a las faldas del cerro, al sitio donde hoy se encuentra la llamada Ermita, para iniciar los trabajos del segundo. Pero eran tiempos difíciles: el gobierno y la Iglesia estaban enfrascados en la llamada Guerra Cristera y no pudo avanzarse en esa tarea. Peor aún: la primera imagen fue dinamitada, y de la misma sólo quedaron la cabeza, el Sagrado Corazón y otras piezas que hoy se pueden admirar en el museo. Ante ello, se construyó un tercer monumento, pero en secreto y ya no en el cerro, sino en el interior de la Catedral Basílica de León, para evitar represalias.

Fragmento de la impresionante corona del martirio

Sin embargo, en 1929 se firmó la paz, y se retomaron los planes. Al fin, en 1942 se inauguró la cuarta, también de cantera y conocida como el “Monumento de las Nubes”, por las volutas y filigranas que lo adornan. Solo que era demasiado pequeña para la magnitud de la montaña, así que la pieza fue donada al municipio de San Luis de la Paz, donde actualmente puede ser admirada.

Tocó el turno al quinto proyecto, a cargo de los arquitectos mexicanos Nicolás Mariscal y Piña (autor) y José Carlos Ituarte González (constructor). La obra inició en 1944, pero cuatro años más tarde murió su gran impulsor, el obispo Valverde, por lo que no pudo estar en la inauguración, efectuada en 1950.

Desde un principio, se convirtió en uno de los sitios de devoción preferidos para miles de católicos del país y en un centro turístico. La estatua actual mide 20 metros, es de estilo art déco y es la estatua de Cristo hecha en bronce más grande del mundo, pues otras, como la del Cristo Redentor en Río de Janeiro (Brasil), aunque más grande, están hechas de hormigón armado o de mármol.

La estatua se apoya sobre un templo en forma de orbe, que representa al Universo. En cuyo interior, bajo el techo, cuelgan dos coronas: la dorada de la gloria y la broncínea del martirio, es decir, la corona de espinas, una obra impresionante que circunda el recinto. Y si unos se fija bien, en las paredes se pueden apreciar hermosos mosaicos con símbolos  cristianos de origen bizantino: un ichtus (pez), un cordero, un pelícano y una concha, entre otros.

El gran altar posee, a su vez, cuatro esculturas labradas en sus esquinas: un león, un ángel, un cordero y un águila, que representan la lucha del bien contra el mal. Y pocos saben que dentro de una de las columnas que soportan la estructura se accede a una escalinata que conduce al interior de la escultura, donde a la altura de pecho, aprovechando el espacio de los brazos, se adecuó una capilla en la que caben, aproximadamente, 10 personas, aunque para subir se debe ascender por una estrecha escalera.

Un plus son los paisajes extraordinarios que pueden admirarse desde la terraza exterior y el camino de acceso.

Benjamin Segoviano
Benjamin Segoviano
Maestro de profesión, periodista de afición y vagabundo irredento. Lector compulsivo, que hace de la música popular un motivo de vida y tema de análisis, gusto del futbol, la cerveza, una buena plática y la noche, con nubes, luna o estrellas. Me atraen las ciudades, pueblos y paisajes de este complejo país, y considero que viajar por sus caminos es una experiencia formidable.
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